Tania Boler, doctorada en filosofía, se lanzó al mundo de la tecnología allá por el 2013. Durante su primer embarazo, Tania se interesó por la importancia de fortalecer el suelo pélvico para las mujeres. “Me obsesioné con el tema y en conseguir un dispositivo sencillo que las mujeres pudiesen utilizar en su casa para hacer ejercicio y fortalecer ese músculo tan importante para nosotras”, cuenta.
Los números que descubrió entonces la sorprendieron: una de cada tres mujeres sufren problemas de incontinencia, prolapso y problemas sexuales en algún momento de su vida, algo que podría corregirse con los ejercicios de Kegel. Así nació el Elvie Trainer, un dispositivo de ejercicios de Kegel que ayuda a las mujeres a fortalecer el suelo pélvico. “Me indignaba la falta de información sobre un problema como este, tan importante para la salud de las mujeres, y del que nadie hablaba”.
En poco tiempo el Trainer acumuló numerosas de ventas y premios. “En parte me sorprendió porque todo el mundo me decía que iba a ser un fracaso. Que hablar de vaginas no era buena idea, que los temas de salud femenina eran un poco desagradables. Pero yo quería romper el tabú. No podía ser que algo que afecta a tantas mujeres siguiera sin hablarse”, recuerda.
Ahora, llega a España el Elvie Pump, un sacaleches portátil y silencioso, que ha sido record de ventas en Reino Unido. Sin necesidad de cables, el producto ofrece la mayor comodidad al poder utilizarse en cualquier lugar y en cualquier momento. Cabe en un sujetador normal y no necesita otro tipo de apoyo por lo que la mujer puede seguir con cualquier actividad mientras se saca la leche. “Deja a las mujeres decidir el tipo de madre qué quieren ser. Tú sigues con tu vida y el aparato lo hace solo”, explica.
El dispositivo se conecta con una aplicación móvil con la que se controla la velocidad, el volumen de extracción y se para automáticamente en cuanto detecta que la botella está llena. “Esto ha cambiado por completo la experiencia de muchas mujeres. La mayoría de los sacaleches son dolorosos, difíciles de usar, ruidosos y exigen que estés con el aparato enchufado a una toma eléctrica. Elvie acaba con todo esto y hace que la experiencia sea mucho más agradable”, señala la fundadora.
Un sacaleches en la pasarela
En septiembre de 2018, la modelo argentina Valeria García se subió a la pasarela de la London Fashion Week con un accesorio singular para un desfile de moda: perfectamente visibles dentro de su sujetador estaban dos sacaleches portátiles. “Queríamos romper estereotipos y tabúes y una mujer caminando por una pasarela mientras se saca leche para su bebé… era revolucionario”, cuenta Tania Boler, la fundadora de Elvie.
El mundo de la tecnología, como casi todo lo demás, está todavía muy masculinizado y, por eso, los productos para la mujer tienen más dificultades en conseguir espacio. “Nuestros productos se utilizan en partes íntimas de las mujeres: las vaginas y los pechos. Históricamente, las sociedades han estado dominadas por hombres y todo lo que se relaciona con la mujer y su salud es, o ha sido, un tabú, como algo tan sencillo como la menstruación, por ejemplo.”, analiza Boler.
“Y luego, la masculinización del sector hace que las preocupaciones con los cuerpos femeninos no existan, sencillamente porque los hombres no saben cuáles son. ¿Y si no conocen los problemas, cómo van a diseñar las soluciones?”, pregunta.
Por ello, defiende Tania Boler, es muy importante la perspectiva de género a la hora de elaborar soluciones tecnológicas para los problemas de todas las personas, porque a veces se olvida la mitad de la población. “Creo en la tecnología como una forma de cambiar el mundo. Porque proporciona soluciones rápidas y efectivas. Y muchas veces las compañías tecnológicas infravaloran a las mujeres como potenciales utilizadoras de sus productos. Eso no es verdad. Pero tienen que diseñarse productos pensados para ellas y para sus necesidades. Nuestros productos son feministas”.
Diseño y tecnología
En la combinación de diseño y tecnología puede estar el secreto del éxito de Elvie. Se trata de productos funcionales pero bien diseñados, modernos y sin ‘tics cursis’. Además, están diseñados desde el punto de vista del utilizador “y no desde una perspectiva de médico/paciente, que es lo que pasa muchas veces con los productos de salud”.
Desde los negocios se ha acuñado la palabra femtech para referirse al desarrollo tecnológico centrado en productos para mujeres. “No debería hacer falta algo así porque si el mundo fuera igualitario, las mujeres estarían incluidas en la tecnología de manera natural. Pero por ahora creo que sí hace falta juntar bajo un mismo paraguas las compañías que nos dedicamos a diseñar dispositivos tecnológicos para los problemas de las mujeres. Porque eso ayuda a visibilizar y fomenta la conversación sobre estos temas”.
Un debate esencial a la hora de romper los tabúes. “Sacar a la luz la importancia de los problemas relacionados con la salud de las mujeres y aportarles soluciones efectivas y hechas a su medida es fundamental”.