Zoubida Assoul (Tébessa, Argelia 1956), ex jueza, jurista, abogada y política argelina, desveló hace unas semanas su intención de participar en las próximas elecciones presidenciales anticipadas del 7 de septiembre.
Presidenta del partido político Unión por el Cambio y el Progreso (UCP), refleja la otra cara del país magrebí que aspira y sueña con un estado democrático y de derecho. Hasta el momento, es la única política que anunció su proyecto de cara a los comicios.
En su conversación con EL ESPAÑOL, la candidata a las presidenciales argelinas está convencida, basándose de experiencias pasadas, de que el boicot a la actividad política es inútil. Por eso, opta por convencer a los ciudadanos de acudir masivamente a las urnas. Zoubida nos habla sobre el 'Hirak', protesta popular que reivindicó un cambio radical del sistema político argelino. Al respecto, considera que "nunca es tarde para responder a las aspiraciones de la población". La participación de las mujeres en la política fue también tema de esta entrevista.
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¿Piensa realmente gobernar Argelia, un país dominado políticamente por los hombres, y donde los militares tienen todavía su poder en el ámbito político? ¿Tiene realmente fe o quiere un asiento en el próximo gobierno?
Si presento mi candidatura es porque planeo liderar Argelia. Ocupé el cargo de relatora de la comisión jurídica en el parlamento como miembro del Consejo Nacional de Transición (CNT). Si hubiera estado buscando puestos, habría aceptado las distintas propuestas desde 1997. Nunca he buscado cargos.
Desearía limitarme a una lógica distinta de la que consiste en querer contribuir a cambiar el modo de gobierno de mi país. Los ciudadanos esperan de los políticos una alternativa que les haga querer creer en sus capacidades para proyectarse y prosperar en su país, que es lo que estoy haciendo a través de mi candidatura.
Dicho esto, soy consciente de las realidades del sistema de Argelia y no somos ingenuos. Los debates internos dentro de la UCP han sido largos y abundantes, pero es innegable que el boicot que hemos adoptado desde nuestra creación no ha dado los resultados esperados. El cambio interno practicado por otros partidos políticos tampoco ha traído renovación.
Así, optamos por una tercera vía, hasta ahora inexplorada, que es la de solicitar a la población e intentar convencerla de que vote masivamente el día de las elecciones, siempre y cuando se respeten un mínimo de condiciones como la apertura de los medios de comunicación, el debate, la igualdad de oportunidades entre candidatos, y el cambio de composición de la autoridad de organización y el control electoral (ANIE). Por ello, por mi parte he asumido mis responsabilidades hacia mi país y mis compatriotas, espero que depositen en mí su confianza.
Entonces, ahora que ya se conoce la fecha de las elecciones, el 7 de septiembre, ¿va a presentar su candidatura oficialmente?
La convocatoria del cuerpo electoral está prevista para el 8 de junio y la decisión se tomará en consulta en el seno del partido cuando llegue el momento. El consejo nacional del partido tomará su decisión teniendo en cuenta los nuevos datos. En el momento en que os hablo, muchos parámetros siguen sin explicación ni siquiera los motivos del adelanto de la fecha electoral.
Precisamente, ¿qué opina sobre el adelanto de las elecciones presidenciales?
El Jefe de Estado (Abdelmadjid Tebboune) anunció mediante un comunicado de prensa el 21 de marzo de 2024 su intención de adelantar las elecciones presidenciales previstas para diciembre de 2024 al 7 de septiembre del mismo año. Veinticuatro horas después, la agencia de prensa nacional APS publicó comentarios que pretendían ser explicaciones sobre esta decisión, aunque previamente, la misma institución había anunciado que las elecciones se llevarían a cabo en la fecha prevista conforme a la Constitución.
Esto plantea la cuestión de qué acontecimiento importante condujo a este cambio repentino. ¿Tiene el pueblo derecho a conocer los verdaderos motivos de esta decisión? Además, ¿es apropiado, desde un punto de vista constitucional y político, caracterizar estas elecciones como elecciones presidenciales anticipadas? Incluso si la Constitución le autoriza a adelantarlas, lo cierto es que tal decisión daña la imagen de Argelia, puede que no sea por razones personales o técnicas.
Una vez más esto demuestra que estamos lejos de respetar el espíritu de la Constitución y de las leyes. Con esta decisión tan impredecible como inesperada, ya no estamos informados sobre las consecuencias de aquí al 7 de septiembre, y, menos aún, sobre las condiciones para la celebración de estas elecciones.
¿Qué piensa cambiar si este año se convierte en presidenta de Argelia?
La primera prioridad es garantizar la independencia de la justicia en un Estado de derecho, y fortalecer las instituciones estatales para restaurar la confianza de los ciudadanos. Una justicia independiente en el corazón del estado permitirá erradicar la corrupción, reformar y modernizar los servicios públicos, poner la escuela en el centro de mi proyecto que inculcaría a nuestros niños el conocimiento, la tolerancia y los valores humanos de nuestra herencia ancestral. Los niños argelinos tienen derecho a la excelencia en el marco de una política cultural que les proporcione plenitud.
La segunda prioridad es redefinir el lugar de Argelia en el mundo. Nuestra diplomacia debe sustentarse en una doctrina basada en el respeto, la buena vecindad, la no injerencia y la cooperación estratégica, y la defensa de los intereses de Argelia. El mundo necesita volver a lo básico: el bien de la humanidad, la solidaridad y la paz.
La tercera prioridad es la digitalización del país, de todas las regiones de Argelia; y la liberación de todas las energías creativas, productivas, artísticas, políticas y sociales.
Desde que desveló su intención de presentarse como candidata. ¿Cuál ha sido la reacción de los argelinos? ¿Y de su entorno cercano?
Debo admitir que la reacción de los argelinos superó nuestras expectativas. La verdad es que siempre he tenido confianza en mis compatriotas, porque estuve con ellos en las calles durante las manifestaciones y sé de lo que son capaces. El día del anuncio estábamos un poco confundidos porque ningún medio de comunicación, público o privado, estuvo presente en la rueda de prensa.
Sólo acudieron fuentes alternativas de información electrónica, pero esto fue suficiente para crear una dinámica real entre los jóvenes, que compartieron y releyeron mis intervenciones actuales y pasadas en las redes sociales. Posteriormente, algunos periodistas valientes hicieron su trabajo.
¿Le permiten a su partido ejercer legalmente?
Somos un partido legal, operamos con una aprobación emitida por el Ministerio del Interior. A pesar de los obstáculos por la inaccesibilidad a los espacios públicos y a los medios de comunicación, continuamos nuestra lucha por el Estado de derecho, una de las reivindicaciones de nuestros ciudadanos.
¿Cuenta con aliados en el seno del poder, militares y/o políticos?
Los grupos de influencia existen en todos los países, ya sea que adopten la forma militar en África, o la forma industrial y financiera en Europa y otras democracias. Sin embargo, en la mayoría de estos países siempre hay uno o más candidatos independientes de estos grupos influyentes. Este es también el caso en Argelia, y es mi candidatura y mi partido quienes lo han encarnado hasta ahora.
Han transcurrido más de cuatro años desde el inicio de las manifestaciones contra Bouteflika primero y luego contra el régimen político, en las que participó. Muchos lamentan la pérdida de esa ocasión de cambio. ¿Qué queda hoy del 'Hirak', de ese movimiento de protestas en la calle? ¿Ha fracasado?
No, en absoluto. El 'Hirak' es un movimiento de reivindicación ciudadana que no tiene ni programa ni proyecto, y que no pretende tenerlo. Lo que queda son las ideas, las exigencias y la energía.
Una vez más, el 'Hirak' fue el llamamiento de un pueblo que expresó su hartazgo. Esta expresión podría haber sido escuchada por el régimen actual, animándonos a crear mecanismos de participación ciudadana, organización de plazos abiertos, etc. Desafortunadamente, la respuesta de los que gobiernan actualmente fue a través de la represión y la venganza.
Es el poder actual el que no ha estado a la altura de las aspiraciones del pueblo soberano. Es el fracaso del sistema político el que no ha terminado de pagar el alto precio de esta confiscación popular.
¿Cómo evoluciona este movimiento popular tras cuatro años y medio de mandato del actual presidente?
Las ideas y reivindicaciones del 'Hirak' persisten. Excepto que, la protesta ahora debe tomar otros caminos. Manifestarse en las calles ya no es relevante en 2024. Hemos optado por el proceso electoral, siempre que se respeten unos criterios mínimos. Pero, con esta anticipación de elecciones, sin explicación ni justificación oficial, es obvio que quienes están en el poder están asumiendo riesgos imprudentes.
¿Piensa que sus ideas democráticas y liberales encajan con el pueblo argelino, con un ascenso de la tendencia islamista en la sociedad?
Participé en todas las marchas en varias ciudades y puedo asegurarles que la tendencia islamista exige un Estado de derecho e instituciones fuertes. Varios argelinos de este movimiento me animaron y expresaron su confianza en mi deseo de cambio y mi determinación de situar la justicia en el centro del funcionamiento de las instituciones. Se establece el diálogo y se establece la confianza entre las diferentes tendencias para servir a Argelia. Queda por poner en marcha los mecanismos de alternancia en el poder.
Los argelinos exigen una mejor calidad de vida, una visión de futuro y un proyecto social inclusivo, sean cuales sean sus creencias. Por supuesto, mi proyecto social difiere de la tendencia islamista, pero la convivencia y el respeto a las libertades individuales y colectivas son innegociables.
En Argelia hay 300 detenidos políticos, en general por desviarse de la hoja de ruta de Tebboune.
El número de 300 detenidos no ha cambiado desde marzo de 2019, con cada liberación más personas son encarceladas. Esto comenzó con la prohibición del emblema bereber (emblema cultural norteafricano) durante las marchas de junio de 2019, y luego se transformó con el tiempo en varios cargos, que a veces incluso llevaron a acusaciones penales.
Los argelinos han sido encarcelados por una simple publicación en Facebook. No se trata de un problema vinculado a un líder político en particular, sino más bien a un sistema en busca de legitimidad, que pretende establecer su autoridad por la fuerza y, lamentablemente, por la explotación de la justicia.
Las estadísticas demuestran que la cuota de las mujeres ha descendido en el gobierno, en el parlamento y hasta en los partidos políticos.
En general, la participación de todos los argelinos ha disminuido. El cambio a través de la política se ha convertido en una opción desesperada porque el sistema político no ha permitido una alternancia en el poder a través del activismo político. Aún peor, ha hecho todo lo posible para matar la vida política. Las decisiones se toman sin consultar a los partidos políticos y los proyectos de ley que conciernen directamente a los partidos se redactan unilateralmente.
El pueblo no tiene derecho a explicaciones sobre la reciente decisión de adelantar la fecha de las elecciones, por ejemplo. Por tanto, es comprensible que los argelinos participen menos en política. Además, no existe ningún sistema para alentar a las mujeres a involucrarse en política al margen de su profesión y de cuidar de su familia.
Por eso, dentro de la UCP estamos centrando nuestra energía en la ciudadanía, la formación de activistas y el Estado de derecho, para estar preparados para un acontecimiento importante como estas elecciones. Debemos aprovechar esta oportunidad para proponer al pueblo nuestra visión de Argelia para los próximos treinta años y que esté en línea con las exigencias expresadas desde hace más de un año.
¿Cómo es la salud de los movimientos feministas en Argelia?
La lucha de las mujeres argelinas es centenaria, formó parte de todas las luchas por la libertad contra todas las formas de ocupación hasta la guerra de liberación (1954-1962), y desde la independencia han avanzado hacia la educación. Las cifras lo confirman, y esto en todos los sectores. Las mujeres argelinas han luchado por sus derechos y libertades, y continúan haciéndolo de diversas formas y en diferentes movimientos para ejercer su plena ciudadanía.
La nueva generación ha logrado por otros medios lo que la generación anterior no pudo conseguir a través de los movimientos de mujeres. Hoy las jóvenes ocupan los espacios públicos, viven plenamente su feminidad y realizan sus sueños a pesar de las dificultades a las que se enfrentan cada día.
Personalmente, cuando viajo por el país, entro en los cafés de hombres; una vez que la sorpresa pasa, todos se acostumbran. El movimiento de mujeres argelino es diverso y adopta diferentes formas. Sería injusto limitar la lucha de las mujeres a una de las formas de estos movimientos.
Para terminar, ¿cómo se definiría?
Para resumir mi carrera en la alta administración y en instituciones estatales, en una palabra, diría “pionera”. En 1987, fui la primera mujer nombrada ejecutiva superior del departamento de justicia. Fui la primera subdirectora del departamento de protección de menores, antes de convertirme en inspectora del mismo Ministerio. Ser la primera y desafiar los puestos establecidos nunca me ha asustado, ya sea con los hombres, las instituciones o el ejército. Estamos todos al servicio de Argelia.