En el universo de las celebridades, la realeza ocupa un lugar destacado con una legión de seguidores que sueñan con poseer alguna de sus pertenencias para colocarla en un lugar destacado de su vida.
Es por eso que las subastas reales tienen mucha aceptación y a menudo las cosas que se ponen a disposición del mejor postor alcanzan precios desorbitados. Hay muchos ejemplos que confirman el tirón royal en las pujas, porque ¿quién no desea tener un vestido de Lady Di o unas botas de la princesa Margarita de Inglaterra?
Como sucede con actores, actrices, cantantes, etc., la muerte convierte a estos personajes en eternos y pone aún más en valor cosas que les pertenecieron. De ahí que contemos con bastantes ejemplos de subastas reales que han sido todo un acontecimiento.
Una de las últimas fue la que se llevó a cabo por la casa Dreweatts para sacar a la venta unas botas de montar a caballo de la hermana de la reina Isabel II. Ella es, sin duda, una de las Windsor más trasgresoras y admiradas. Solo hay que ver la importante parte de la trama que le dedicó la serie The Crown.
Pues bien, este calzado alcanzó una cifra récord, pues se pagaron 8.100 euros por ellas el pasado mes de abril. Fabricadas por la marca ecuestre Maxwell, llevan estampado el nombre de Margarita. Antes de subastarse, estaban en poder de la que fuera su nuera, Serena Armstrong-Jones, condesa de Snowdon, que también puso a la venta otros objetos como una cortina bordada a mano por el Gremio de Bordadores de Nueva Gales del Sur en 1975 o un boceto de una antigua silla de madera encargada en 1.296 por el Rey Eduardo I y que hasta 1997 estuvo en la Abadía de Westminster.
Recientemente, también se ha vendido una preciada joya que perteneció a la reina española Victoria Eugenia, en la casa de subasta Christie's. Se trata de un broche de diamantes y esmeraldas que alcanzó un precio de 200.000 euros aproximadamente y que se encontraba dentro de un lote con otras piezas. Pese a pertenecer a la esposa de Alfonso XIII, la joya había acabado en manos de la familia Lequio, pues fue heredada por la nieta de su dueña original, Sandra Torlonia, casada con el conde Clemente Lequio di Assaba.
Otra de las royals que más devoción despierta es Diana de Gales, cuyos objetos personales han salido a subasta en numerosas ocasiones. El próximo 27 de junio se inició la venta de 150 piezas que pertenecieron a la recordada princesa del pueblo por la prestigiosa casa Julien's Auction y se espera que sea todo un éxito, como en otras ocasiones. Hay de todo: vestidos, sombreros, zapatos… El año pasado, la misma empresa logró vender en una puja un mítico vestido de Lady Di diseñado por Jacques Azagury que lució en 1985 por un millón de euros.
Hace unas semanas también se puso al alcance de coleccionistas el primer contrato de trabajo que firmó la que fuera esposa del rey Carlos III dos años antes de entrar a formar parte de la Familia Real británica. Aplicaba a un empleo como niñera y esa solicitud que rellenó de su puño y letra fue ofrecida al mejor postor en la casa Auctioneum y alcanzó un precio de 9400 euros.
No solo de joyas, vestidos, complementos y curiosidades viven las subastas royal, también de arte. El pasado mes de marzo Bruun Rasmussen Auctioneers puso a la venta un cuadro pintado por la reina Margarita II de Dinamarca en 1988. Fue un regalo personal de la soberana a su entonces Mariscal de la Corte, Hans Sølvhøj y desde entonces había pertenecido a su familia.
Una de las personalidades más destacadas de la monarquía es Isabel II. Tras su muerte, Reeman Denise Auctioneers, una casa de subastas más conocidas a nivel mundial, lanzó una puja de muchas de sus pertenencias, desde una licencia de conducir a un camisón con sus iniciales bordadas. En 2022 también se vendió el Jaguar X-Type Estate con el que la monarca recorría Windsor por 55.000 euros.