Ayudado por la digitalización y una mayor libertad de palabra, el mundo de la sexualidad se abre de forma cada vez más evidente. Algunos fenómenos, anteriormente tabú o directamente inexistentes, se han popularizado a una velocidad imparable.
Algunos de ellos son, por ejemplo, el ASMR, por sus siglas de Autonomous Sensory Meridian Response (Respuesta Sensorial Autónoma Meridiana en inglés), que "describe la experiencia de un hormigueo cálido en la coronilla y la parte posterior de la cabeza que, a veces, también desciende por la columna vertebral como reacción a una respuesta auditiva y visual específica. Los estímulos que pueden desencadenar una respuesta ASMR son muy variados: desde susurros en voz baja hasta movimientos de las manos. El ASMR se ha relacionado con el placer sexual gracias al auge de los pódcast, el audio erótico y la meditación guiada", según destacan desde Satisfyer.
Entre ellos, cabe también destacar el llamado sexo kink, que ha ganado protagonismo en parte por las declaraciones de la actriz Emma Watson. Conversamos con Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de JOYclub España, para entender en qué consiste y cómo practicarlo de forma segura y serena.
¿Qué el sexo kink?
Para entender qué es el sexo, habría que entender primero que es el BDSM. Porque el BDSM, básicamente, es un estilo de vida que va más allá de las prácticas sexuales. Es el acrónimo de Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. Las personas que lo practican consideran que es una comunidad, una tribu urbana, con sus códigos de conducta, su idiosincrasia o su forma de vestirse. Es una forma de vida, de pensar, de relacionarse sexual y afectivamente con otras personas.
Las personas que se consideran kinkis son personas que realizan eventualmente alguna de estas prácticas, en momentos concretos de su sexualidad. Quieren hacer realidad esta fantasía, pero no lo ven como un estilo de vida. Solo realizan esta práctica en un momento determinado.
¿Qué tienen en común las personas que lo practican?
El sexo kink es algo que prácticamente todo el mundo realiza en cierta medida. Se quedarían aparte las llamadas personas "vainilla". En las comunidades liberales o disidentes sexualmente, así se denominan a las personas que no practican. Entonces una persona puede ser lo más vainilla, pero tener fantasías, porque en realidad las fantasías relacionadas con el BDSM son de las fantasías más comunes. Algunas encuestas demuestran que aproximadamente el 80-90% de la gente fantasea con alguna de estas prácticas. Lo más complejo es llevarlo a la realidad.
Las personas que lo practican no tienen nada raro, pero sí, quizá el mero hecho de atreverse y hacer realidad este tipo de fantasías los distingue. En todo caso, necesitas cierto nivel de comunicación, complicidad y conocimiento de las personas con las que lo realizas. No recomiendo que lo pruebes con alguien con quien no tienes pactados los límites, los acuerdos, que no te transmita seguridad. El sexo kink implica tener una mínima relación de confianza.
¿Qué recomendaciones específicas darías a la hora de practicarlo?
Lo primero que recomiendo siempre es empezar fantaseando en conjunto. Estas prácticas vienen del terreno de las fantasías, por lo que podemos fantasear con cosas absolutamente irrealizables. Entonces, puede ser un motivo para preguntar a tu pareja qué le excita. A través de esa conversación, empiezas a conocerla mejor. Puede empezar desde la risa y el erotismo y trasladarse a una conversación más seria.
Por ejemplo, se puede pactar el tipo de prácticas que nos gustan, las que queremos hacer… De hecho, se realiza una práctica en el BDSM que creo que se debería aplicar en casi todas las esferas. Es la creación de una checklist de prácticas. Consiste en establecer una lista de todas las prácticas sexuales que se os ocurren y le asignáis un semáforo, verde, amarillo o rojo, y vais eligiendo el color, según vuestra percepción.
Consiste en preguntarse mutuamente: "¿Para ti de qué color es el bondage?" Y valorar si para uno es, por ejemplo, un "no" rotundo. Puede que para uno lo sea y para otro no. En todo caso, siempre se va a realizar lo más restrictivo posible para no incomodar. A través de este semáforo de prácticas, se van estableciendo los límites, los acuerdos de lo que sí queremos practicar. Cuando realizamos cualquier tipo de práctica más allá de lo normativo, es importante establecer que no se va a hacer nada que no esté acordado previamente. Es fundamental pactar los límites y respetarlos.
¿Cómo crees que han influido las obras como 50 sombras de Grey en el imaginario colectivo?
Tengo sentimientos encontrados y pienso que esto le pasa a muchísima gente de la comunidad BDSM. Por un lado, creo que fue un fenómeno muy interesante porque desveló precisamente que hay muchas personas, especialmente mujeres, con fantasías relacionadas con el BDSM. Algunas que nunca habían fantaseado con el BDSM empezaron a hacerlo. Generó una discusión sobre estas prácticas que muchas personas ni se planteaban y percibían de un mundo muy sórdido, muy raro, de "personas raritas". Se erotizó el BDSM lo cual creo que es positivo.
El problema es el enfoque que se da en estas películas. Es muy criticado, porque no están representando una relación BDSM sana. En el caso de 50 sombras, es una relación entre los dos protagonistas, pero es bastante insana. De hecho, muchas personas consideran que es una relación de abuso porque, por ejemplo, pacta unos límites que no se aceptan, ella se ve forzada a realizar esas prácticas BDSM porque está enamoradísima de él, no es algo que genuinamente nazca de ella. En cierto sentido, es forzar a alguien a través de la manipulación emocional.
Por lo tanto, muchas cosas se están representando de una forma bastante fetichista e incluso machista. No hace muy feliz a la comunidad, pero al mismo tiempo le ha dado visibilidad… son como primeros pinitos hacia una apertura sexual. Salió el bestseller y animó a mucha gente a explorar, pero la realidad es que no te puedes quedar en 50 sombras. Si quieres practicar BDSM o sexo, tienes que ir más allá y buscar información fidedigna y realizada por profesionales.