Alejandra Merit, la propietaria de la empresa Veneno Concept.

Alejandra Merit, la propietaria de la empresa Veneno Concept. Cedida.

Protagonistas

Alejandra Merit, la joven que recaudó más de 300.000€ en 30 días para abrir un espacio gastrocultural en Valencia

Este martes 15 de abril será la inauguración oficial del local y, a partir del miércoles 16, estará abierto a todo el público.

Más información: Patricia Araque, la gurú del emprendimiento femenino: "El dinero no puede ser la cosecha de tu negocio, sino el abono".

Publicada
Actualizada

La primera acepción de la palabra veneno en el diccionario es "sustancia que, introducida en un ser vivo, es capaz de producir graves alteraciones funcionales e incluso la muerte". Sin embargo, lo que Alejandra Merit (Valencia, 1996) pretende con Veneno Concept es que la gente viva con todas sus ganas.

Esta joven valenciana, después de más de dos años de esfuerzo, está a punto de abrir un espacio gastrocultural en el número 124 de la Avenida de Peris y Valero del barrio valenciano de Ruzafa.

"La idea es generar un ambiente de cercanía que invite a la gente a ofrecerse a hacer cosas improvisadas combinado con la programación musical, artística y cultural que habrá cada día en directo", explica Merit a Magas. Lo que busca es que "siempre esté pasando algo" y que al entrar en Veneno se sienta como ir a otro mundo.

"Aunque fuera difícil"

Emprender es un camino pedregoso y más cuando eres joven. El año pasado se embarcaron en esa aventura un 11% de los españoles menores de 30 años, según la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Pero Alejandra decidió que, aunque fuera difícil quería intentarlo.

Hace más de dos años que dejó su trabajo estable en el departamento de marketing de una empresa y se lanzó de lleno a por su sueño: "despertar el lado más creativo y rebelde de toda una generación". Aunque pasó muchas noches con ansiedad y dudas sobre sí misma, tenía muy claro lo que quería.

"Empecé con un PowerPoint que daba pena, con el que intenté convencer a familiares y amigos. Toqué más de 80 puertas, pero solo confiaron en mí cinco personas que pusieron 5.000€ cada una. Eso sirvió para registrar la marca y pagar a la inmobiliaria y al abogado", explica.

Lo cierto es que Alejandra se lanzó a la aventura ella sola en el año 2023, y tiempo después se incorporó Claudia, para impulsar el proyecto, y Gonzalo, como socio estratégico. En junio del pasado año contrató a una creadora de contenido, a un cocinero y a una jefa de sala, aunque en la apertura esperan ser casi veinte personas. A pesar de ejercer como propietaria del negocio, Alejandra confiesa que no se ve como una jefa porque "no toma ninguna decisión sin la opinión del resto".

En este estado de suciedad se encontraba la nave cuando Alejandra la alquiló.

En este estado de suciedad se encontraba la nave cuando Alejandra la alquiló. Cedida.

Los primeros problemas empezaron con la limpieza de la nave, ya que había estado ocupada ilegalmente durante dos años y, por tanto, estaba llena de escombros y excrementos. El olor era tan desagradable que la primera empresa de limpieza que contrató la dejó tirada a las horas de empezar.

Así ha quedado tras la reforma la Veneno House.

Así ha quedado tras la reforma la Veneno House. Cedida.

Pero el verdadero reto fue conseguir el dinero para la reforma del local, ya que estimaron que debían invertir un presupuesto de 300.000€. De hecho, el 79% de los jóvenes emprendedores en España destacan el acceso a la financiación como principal barrera para desarrollar su actividad, según la CEOE.

Merit empezó a subir contenido en la cuenta de Instagram de Veneno, en la que mostraba cómo conseguía ese dinero en 30 días. Entonces, se hizo viral. El éxito fue gracias a la frescura de sus vídeos y la transparencia con la que enseñaba un tema tabú en el mundo gastronómico: la recaudación de fondos que recibía de proveedores como Coca-Cola, Mahou o Red Bull.

El crecimiento de seguidores le supuso un aumento de hate en las redes, aunque la valenciana confiesa que no es un tema que le importe mucho. "Yo con las redes tengo una intención muy buena, lo que realmente quiero es inspirar a jóvenes a que exploten su veneno, a que emprendan, por eso si alguien dedica su energía a criticarme, en ningún caso es mi problema", afirma.

La cara B

Está a pocos días de levantar el cierre del local y, sin embargo, Merit confiesa que durante todo el proceso se ha enfrentado a un sinfín de contratiempos, además de cometer todo tipo de errores por el camino. El más garrafal, el contrato de alquiler de la nave.

Desde un primer momento, la propietaria le impuso un aval de 100.000€ que la joven, en la confianza de tener una buena relación con ella, creyó que no le pediría. Sin embargo, con la obra ya empezada y a 24 horas de firmar el contrato, esa creencia se desmoronó. Tuvo que hacer una "llamada de emergencia" a todos sus amigos para reunir el dinero del aval.

"Lo pasé tan mal que, después de solucionarlo, me dio una fiebre altísima y un brote de acné como si tuviera otra vez 13 años", relata Alejandra. Por eso, ahora defiende la idea de que con los negocios se puede ser optimista, pero siempre hay que tener una red de seguridad.

De izquierda a derecha: Alejandra Merit, propietaria de Veneno Concept; Sergio Llinares, chef y jefe de cocina; Carla Gil, programación y merchandising; Julia Carrasco, diseñadora y creadora de contenido y Saray García, jefa del local.

De izquierda a derecha: Alejandra Merit, propietaria de Veneno Concept; Sergio Llinares, chef y jefe de cocina; Carla Gil, programación y merchandising; Julia Carrasco, diseñadora y creadora de contenido y Saray García, jefa del local. Cedida.

Pero no todas las adversidades fueron culpa de la valenciana. El impredecible paso de la dana por la ciudad también influyó. Su nave no se vio afectada, pero las de algunos de sus proveedores sí y por ello tuvieron que retrasar los pagos acordados con Veneno.

Las cuentas del negocio eran un tetris de aplazamientos, por lo que la demora de ingresos le provocó tal desajuste económico que Alejandra tuvo que vender el 30% de la empresa para hacerle frente. "Fue el peor momento de todos", apostilla.

"Lo más complicado era tener que transmitir calma a mi equipo cuando yo por dentro estaba destrozada. Todas las noches llegaba a mi casa llorando", detalla Merit. Gracias a las redes sociales, el padre de un usuario que tenía un negocio decidió invertir los 120.000€ necesarios para hacerse con una parte de Veneno.