Las técnicas de vitrificación de ovocitos o congelación de óvulos van ganando popularidad entre las españolas que quieren ser madres.
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La maternidad se ha ido retrasando en España. Según los datos del INE, en 2010, 13.575 mujeres de 25 años eran madres, frente a 9.778 mujeres de 40. La tendencia se invirtió en 2014 y en 2017 ya hubo 9.244 mujeres que fueron madres a los 25 y 12.993 las que lo fueron a los 40.
Estos datos hay que entenderlos en un contexto de bajada general de la natalidad y de cambio cultural.
Como ya contamos en EL ESPAÑOL, entre los menores de 30 las principales causas por las que no han querido ser padres son la falta de estabilidad laboral o bajos ingresos, la falta de ganas o la búsqueda de una relación estable.
Algunas mujeres, conscientes de la importancia de los tiempos biológicos, se plantean y decantan por la congelación de óvulos.
Marta (nombre ficticio) tiene claro que quiere ser madre. Tiene 27 años, un buen puesto en una consultora, pero no una pareja con la que formar una familia tradicional. Por ello, se plantea congelar sus óvulos: "Me gustaría formar una familia tradicional, pero no sé el tiempo que eso va a llevar. ¿Y si no conozco a nadie? No me importaría ser madre soltera".
También se lo plantea Amalia (nombre ficticio) porque su vida "es un caos". Tiene 26 años y lleva dos meses con un contrato temporal que pronto, espera, se convierta en indefinido: "Quiero ser madre, pero no es el momento. Quiero vivir la vida. Acabo de dejarlo con mi novio después de cuatro años. No tengo una estabilidad económica y me gustaría intentarlo antes de la manera tradicional. Pero quién sabe. Lo que sé es que quiero esperar".
Caso distinto es el de Lucía (nombre ficticio). Ella es brasileña, tiene 35 años y es investigadora química. Tiene un trabajo estable y también pareja, pero su familia es muy tradicional y no aceptaría que tuviese un hijo fuera del matrimonio.
Consciente de su edad y los tiempos, hace un año decidió congelar sus óvulos. "Me voy a casar en unos meses y lo intentaremos, pero somos conscientes de que el tiempo juega en nuestra contra".
Más años, menos ovocitos
El doctor Manuel Muñoz, director de IVI Alicante, explica a magasIN que la congelación de óvulos ofrece muchas ventajas, pero destaca la posibilidad de posponer la maternidad.
"Es bien conocida la influencia que tiene la edad de la madre a la hora de poder conseguir un embarazo con mayor o menor facilidad, pues a más edad, más dificultades. Conforme la mujer va cumpliendo años, van quedando menos ovocitos, y los que van quedando son de peor calidad. Ambas circunstancias comprometen la consecución de una gestación", dice.
Actualmente, señala que es una práctica habitual posponer la búsqueda del primer hijo, pues el paréntesis en la carrera profesional que puede suponer un embarazo y los cuidados posteriores del recién nacido "pueden comprometer oportunidades laborales, hecho que lleva a muchas mujeres a priorizar sus carreras profesionales y posponer la maternidad".
"La opción de poder congelar ovocitos supone que la mujer cuenta con la posibilidad de convertirse en madre cuando decida, contando con el pronóstico que hubiera tenido la búsqueda del embarazo en el momento de congelar sus óvulos", cuenta.
Además, añade que la congelación también ha permitido ofrecer la posibilidad de ser madres a mujeres diagnosticadas y tratadas de cáncer, pues en muchas ocasiones reciben tratamientos que acaban con la reserva de ovocitos existentes en sus ovarios.
"Mediante la estimulación ovárica se pueden extraer varios de esos ovocitos, congelarlos, y poder usarlos a posteriori cuando la mujer haya vencido el cáncer, evitando así una posible esterilidad a consecuencia de los tratamientos de quimio o radioterapia", apunta.
La vitrificación
El doctor continúa explicando a magasIN el proceso. "El proceso en sí de la congelación es la vitrificación, técnica que IVI introdujo en Europa procedente de Japón en el año 2007, y la principal ventaja con respecto a las técnicas anteriores de congelación es que la mayoría de los ovocitos sobreviven a la misma (más del 90%), y se necesita una décima parte de ovocitos de los que se precisaban anteriormente para poder tener ciertas garantías de conseguir un embarazo", dice.
Y continúa: "Con una cifra alrededor de 10 ovocitos, prácticamente todas las mujeres tienen opciones reales de poder conseguir una gestación viable a posteriori".
Con el fin de poder tener tal número de ovocitos, habitualmente recurren a la estimulación ovárica, pues en cada ciclo natural de la mujer se suele seleccionar un solo folículo, por tanto, un óvulo.
"La estimulación ovárica se realiza con las mismas hormonas que la mujer segrega en su ciclo natural, la FSH y la LH, pero a dosis mayores a las segregadas naturalmente, lo que provoca un reclutamiento de varios folículos de manera simultánea, y así poder captarlos en un solo ciclo menstrual", comenta Muñoz.
¿Cuándo es el mejor momento?
Según el experto, lo ideal es poner en marcha el proceso antes de que la mujer haya cumplido los 35 años de edad, pues se estima que a partir de ese momento los ovocitos perderán calidad y disminuirán su rendimiento.
"Sabemos que el declive de la función ovárica comienza de media hacia esos 35 años, pero no en todas las mujeres comienza a la vez y no en todas lo hace con la misma intensidad. En este caso, sería recomendable que cada mujer conociera el estado de su reserva ovárica cuanto antes para, de esta manera, poder anticiparse a los posibles problemas derivados del descenso de la misma", dice.
Y continúa: "En este sentido, el mensaje para una mujer que con 38 años se plantee posponer su maternidad es que acuda al especialista, que se evalúe su reserva ovárica, y en función de la misma diseñar la estimulación para poder congelar el número de óvulos que ambos, médico y paciente, se marquen como objetivo".
Respecto a la idea de una edad 'ideal' para ser madre, considera que es discutible, "pues dependerá de muchos factores relacionados con el estado de salud de la madre en el momento de buscar el embarazo. El límite lo podríamos establecer alrededor de los 50 años, que es a su vez el límite natural, edad en la que por término medio cesa la función ovárica en la mayoría de las mujeres".
Ahora bien, recuerda que por encima de los 45 años aumenta de manera significativa la patología relacionada con el embarazo, fundamentalmente diabetes, hipertensión y prematuridad, por lo que la recomendación sería intentar esa búsqueda con anterioridad.
"Pero si la mujer finalmente encuentra su momento ideal para su embarazo por encima de esa edad, existen magníficas unidades de seguimiento de los embarazos de alto riesgo en los hospitales españoles, que contribuirán a que madre y recién nacido lleguen a buen puerto al final del embarazo", concluye.