El cáncer de mamá es la principal causa de mortalidad entre mujeres, según la ONU. Cada año, más de dos millones de mujeres en todo el mundo son diagnosticadas. Los expertos inciden en la importancia de la detección precoz, ya que si la enfermedad se coge a tiempo, la tasa de supervivencia supera el 90%.
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El método más eficaz para detectar cuanto antes el cáncer de pecho es la realización de una mamografía cada dos años. La edad en la que debe realizarse la primera mamografía varía dependiendo del criterio del ginecólogo.
Muchos de ellos consideran que la primera debería efectuarse a los 35 años, pero normalmente y salvo que existan antecedentes familiares u otros factores de riesgo, no suelen empezar a hacerse hasta los 45-50. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), es a los 50 años cuando se dispara la incidencia de la enfermedad.
Por otro lado, aproximadamente un 10% de los cánceres de mama se diagnostican en menores de 40 años, por lo que cada vez es más habitual que las mujeres acudan antes a hacerse su primera mamografía. También es fundamental que las mujeres aprender a explorarse a sí mismas para darse cuenta de los cambios que se van produciendo en su mama.
Afortunadamente, se han realizado importantes avances en el tratamiento del cáncer de mama y el índice de supervivencia cada vez es más alto. Entre estos avances se encuentra el dispositivo creado por Josefa Cortés, una joven diseñadora chilena que ha creado Palpa, una esponja que facilita la detección del cáncer de mama.
Josefa se interesó en el cáncer de mama a través de un caso cercano. Una amiga suya notó algo raro en el pecho, pero, en su momento, le restó importancia y pensó que se trataba de una acumulación de grasa. Cuando acudió al médico años más tarde por una revisión rutinaria, le diagnosticaron un cáncer de mama en estado IV.
Su amiga logró superarlo, pero fue un camino muy difícil, ya que la enfermedad estaba muy desarrollada. A partir de esta experiencia, Josefa decidió ponerse manos a la obra y desarrollar un artilugio que enseñara a las mujeres a examinar sus mamas para distinguir si hay alguna anomalía, y que además consiga que la autoexploración se convirtiera en algo rutinario.
Palpa ayuda a entrenar la técnica para examinarse en la ducha. El dispositivo funciona como una esponja que se rellena con gel de ducha. En su interior hay un falso tumor maligno, una masa dura e inamovible de 1,5 centímetros. Al utilizar la esponja, la mujer palpa la simulación del tumor, lo que le ayuda a aprender a identificarlos, algo que no siempre resulta fácil.
Conforme vas palpando la anomalía, el gel es expulsado por la esponja y puede ser empleado para enjabonarse, facilitando el reconocimiento posterior. El gel se aplica sobre todo el cuerpo y la mujer puede autoexaminarse conociendo mucho más como es la anomalía.
El objetivo del invento, además de ayudar a la detección de tumores, es generar un hábito de autoexploración. Si bien es cierto que el autoexamen nunca va a reemplazar a ningún examen médico, cuanto mejor conozcamos nuestro cuerpo y como puede ser un tumor, antes acudiremos a una consulta para solucionar el problema.
Más de 70.000 mujeres han probado ya el dispositivo que ha sido elegido finalista de los Premios Fundación Mapfre a la Innovación Social en la categoría E-health. Un invento revolucionario que, a día de hoy y según los datos que conoce su creadora, ya ha ayudado a detectar al menos una decena de tumores.