El urólogo Andrés de Palacio: "Las mujeres cada vez vienen más a consulta, han derribado un mito"

Cuando hablamos de urología, lo más habitual es que se nos venga a la mente una especialidad dedicada a resolver problemas que solo afectan al género masculino, pero la realidad se aleja bastante del mito. Las mujeres, al igual que ellos, también sufren afecciones urinarias, y se ponen cada vez con más frecuencia en manos de estos especialistas para poner solución a sus problemas.

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Andrés de Palacio, jefe clínico del Servicio de Urología y Cirugía Robótica. Cedida Hospital San Rafael de Madrid

En la consulta del doctor Andrés de Palacio, jefe clínico del Servicio de Urología y Cirugía Robótica del Hospital San Rafael (Madrid), el 30% de los pacientes son mujeres que rompen con la creencia de que la urología es exclusiva del público con próstata. En realidad, quienes se dedican a esta rama de la medicina tratan desde enfermedades que afectan al riñón y las vías urinarias hasta malformaciones congénitas.

Muchas de estas patologías, históricamente, se han visto como naturales e irremediables en la mujer, y quienes las han padecido se han visto obligadas a cargar con sus consecuencias sin acudir antes a un experto. 

Es el caso de la incontinencia, un problema que afecta a más de 5 millones de mujeres en España y que, según el Observatorio de la Salud Íntima de la Mujer, no se diagnostica en hasta un 60% de los casos. 

El doctor Andrés de Palacio arroja luz sobre esta afección tan presente como silenciada en la salud femenina. "Hay tres tipos de incontinencia. La de esfuerzo se produce con los esfuerzos del día a día, como saltar, coger peso, toser o estornudar. Por otro lado, la de urgencia se relaciona con la vejiga hiperactiva, con las contracciones involuntarias que nos hacen orinar en un momento no deseado. Y después están las personas que padecen los dos tipos a la vez", explica. 

Además de esta, la lista de patologías que el equipo dirigido por De Palacio trata a diario incluye otras que atraviesan desde el síndrome genitourinario de la menopausia hasta el cáncer de vejiga, los cólicos renales, el prolapso y las infecciones.

Estas últimas, explica en conversación con el periódico, ponen su blanco tanto en las mujeres jóvenes como en aquellas al final de su etapa reproductiva. "Hay muchos factores detrás de ellas: las hormonas, los cambios en la flora vaginal, gérmenes e incluso el debilitamiento del suelo pélvico después del embarazo".

El especialista recuerda que, además de las causas que nuestro cuerpo no puede controlar, también es determinante la forma en la que nos cuidamos antes, durante y después de las relaciones sexuales, para evitar la antiguamente conocida como cistitis de la luna de miel.

Las pautas básicas

"Las recomendaciones que damos son, primero, orinar después de mantener relaciones. También es muy importante la higiene íntima", recuerda Andrés de Palacio. 

El especialista incide en la importancia de usar jabones neutros y de no abusar de ellos. Además, recomienda incluir en la rutina productos naturales, "como el extracto de arándano rojo, la vitamina C, la D-Manosa y los probióticos" para mejorar las defensas y proteger la flora. 

Con la edad, añade, "aparecen otro tipo de trastornos", por lo que la consulta urológica es compartida por pacientes de todas las edades. 

A diferencia de lo que ocurre con las revisiones ginecológicas, que deben realizarse al menos una vez al año si todo está dentro de los parámetros normales, al urólogo se suele acudir una vez se presenta una patología, y en función de cuáles sean sus manifestaciones se realiza un tipo de chequeo u otro.

"En las mujeres, el diagnóstico es diferente, y varía dependiendo de los síntomas con los que venga la paciente. Estos serán los que determinen si se hace una exploración física, un examen de suelo pélvico, una ecografía o un estudio urodinámico para ver cómo funciona la vejiga", explica. 

Imagen de archivo del Hospital San Rafael de Madrid. Página oficial del centro

¿Siguen existiendo tabúes en torno al momento de acudir al urólogo?, pregunta magasIN. "Cada vez menos. Las pacientes llegan con naturalidad y con la confianza de que el especialista va a darles una solución a un problema de salud que puede alterar gravemente su calidad de vida", relata el especialista.

Lejos queda para la especialidad aquel momento en el que las mujeres se conformaban con sufrir sus problemas de salud desde la intimidad y sin hacer demasiado ruido. 

Ahora, la medicina puede decir que se encuentra en un momento positivo. Para empezar, porque cada vez es más importante abordar la salud desde un enfoque multidisciplinar e implicando a todos los profesionales, desde la ginecología a la fisioterapia.

Segundo, porque "hemos logrado desmontar múltiples mitos en torno a la salud femenina", lo que constituye un pilar fundamental en la lucha contra la brecha de género. De Palacio recuerda que ya han pasado más de treinta años desde la creación, dentro de la Asociación Española de la Urología, de un grupo de trabajo dedicado específicamente a abordar patologías que afectan a las mujeres.

"Es muy importante que lancemos mensajes de concienciación y campañas divulgativas para recordar que, efectivamente, la salud urológica no debe ser una preocupación exclusiva del varón", comenta al respecto.

Un campo en progreso

Asimismo, la incorporación de la mujer al ámbito de la urología no solo se da con ellas como pacientes, sino también como profesionales. De Palacio cuenta que "hace tiempo que dejamos de oír aquella frase de 'señorita, cuándo viene el médico'".

La sociedad comprendió que el género nunca fue, ni será, un factor determinante en la calidad con la que se atiende a la salud de la población. "Cuando acudimos a consulta, depositamos nuestra confianza en un profesional, da igual que sea hombre o sea mujer". 

El experto celebra que cada vez haya más incursión de estas profesionales a la especialidad. Como su propia hija, también especialista en Urología y que, desde el equipo del Hospital San Rafael, sigue los pasos de su progenitor en una carrera que él mismo define como "enriquecedora y muy bonita".

Una que aúna la parte médica, "esa tan humana que nos acerca a nuestros pacientes con la quirúrgica", que cada día protagoniza nuevos avances en campos como la cirugía robótica, y sigue progresando de la mano de profesionales comprometidos con la salud y la inclusión.