Desde hace décadas, son miles las personas que deciden iniciar una dieta para adelgazar disminuyendo o sin consumir alimentos ricos en carbohidratos. Pero ¿cuándo se comenzó a demonizar la patata?
Situémonos en Londres, 1927, en concreto, en la consulta de William Prout, quien estaba especialmente interesado por el proceso digestivo del ser humano. El doctor fue el primero en clasificar todas las sustancias orgánicas en tres: grasas, proteínas e hidratos de carbono.
Este último grupo incluía tanto la glucosa (principal fuente de energía para las personas), como las féculas (que engordaban el ganado).
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Por aquel entonces, como adelantó el diario ABC, la historia de los hidratos de carbono era una historia de carencia y no de exceso, ya que el Estado sólo buscaba cómo llenar el estómago de su pueblo y evitar las hambrunas.
Esto empezó a cambiar con los dolores de rodilla de William Banting, sepulturero de la realeza. Pesaba 92 kilos y medía 1,67 metros. Empezó el 26 de agosto de 1862 una nueva dieta. Un mes después había perdido tres kilos, pasadas diez semanas había perdido nueve y consiguió adelgazar hasta los 73 kg.
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Decidió compartir su experiencia y publicó Carta sobre la corpulencia, dirigida al público. Su historia se convirtió en un best seller y desató una oleada de dietas.
La cura de sus problemas de rodilla puso de moda la primera dieta. Esta no hablaba de azúcares o ácidos grasos, por lo que se podría decir que puso de moda una dieta baja en hidratos de carbono.
Keto, Atkins, South Beach…
En 1921, el doctor Russell M. Wilder puso nombre a este régimen alimentario: la dieta cetogénica.
Wilder diseñó la dieta cetogénica, conocida hoy como keto, con el objetivo de generar una situación de cetosis similar al ayuno, que se logra con una restricción de alimentos ricos en glúcidos, consumiendo en su lugar grasas y proteínas, o con un aporte insuficiente de alimentos.
El organismo se ve obligado a cambiar la ruta para aportar energía a las células y usa las grasas. Al hacerlo, el hígado crea cuerpos cetónicos. Esta ruta metabólica lenta y costosa fue diseñada para tratar la epilepsia y, aunque ayuda a perder peso, no es la opción más saludable salvo prescripción médica.
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Bajo el marco de la keto han surgido nuevas dietas. A principios de los setenta, el cardiólogo Robert C. Atkins publicó La revolución dietética del Dr. Atkin, en el que presentaba una forma de perder peso con una dieta caracterizada por el consumo de alimentos de bajo contenido de glúcidos. Es similar a la keto original, pero menos estricta.
En el 2000, el dietista francés Pierre Dunkan promovió una dieta que lleva por nombre su apellido y que se basa en el consumo masivo de proteínas por encima de cualquier otro grupo.
Años después, en 2003, se popularizaba la dieta South Beach. Se trata de un popular régimen diseñado por el cardiólogo Arthur Agatson. Esta propone una alimentación más baja en carbohidratos y más alta en proteínas y grasas saludables, sin ser una dieta estricta respecto a los carbohidratos.
¿Reducir los hidratos adelgaza?
Son miles las personas que siguen dietas bajas en carbohidratos como las citadas anteriormente.
Sin embargo, un informe de Nutrimedia, un proyecto del Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra (OCC-UPF) y el Centro Cochrane Iberoamericano, ha demostrado que reducir la energía procedente de los hidratos de carbono no es mejor que reducir las calorías de la dieta y el tamaño de las porciones durante dos años como máximo.
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Los investigadores concluyeron que es probable que las dietas de adelgazamiento bajas en carbohidratos supongan poca o ninguna diferencia en la pérdida de peso, tanto a corto plazo (3-8 meses) como a largo plazo (1-2 años), comparando dietas adelgazantes con un consumo equilibrado de carbohidratos.
En cualquier caso, antes de iniciar cualquier dieta alimentaria lo mejor es recurrir a un especialista.