Un problema muy frecuente en consulta es que todos tomamos menos verduras, hortalizas, verduras y frutas de las que deberíamos. En este grupo de alimentos no se incluyen tubérculos como la patata o el boniato, o raíces como la yuca, ni legumbres como las lentejas o los garbanzos.
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La mitad de los alimentos que comemos en nuestro día a día, deberían pertenecer a este grupo, principalmente, pero la cifra suele rondar el 25 %. Estamos haciendo una ingesta de hidratos de carbono más alta de la que realmente nuestro cuerpo necesita y tomando muchas menos verduras de las que nuestro cuerpo requiere.
Las vitaminas y minerales, elementos fundamentales para nuestro cuerpo, se obtienen en gran parte de estos alimentos. En lugar de incluirlos en nuestra dieta, nos estamos obsesionando por tomarlos en pastilla o en suplemento y se nos está olvidando la parte más importante que es optimizar los alimentos, porque es ahí, donde está el principal sustrato.
En este vídeo comparto tres claves fáciles de aplicar y de entender que, con una buena guía y un buen acompañamiento, nos pueden ayudar a cuestionarnos nuestras decisiones a la hora de comer. ¿Estoy comiendo la suficiente verdura? ¿Cómo puede repercutir en mi salud? ¿Qué puedo cambiar? ¿Qué puedo mejorar?
Básicamente, de lo que se trata es de mezclar alimentos crudos con cocinados, porque así nos aseguramos una mejor absorción de minerales y vitaminas. Además, debemos asegurarnos de que la mitad de nuestro plato son hortalizas, verduras y frutas.
Por último, por supuestísimo, se trata de intentar combinar los mayores colores posibles. Cada color significa unos minerales y unas vitaminas y cuando los combinamos, nos aseguramos de que hay una ingesta mucho más completa de micronutrientes, de minerales y de vitaminas.