Era una de las personas que más se echaba de menos en la entrada de la clínica Ruber de Madrid, la fiel compañera de la Emérita. Pero al final este viernes 12 de abril por la tarde se ha producido la imagen más esperada: Irene de Grecia llegaba al centro hospitalario para visitar a la reina Sofía, que fue ingresada el día 9 por la tarde a causa de una infección en el tracto urinario.
La tía Pecu, como la llaman sus sobrinos cariñosamente, hacía acto de presencia bien acompañada, con una chaqueta de estampado pata de gallo y se dirigía directamente a la habitación de su hermana para ver de primera mano cómo se encontraba.
Todo parecía indicar que la madre de Felipe VI recibiría el alta médica este 12 de abril. Los movimientos de la mañana, cuando se pudo ver a personal de Zarzuela recogiendo los ramos de flores que había recibido y cargándolos en el coche hizo pensar que su regreso a casa sería inminente. La visita sorpresa de Irene de Grecia descarta esta opción, al menos durante las próximas horas. Podría ser que la salida de la reina Sofía se produjera a lo largo del fin de semana. Sin embargo, por el momento no hay noticias al respecto y la incógnita continúa.
Irene de Grecia, que el próximo 11 de mayo cumplirá 82 años, ha tenido algunos achaques de salud. Aún así, casi siempre está lista para acompañar a la Emérita en muchos de sus actos oficiales y, por supuesto, esta es una visita que no podía faltar en el hospital. Caminaba cogida del brazo de su acompañante, con gafas de sol. Su llegada ha sido discreta, como es ella, sin ningún gesto hacia los medios apostados en las inmediaciones de la clínica Ruber. La última vez que vimos juntas a las dos hermanas fue la pasada Seman Santa asistiendo a las procesiones de Málaga y Madrid.
Durante los últimos días, la infanta Elena y Felipe y Letizia, también han querido acercarse al centro médico para pasar unos momentos con la paciente y comprobar cómo evoluciona. El Rey ha asegurado que se encuentra bien y animada, con las ganas lógicas de poder regresar a su hogar.
Desde que la Casa Real emitiera el comunicado anunciando su ingreso, nada más se ha sabido de la evolución de su dolencia. Recordamos que la reina Sofía tuvo que ser ingresada por una infección en el tracto urinario y que estaba siendo tratada con antibióticos. Los médicos decidieron dejarla en observación para controlar bien la sintomatología.