Entrevista

Clara Garrido debuta como dramaturga: "La industria es inclusiva, pero lo mínimo para que no te lo afeen"

“Por suerte ya no, pero me han llegado a decir: 'Si pesaras diez kilos menos, con la cara que tienes, trabajarías muchísimo más'"

Fecha de publicación:
Fotografía

Esteban Palazuelos

Estilismo

Ana Pérez Santa María

Asistente

Rocío Chozas Martínez

Maquillaje

Cristina García para Harpo MakeUp School con productos de Harpo MakeUp FX

Actuar y escribir. Pocos profesionales del mundo de la interpretación se han atrevido a compaginar ambos en una misma obra. Misión cumplida para Clara Garrido (Madrid, 1993). La actriz, que recordamos como Claudia en Entre Tierras, Lola en Amar es para siempre o Ana en La zona, ha regresado este 2024 con Camaradas.

La obra, escrita y protagonizada por ella misma y dirigida por su hermano, Felipe G. Archanco, ambos fundadores de la compañía Hermana y Hermano, ha estado en cartel del Teatro Lara de Madrid los domingos por la tarde y cierra la temporada con un rotundo éxito.

Foto uno de Clara Garrido con el look uno

La trama es tan llamativa como laberíntica: en esta obra, Clara Garrido es Alma, que interpreta a Romina, la mujer de Amadeo. Sin embargo, en realidad quiere ser Caye, la novia de Quique, que interpreta Leo, que es Fernando Coronado. Los protagonistas luchan por sobrevivir en una industria salvaje y se ven obligados a confrontar todo aquello en lo que creen creer.

Con su salto al teatro y respaldada por su talento, la actriz, que ha experimentado muchas ‘primeras veces’ como autora y productora de teatro, confirma que el futuro que se le abre por delante es prometedor.

Foto dos de Clara Garrido con el look uno
Foto tres de Clara Garrido con el look uno

Mono de Etxart Panno y pendientes de Bibi Marini

¿Cómo surgió Camaradas?

Camaradas surgió hace siete años. Escribí un texto muy cortito, que planteé como un corto o una obra de microteatro, que se llamaba también Camaradas. Tenía el germen de lo que es la obra actual, pero no lo acabé de ver en ese momento.

Hace un par de años, aprovechando una temporada en la que estaba más libre, rescaté mis escritos. Siempre pensé que tenían potencial, pero no sabía cómo aprovecharlos. Quise recuperar mi idea y me apetecía muchísimo guionizar una obra de teatro en paralelo a mi trabajo como actriz. Pensé: ‘¿Cómo puedo hacer para escribir una obra de teatro en la que pueda actuar yo?’. Y surgió. Camaradas habla de las luces y las sombras de la profesión.

¿Tu objetivo era incidir en tus dificultades?

El contexto en el que sucede toda la obra y su caparazón es la profesión, pero la esencia va más allá. Habla de los personajes que nos creamos para no enfrentarnos a nosotros mismos y aparentar una imagen por miedo a que el otro no nos quiera.

Partir del mundo actoral para hablar de esto es muy valioso, porque es lo que hacemos todo el rato, es un tema universal. Se puede aplicar en general al ser humano.

Foto uno de Clara Garrido con el look dos
Foto dos de Clara Garrido con el look dos

En la presentación de la obra, destacó una frase: “Camaradas plantea el viaje de dos personajes en crisis que se niegan a sí mismos”. ¿Pudiste sentirte en algún momento identificada con esta crisis?

Sin duda. Muchos de mis miedos como actriz están allí. La preocupación por terminar un trabajo y no saber cuándo va a ser el siguiente, la inestabilidad, la imagen que das, lo que perciben de ti los demás…

También destacaría esas amistades de trabajo. Pasas muchísimo tiempo con ellas. Conservas algunas toda la vida, pero otras, que han sido importantísimas, desaparecen. Por lo tanto, el punto de partida son, en gran parte, mis creencias y vivencias.

Foto tres de Clara Garrido con el look dos

Vestido de Simorra, zapatos de Latouche y pendientes de Adeana

Tu hermano Felipe es director y productor de la obra y contribuyó también a la escritura. ¿Cómo ha sido trabajar con él? ¿Coincidís en todo?

El balance es totalmente positivo. Ha sido un reto, porque mi hermano y yo tenemos una relación muy especial, nos queremos muchísimo. Confío en su criterio y en su trabajo. Por lo tanto, estar juntos ha facilitado el trabajo, sentía que tenía como compañero a una persona que valoro mucho.

Obviamente, ha habido retos en el camino. Al final ha sido un proceso largo, dos meses de ensayos. En ocasiones tuvimos puntos de vista distintos, pero al final ambos hicimos concesiones. En definitiva, ha sido positivo, aunque obviamente supuso un reto trabajar con una persona tan cercana.

Foto uno de Clara Garrido con el look tres

El teatro es exigente. El proceso creativo habrá sido otro reto…

Estoy más acostumbrada a trabajar en audiovisual, por lo que me ha resultado muy difícil aguantar durante tanto tiempo el trabajo, en total dos meses, y no ‘soltar’ el personaje. En el caso de la televisión, te preparas, grabas la secuencia y lo dejas estar.

Ha sido un proceso intenso, tenía un rol como actriz, pero también ejercía la labor de producción, que me gusta mucho. Mi sensación en el teatro es que prolonga mucho más en el tiempo la intensidad. Para mí, esa ha sido la gran dificultad. Como actriz, no suelo estar en la previa. Llego cuando todo está en marcha.

¿Te preocupaba mucho la acogida?

Sí, lo hemos hecho ante todo para el público. Llegar al estreno ha sido un proceso importante y ha supuesto un trabajo intenso, tan de puertas para dentro, durante tanto tiempo, que nos ha venido muy bien ver que la línea de trabajo que estábamos planteando había funcionado. Estaba nerviosa, lógicamente.

Top de Tot-Hom, pantalones de Tintoretto, fular de Bibi Marini, zapatos de Gaimo y pendientes de Adeana

Foto dos de Clara Garrido con el look tres
Foto tres de Clara Garrido con el look tres

¿Cómo llegaste al mundo de la interpretación? ¿Fue vocacional?

Siempre me ha gustado actuar, iba a clases de teatro de pequeña, pero lo que no tenía tan claro era que iba a ser mi profesión. Lo que hizo que fuera la actriz que soy y que tomara este camino ocurrió cuando empecé a formarme en el teatro de Juan Carlos Corazza. En ese momento me di cuenta de que iba a ser actriz de profesión.

¿Nunca te replanteaste tu elección?

Cuando aprobé Selectividad, me lo planteé. Al final estudié Comunicación Audiovisual, que también está muy vinculado a este mundo. Pero también pensé en estudiar Psicología e incluso Derecho. Se me abrían escenarios, pero no de forma real.

También estuve trabajando un tiempo como fotógrafa. Escribir siempre me ha gustado mucho. Pero lo he vivido como trabajos muy vinculados a mi ‘yo actriz’. Aun así, quién sabe, de repente, dentro de unos años, decido ser ceramista. No cierro caminos a que vengan nuevos gustos y pasiones. Podría ser feliz haciendo más cosas.

Foto uno de Clara Garrido con el look cuatro

Conjunto de camisa y pantalones de Idò las Lotas, zapatos de Latouche y sombrero de Chu Ioffe

¿Cuáles son tus referentes?

Soy muy consumidora de series desde siempre. Me gusta la cotidianidad que te da con los personajes. No sé cuántas veces he visto OC, Cinco hermanos o Mujeres desesperadas, con mi madre. A lo mejor vi esta última cinco veces.

Sigue siendo de mis favoritas Fleabag. La volví a ver hace poco y me sigue pareciendo una serie brillante. No envejece. Y por supuesto Friends, a la que hago una referencia directa en Camaradas.

¿Qué te da la televisión que no te da el teatro? ¿E inversamente?

En el teatro, la sensación de público es muy importante. He sentido que el trabajo es más para afuera, para el otro y no solo para tus compañeros, sino para la obra, para el público. Es un trabajo más expansivo.

A la hora de abordar el trabajo como actriz, tampoco encuentro tantas diferencias entre uno y otro. Es verdad que el personaje que interpreto en Camaradas es muy diferente a todo lo que he hecho anteriormente. Es más expresivo, no me quedo nada para mí.

En audiovisual, el tono y el código son otros. Tienes la posibilidad de mejorar. En las funciones también tienes la posibilidad de repetir, pero en tele cada toma es una nueva oportunidad. Y aquí trabajas con un compañero; en teatro, trabajas con otro, que es el público.

Foto dos de Clara Garrido con el look cuatro
Foto tres de Clara Garrido con el look cuatro

¿Darías el salto a Hollywood? ¿Sería un sueño?

Que me llamen de donde quieran (risas). Me encantaría hacer cine, porque no lo he hecho nunca. Me gusta la idea de saber dónde empiezas y dónde acabas, de trabajar un personaje de principio a fin. No me cierro puertas, trabajaría fuera encantada.

Foto uno de Clara Garrido con el look cinco

¿Cómo percibes el intrusismo laboral?

El intrusismo, en parte, me da rabia. Con la de actores que hay formándose y peleando, teniéndolo muy claro desde el principio, pienso: “¿De verdad no hay nadie en todo ese grupo que te pueda hacer al menos lo mismo que esta otra persona?”. Siento que es una manera de no valorar el trabajo.

Eso sí, hay gente con mucho talento y que no necesariamente tiene una formación académica. Pero una de las cosas más importantes que me ha dado la formación no solo es la técnica como actriz, sino el poner en valor el trabajo del actor.

En definitiva, que cada uno considere su posición. No voy a estigmatizar a nadie.

¿Qué otros problemas destacarías en la industria?

Alucino bastante con la precariedad, lo difícil y lo caro que te sale levantar un proyecto. También se sigue arriesgando poco con ciertos perfiles, a nivel de actores. No se apuestan tanto por cuerpos no normativos. Somos inclusivos, pero solo lo estrictamente necesario para que no te puedan tachar de no hacerlo. El riesgo no es real, es impuesto.

En algunas series extranjeras puedes ver a una mujer no especialmente guapa, cuya trama no está vinculada al ligue… La falta de riesgo nos hace perdernos personajes e historias muy interesantes y originales, que se quedan sin contar.

Foto dos de Clara Garrido con el look cinco
Foto tres de Clara Garrido con el look cinco

Camisa y falda de Pedro del Hierro y zapatos de Gaimo

Precisamente, en lo que se refiere al físico, en el mundo de la interpretación, ¿te ha afectado de alguna manera? ¿Recuerdas comentarios abusivos?

Por suerte ya no, pero se me ha dicho: “Si pesaras diez kilos menos, con la cara que tienes, trabajarías muchísimo más”. No me lo han dicho ni una, ni dos, ni tres veces.

Con 31 años recién cumplidos, ¿qué te queda por hacer? ¿Cómo esperas evolucionar?

Me encantaría poder seguir trabajando como actriz y viviendo de mi profesión. Espero que así sea y que me lleguen más propuestas. Considero que tengo mucha suerte, me siguen proponiendo personajes interesantes y diferentes. Deseo seguir explorando.

Agradecimientos

Agradecimientos especiales a Maroto e Ibáñez Arquitectos.