La gestión emocional es uno de los pilares de nuestra salud y bienestar y, en estos momentos de pandemia, es indispensable tener una gestión emocional adecuada si queremos evitar padecer ansiedad, depresión. También para no desarrollar conductas evitativas, que son todas aquellas conductas que desarrollamos para evitar situaciones que consideramos, de forma consciente o inconsciente, peligrosas; conductas compulsivas, que son todas aquellas conductas que nos llevan a comer, beber o hablar compulsivamente; o conductas de compensación, cuando encubrimos, de forma consciente o inconsciente, nuestras debilidades, frustraciones o incompetencias a través de la gratificación inmediata en otra área de nuestra vida.
Según Michael S. Gazzaniga, el padre de la neurociencia cognitiva y autor de El cerebro ético y ¿Qué nos hace humanos?, nuestras emociones son generadas por procesos físicos del cerebro, pero también influyen en ellas lo psicológico y lo social. Si bien sentir miedo es algo que se produce en nuestro cerebro de forma adaptativa e involuntaria con el fin de proteger nuestras vidas ante cualquier amenaza real (una persona que nos ataca) o imaginaria (miedo a quedarme sin trabajo), debemos saber cómo gestionarlo de la mejor manera posible, a través de las técnicas de afrontamiento.
Las técnicas de afrontamiento nos permiten responder de manera adaptativa a las emociones difíciles que nos generan los problemas y las crisis que nos suceden en nuestra vida.
Técnicas para mejorar
¿Quieres aprender algunas técnicas para mejorar en la gestión de tus emociones? Entonces te propongo que sigas estos consejos. ¡Toma nota y empieza a practicar!
1. No niegues tus emociones. Negarse a sentir miedo, envidia, rabia, tristeza o rencor es un mecanismo de defensa que usamos para no asumir nuestros problemas o para no aceptar esa parte de nosotros que no queremos ver. Recuerda: lo sano a nivel emocional es sentir todo tipo de emociones. Si te encuentras sintiendo celos o envidia, eso significa que eres capaz de “sentir”. Otra cosa muy distinta es “lo que haces con eso que sientes”.
2. No evites tus emociones. Si te sientes triste, no evites la tristeza a través de la hiperactividad y permítete vivirla desde la tranquilidad. Estar triste es lo más normal del mundo cuando has tenido una pérdida. La gestión emocional nos enseña a surfear las olas de las emociones, con sus subidones y bajones. Estar de bajón es, a veces, necesario.
3. No reprimas tus emociones. Cuántas creencias hay en nuestra sociedad que nos condicionan a reprimir nuestras emociones. “Los hombres no lloran” nos ha llevado durante décadas a reprimir el llanto, pero ahora las cosas están cambiando y, afortunadamente, hasta el mismísimo James Bond se echa sus lagrimillas en su última aparición en pantalla. Todos tenemos, afortunadamente, nuestro corazoncito y el agente 007 no iba a ser menos.
4. Localiza y observa la manifestación de las emociones en el cuerpo. El cuerpo y las emociones van de la mano. Por ello, cuando sentimos estrés, miedo o enfado, el cuerpo puede somatizarlo a través de contracturas, problemas digestivos o dolores de cabeza.
"La gestión emocional nos enseña a surfear las olas de las emociones, con sus subidones y bajones"
5. Practica el tacto tranquilizador en aquella parte del cuerpo en la cual sientes la emoción. Ahora que has observado la parte del cuerpo en la cual se ha manifestado la emoción, practica el tacto tranquilizador y tómate una pausa, llevándote una mano a la zona del corazón. Pon durante unos minutos atención a la respiración, sintiendo el tacto agradable y cálido de tu mano en el pecho.
6. Abraza tu vulnerabilidad. No hay nadie en este mundo que no haya sentido, en algún momento de su vida, miedo de ser rechazado o de fracasar. Por ello es importante que puedas aceptar que eres vulnerable, imperfecto y no sentir vergüenza o culpa por ello. Lo de ser superhéroes mejor se lo dejamos a Marvel.
7. Establece un ritual de cuidado de tus emociones. Es muy positivo establecer rutinas de autocuidado emocional, como puede ser meditar, hacer ejercicio físico, pasear o darnos un masaje. Si establecemos unos hábitos diarios de cuidado emocional, tendremos más recursos a la hora de afrontar los momentos difíciles que se nos puedan presentar a lo largo del día.
8. Expresa tus emociones con tu círculo cercano. Es muy importante que en tu vida cotidiana tengas espacios y momentos en los que puedas validar cómo te sientes, hablando de ello con tus seres queridos. Esto te permitirá sentirte aliviado y reconfortado. Recuerda: el desahogo y la escucha sin juicio son tremendamente terapéuticos.
9. No te juzgues. Es importante no caer en la autocrítica si sientes emociones tales como la ira, la vergüenza, la soberbia o el asco. Si con tu conducta haces daño o te equivocas, siempre puedes aprender de ello, rectificar y pedir perdón. Recuerda: equivocarse y fallar es de humanos.
10. No te culpes. Todas las emociones son válidas. Culparte por sentir una emoción determinada no tiene ningún sentido. No dejes nunca de validar cómo te sientes y de transitar esa emoción con aceptación y amabilidad hacia ti mismo y hacia los demás.
*Alejandra Sánchez Yagüe es CEO de Mindtraining y profesora invitada de la Universidad a Distancia de Madrid y de la Universitat de Barcelona.