El 19 de octubre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el cáncer de mama, una fecha que busca sensibilizar y promover el diagnóstico precoz para prevenir su incidencia en todos los países. Esta enfermedad representa el 16% de todos los cánceres en pacientes mujeres, de acuerdo con las estadísticas emitidas por la OMS, y un porcentaje significativo se manifiestan en la menopausia, lo que explica que sea a partir de los 45 años cuando las mujeres aumentan su interés por acudir a revisiones y descartar patologías.
El carcinoma de mama es uno de los más comunes del mundo y tiene una tasa de supervivencia cada vez mayor, si es tratado a tiempo. Aunque en muchos casos se presenta en la etapa final de la edad reproductiva, "la menopausia no es un factor de riesgo para desarrollarlo", aclara el doctor Fernando Colmenarejo, ginecólogo y director de la Unidad de la Mujer del Hospital Quirónsalud Zaragoza.
El motivo por el que algunas mujeres asumen lo contrario es porque "ambos procesos se presentan a una edad similar. La edad media de la menopausia se sitúa entre los 45 y los 55 años, y es a partir de esta franja cuando comienza a aumentar la incidencia del cáncer de mama", destaca.
Lo positivo, explica, es que las pacientes menopáusicas por encima de los 50 años a menudo participan en campañas de diagnóstico precoz, realizándose mamografías anuales que les ofrecen la oportunidad de ser diagnosticadas incluso antes de que se presenten las primeras señales.
Prevención y tratamiento
Los síntomas que deben llevar a una mujer a acudir a consulta son múltiples y, pese a los mitos, se presentan con independencia de la edad. "La aparición de un nódulo o bulto en la mama, derrames por el pezón, distorsiones en la piel y retracciones distorsiones en la piel o retracciones del complejo areola pezón", recalca.
El diagnóstico precoz del cáncer de mama es vital no solo para conseguir una mayor probabilidad de cura, sino también para tratar de que el tratamiento sea lo menos agresivo posible. Solo actuando con antelación "conseguiremos una escalada en supervivencia de las pacientes a la vez que una desescalada en su tratamiento", asevera Colmenarejo.
Para cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, es fundamental que el rápido diagnóstico vaya acompañado por tratamientos eficaces. "Tanto aquellos regionales con cirugía y radioterapia como los tratamientos sistémicos que se realizan con quimioterapia, hormonoterapia o inmunoterapia son los mismos para las pacientes premenopáusicas y menopáusicas".
Sin embargo, los criterios de elegibilidad de los tratamientos pueden variar dependiendo de la etapa vital en la que se encuentre la paciente, lo que invita a pensar que es más probable que los tratamientos más agresivos se reserven para mujeres jóvenes que aún no han alcanzado la menopausia.
En las últimas décadas, "la instauración de programas de diagnóstico precoz del cáncer de mama ha constituido, afortunadamente, un hecho real en nuestra sociedad", celebra el especialista. La investigación ha logrado grandes avances, prolongando la supervivencia de las pacientes y mejorando su calidad de vida gracias al desarrollo de nuevos fármacos y tratamientos cada vez más personalizados. Hitos que marcan la ruta en la carrera de fondo contra el cáncer de mama, y de los que se esperan nuevos logros de la mano de investigadores y especialistas.
En este camino hacia el progreso en el ámbito sanitario, mejorar la sensibilidad de las mamografías, asociar ecografías de forma más rutinaria a las pacientes e individualizar el screening mamario [no solo por edad, sino también según factores de riesgo], son algunos de los aspectos que desde la ginecología oncológica esperan que sigan evolucionando "para lograr la mayor eficacia en nuestros programas".
Bienestar y menopausia
Otro de los mitos a derribar en torno a la relación entre el cáncer de mama y la menopausia tiene que ver con las garantías de seguridad que ofrecen los tratamientos hormonales para la menopausia. Estos, aclara Colmenarejo, son seguros y eficaces "siempre y cuando sean controlados por un especialista", y constituyen la mejor terapia para los síntomas que se presentan durante la menopausia. Síntomas que, además, pueden limitar el día a día de la paciente de forma significativa.
"La menopausia es una etapa en la que acontecen síntomas que pueden disminuir la calidad de vida de cualquier mujer. No solo en la esfera sexual, sino también en su metabolismo, ritmo de sueño e incluso estado de ánimo", recalca. De la misma forma en que hay pacientes que apenas sienten sofocos, otras pueden llegar a sufrir grandes alteraciones y cambios de humor, sequedad vaginal y otros problemas para los que "debe contemplarse la posibilidad de iniciar terapia hormonal de la menopausia".
"En este grupo de pacientes, los beneficios superan con creces los riesgos del tratamiento", explica el experto en ginecología. Por estos motivos, además de seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico, es fundamental que las pacientes se pongan en manos de profesionales que les informen de los tratamientos necesarios "para paliar situaciones que no se deben considerar normales", y ante las que es esencial intervenir para garantizarles una óptima calidad de vida al final de su edad reproductiva.