El 23 de junio se conmemora el Día Internacional de la Mujer Ingeniera, una fecha muy especial que destaca la contribución de las mujeres en este sector, su lucha por la igualdad de género y su papel en el avance tecnológico y científico de la sociedad. Y muchos se preguntaran, ¿esto es necesario todavía? La historia y las cifras dicen que sí, rotundamente.
Pese a haber conseguido grandes hitos, la mayoría de mujeres jóvenes en edad de elegir una carrera o un grado superior de FP quizá no conozcan nombres como los de Ellen Henrietta Swallow Richards, (1842) pionera de la ingeniería medioambiental; Emily Warren Roebling, primera mujer ingeniera jefa a pie de obra del puente de Brooklyn; o Beulah Louise Henry, que creó 110 inventos y 49 patentes registradas. Tampoco el de Elsie MacGill (1905), la primera ingeniera aeronáutica de la historia. De conocerlos, quizá se darían cuenta de que las carreras STEM son también para ellas.
Y dentro de esas opciones, las relacionadas con el mundo de la aviación ofrecen un horizonte interesante para el género femenino (y para el masculino, por supuesto). Lo saben bien estas tres ingenieras de Iberia Mantenimiento, con quien Magas celebra esta fecha especial en los hangares de la compañía, rodeadas de motores y herramientas. Pertenecen a dos generaciones diferentes, pero tienen una visión unitaria del sector, donde, pese a estar todavía en minoría, se sienten integradas en una gran familia.
Empezamos por Maruja Correa, la más veterana de las tres y, por tanto, todo un referente. Es ingeniera aeronáutica y forma parte de la dirección Comercial de Iberia. "Soy responsable de toda la parte de ventas de clientes de América Latina y me gusta muchísimo mi trabajo. Llevo ya 40 años trabajando en esto y si volviera a nacer, volvería a escoger la misma profesión", dice.
Su pasión por la aviación le viene de su infancia, pues tiene raíces españolas y se ha pasado años "cruzando el Atlántico en aviones" entre su Venezuela natal y las islas Canarias. "El día que íbamos al aeropuerto era el más maravilloso del año para mí", confiesa.
Como pasa en muchas familias, Maruja se planteó estudiar Medicina guiada por los consejos de su padre. "Saqué la plaza, pero yo no me veía en un hospital y le dije: 'Siento mucho defraudarte, pero yo me veo en un avión. Me decidí por ingeniería aeronáutica. Cuando yo me gradué en 1984, era la única mujer. Empecé a trabajar como ingeniera de mantenimiento en línea, ingeniera de producción, etc.".
"En 2016 éramos muy poquitas mujeres, sobre todo en el taller de motores, y de dos años a esta parte el cambio ha sido brutal", dice Lucía Lázaro.
Es decir, ser la única mujer en aquellos tiempos en su promoción no fue obstáculo para empezar labrándose una carrera repleta de triunfos y logros tanto en Venezuela como en España. No sin esfuerzo y enfrentándose a algunos estereotipos de género.
"Hemos avanzado muchísimo, porque recuerdo que cuando yo empecé era la única mujer en la organización de la empresa. Había un cierto rechazo, más en Venezuela. No era abierto, pero te miraban como diciendo: "'¿Esta chica qué hace aquí?' Yo hacía mucho más de lo que me correspondía, me esforzaba más que nadie para estar ahí. Y hubo un momento en que noté el cambio en su actitud. Ahora hay una aceptación total de la mujer en la aviación", asegura. Eso sí, reconoce que en sus inicios no eran ingenieras, sino ingenieros, en masculino. Hoy el lenguaje inclusivo está normalizado.
Lucía Lázaro es ingeniera de reparación en Iberia Mantenimiento, lidera un equipo de 20 personas, tanto técnicos como ingenieros. Ella forma parte de ese bajo porcentaje que no alcanza ni siquiera el 10% de mujeres que se dedican a ocupaciones STEM según datos de Esade. "Yo hice primero Químicas y luego el segundo grado en ingeniería de materiales. La primera vez que llegué a Iberia a ver los talleres, me impresionó mucho. Desde 2020, estoy en ingeniería de reparación y aprendiendo día a día".
"Veo muy clara la diferencia entre 2016, que éramos muy poquitas mujeres aquí, al menos en el taller de motores, y de dos años a esta parte el cambio ha sido brutal, con respecto al aumento de número de mujeres. En ese aspecto vamos muy bien en Iberia. En mi equipo antes no había mujeres, pero ya hay cuatro ingenieras de diez", reconoce.
Andrea Gutiérrez, Strategic Planning Analyst DT de Iberia, estudió Ingeniera Aeroespacial en la universidad Politécnica, aunque en algún momento se planteó hacer Física. Ella es otro de los ejemplos de mujeres en carreras STEM.
"Recuerdo que cuando llegué a la universidad, en mi clase éramos más o menos de 60 personas y solo diez chicas. Según fueron pasando los años sí vi más presencia femenina. Y en mis ocho años de carrera también he visto cambios. Cuando yo empecé a trabajar, la única mujer en el comité de dirección de la empresa era la directora de Recursos Humanos, ahora hay paridad y hay que reconocer el gran esfuerzo que Iberia ha hecho en esto", asegura.
Pese a ello, sigue haciendo falta más presencia y se antoja necesario despertar vacaciones. "Por eso, llevamos cuatro años trabajando con un programa de becas para chicas para que hagan la carrera de técnico mantenimiento aeronáutico, porque hay un déficit grandísimo", nos explica Maruja Correa.
El problema es la poca visibilidad que hay para este tipo de carreras y grados de formación profesional. Muchos estudiantes ignoran que la aviación no para de crecer y tiene una gran tasa de empleabilidad. No le temen a la automatización y tampoco a la inteligencia artificial. "Los que hacen la transformación, los que generan valor, son las personas que hacen el mantenimiento del avión y reparan las piezas", dice Andrea Gutiérrez.
Sí, hacen falta más mujeres en los talleres y nuestras tres protagonistas remarcan la necesidad de terminar con mitos y actitudes de sobreprotección por su género. "Aquí no soy una mujer, soy una ingeniera", dice Maruja. "Yo siempre me he sentido una igual y también depende de cómo lo recibas tú. Una cosa es la caballerosidad, que siempre se agradece, pero nos tenemos que percibir como iguales", matiza Lucía Lázaro. Tanto ella como Andrea quieren volver a dejar claro que jamás han vivido un trato desigual, ni siquiera en la carrera pese a estar en minoría.
Los referentes son necesarios y en el caso de las mujeres en STEM hay menos y poco conocidos. Estas tres ingenieras de Iberia Mantenimiento creen que es un problema generacional, "los jóvenes quieren ser influencers o futbolistas". "La desinformación y el desconocimiento hace que no haya suficiente interés. Quizá las redes sociales sean una vía para hacer esta tarea, se debe aprovechar", dice Andrea. También informar en los colegios e institutos para poder despertar esas vocaciones tan necesarias.
"Cuando me empecé a informar sobre esta carrera imaginaba que iba a ser como Pedro Duque e ir a la Nasa", cuenta Andrea Gutiérrez.
Terminanos esta charla por el Día de la Mujer Ingeniera con una última reflexión sobre la visión que se tiene de la aviación como un sector muy masculinizado y poco accesible e incidir en la necesidad de darle visibilidad. "Yo cuando me empecé a informar sobre esta carrera imaginaba que iba a ser como Pedro Duque e ir a la Nasa. Luego eso cambia, el mundo laboral está un poco alejado de lo que es la universidad. Las salidas son muy amplias. Hay que darlo a conocer con ejemplos reales y vincularlo con las opciones laborales", cuenta Andrea Gutiérrez.
"Una buena iniciativa seria dar charlas a los estudiantes y que vean que las chicas también pueden hacer estas carreras", añade Maruja Correa. Hay vida más allá de tripulantes de cabina y pilotos, la aviación es mucho más, hay infinidad de oportunidades diferentes detrás, especialmente en mantenimiento. Cada día la gente vuela más y hay más producción de aviones y alguien tiene que trabajar en esa flota para que sea sostenible en el tiempo. Hay un mundo por descubrir…