Cuando hablamos de acné, en muchas ocasiones lo relacionamos con la pubertad, con las hormonas que provocan los brotes. Sin embargo, no es exclusivo de esta etapa y puede darse, en diferentes grados, en la edad adulta.
La normalización del acné es un proceso complicado, no solo para uno mismo sino para la sociedad en general. Cuando estás en la pubertad, das por hecho que es un momento determinado que parece estar obligado a suceder; en cambio, en la edad adulta resulta más difícil aceptarlo.
Existen muchas maneras de tratar el acné en la edad adulta y muchas maneras de reconducirlo para que la situación se suavice y mejore lo máximo posible. Para ello, es imprescindible reconocerlo, conocer de dónde viene y qué hacer para tratarlo, siempre de la mano de especialistas.
¿Qué es y a qué se debe?
El acné adulto sigue una serie de directrices, a diferencia del acné en la adolescencia, en el cual no existen distinciones y puede darse en cualquiera de los géneros.
"El acné del adulto ocurre en personas mayores de 25 años de edad. Corresponde a casi un 10% de todos los acnés, siendo mucho más frecuente en mujeres que en varones", afirma el Dr. Francisco Javier Vicente Martín, especialista en Dermatología médico-quirúrgica y Venereología de la Clínica Dermatológica Internacional.
Así como muchas pieles con tendencia acneica, el acné en adultos no se debe a una única causa, puede estar relacionado con diversas alteraciones en nuestro organismo, pero también en nuestra vida cotidiana.
"Puede estar relacionado con alteraciones hormonales, colonización de la piel por bacterias resistentes, el empleo de algunos cosméticos, la toma de ciertos medicamentos y el estrés crónico", explica el doctor.
Cuando cambiamos de crema hidratante, probamos un nuevo cosmético, dejamos de lavarnos la cara con normalidad o comemos durante unos días comida basura se ve reflejado en nuestra piel.
"Existen muchos factores desencadenantes del acné del adulto, tanto externos como internos, como son la dieta, exacerbaciones premenstruales, estrés, tabaco, predisposición genética, ciertos cosméticos y crema hidratantes y alteraciones hormonales", comenta el Dr. Francisco Javier.
Además, en nuestra vida cotidiana estamos continuamente en contacto con factores que perjudican a nuestra piel. "Un ejemplo de estos desencadenantes externos ha sido el empleo de las mascarillas durante la pandemia del COVID causando lo que se denominó 'mask acné'", explica el doctor.
Para poder diferenciar si nuestro brote acneico va asociado a un cambio hormonal debemos saber asociarlo a otros comportamientos. "Cuando se asocia a irregularidades menstruales, aumento del vello corporal o pérdida de pelo debemos sospechar que el acné es debido a una alteración hormonal".
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En estos casos, el doctor recomienda un análisis de sangre para poder descartarlo, así como hacemos con todas las alteraciones que sufre nuestro cuerpo. Es relevante saber si tiene un origen diferente al que tratan en un principio los dermatólogos.
Reducción del acné adulto
Por lo general, es más frecuente el acné persistente, "aquel que comienza en la adolescencia y continua posteriormente en la edad adulta"; sin embargo, no es ninguna sorpresa que aparezca en edades más avanzadas, aun sin lesiones de granos previos.
El acné de aparición tardía es más difícil de tratar que aquel que aparece en la pubertad, "suele ser más resistente y con frecuencia observamos recaídas. Por este motivo, son necesarios tratamientos de mantenimiento más prolongados", explica el especialista.
Es habitual que cada vez que tengamos granitos, queramos quitárnoslos lo más rápido posible porque influye en nuestra autoestima y, en ocasiones, resulta incluso incómodo.
No obstante, tocártelos puede ser perjudicial. "Se debe evitar la manipulación de las lesiones de acné, puesto que puede retrasar su mejoría, así como ser la causa de cicatrices".
La mejor solución en esta situación para el Dr. Vicente Martín es utilizar tratamientos tópicos —cremas o jabones determinados para tu tipo de piel— pero "siempre teniendo en cuenta que suelen ser pieles más sensibles que las de los adolescentes", confiesa.
"Es importante evitar los factores desencadenantes externos y emplear productos cosméticos y de cuidado y limpieza de la piel apropiados para el tipo de piel. Deberán ser productos libres de aceites y no comedogénicos", explica el dermatólogo.
El primer paso antes de buscar la solución es saber a qué te expones y a qué te puedes exponer, qué tipo de cosméticos puedes utilizar e identificar los ingredientes que perjudiquen tu tipo de piel.
Sin embargo, cuando el acné es mucho más grave, el especialista de Clínica Dermatológica Internacional recomienda emplear tratamientos sistémicos, aquellos que administra un especialista y llegan a través de la sangre a todo el organismo.