El lunes 15 de diciembre ha amanecido lluvioso en Copenhague, pero eso no ha impedido que los nuevos Reyes sean aclamados en su primer acto público tras la coronación: la recepción que ha tenido lugar en el Parlamento. Sonriente y sin un ápice de cansancio en su rostro, pese a todas las emociones vividas el día anterior, Mary de Dinamarca hacía su debut como reina consorte de los daneses, acompañando a Federico X, también resplandeciente de felicidad.
Si para el momento de la subida al trono de su marido, la australiana se sumó a la tradición y vistió de blanco, para esta aparición pública se ha decantado por el color de la realeza: el azul. Elegante, con un cierto sabor retro (un estilo que siempre ha caracterizado a Margarita II, la reina saliente) y luciendo espectaculares accesorios, su elección ha sido un acierto pleno.
Mary ha lucido un dos piezas formado por una chaqueta entallada con péplum (volante en la parte inferior) y una falda midi de vuelo: muy en la estética New Look que Dior lanzó en los años 40. El blue royal lo llevaba de pies a cabeza, a juego con el traje del Rey, en una tonalidad algo más apagada.
El conjunto no era nuevo, lo había lucido con anterioridad y pertenece a la firmaOle Yde. Empezamos el reinado dando signos de austeridad... Destacaban los complementos: un vistoso sombrero con plumas en uno de sus lados, salones de tacón alto, guantes y uno de sus broches más especiales. Sirve como guiño a su suegra y también a su hijo, pues fue un regalo que le hizo la soberana por el nacimiento de su primer hijo, el príncipe Christian, actual heredero al trono.
Consta de un gran zafiro, rodeado por diamantes, de los que cuelgan perlas y Mary de Dinamarca lo ha llevado en numerosas ocasiones, como los bautizos de sus vástagos. Este lunes 15 de enero en su debut oficial también ha querido que una joya tan importante estuviera presente. No ha sido el único guiño pues también lucía un colgante con la incial de su marido, Federico.
La Reina, que ha recibido un ramo de flores a su llegada, ha besado cariñosamente a Margarita II, a la princesa Benedicta y a su cuñado, Joaquín de Dinamarca. Una vez en el interior del palacio de Christiansborg, sede del Parlamento, se ha producido el acto de reconocimiento del nuevo monarca. Federico X, su esposa y su hijo mayor han ocupado la primera fila de la tribuna, mientras que la yua exreina se ha sentado detrás; es el nuevo protocolo.