Tiene un currículum extraordinario. Esta doctora en sociología cum laude por la Universidad Pontificia de Salamanca, doble MBA por la Universidad de Deusto e IE, licenciada en Ciencias Económicas, vasca pero madrileña de adopción, ha asesorado durante una década a la Unión Europea en temas relacionados con la tecnología, el liderazgo y la transformación digital y actualmente, es consejera para la OCDE en "experiencias inmersivas e inteligencia artificial".

"Nos reunimos mensualmente", explica Silvia Leal a Magas, y relata como ejemplo que "en la última sesión estuvimos analizando posibles usos de las gafas de la realidad virtual para ayudar a la recuperación de veteranos americanos y para la formación de niños en determinadas zonas de Nigeria, analizando oportunidades, riesgos y regulación".

En paralelo, es consejera asesora de empresas como Evercom, Esue o Community of Insurance, ha sido reconocida como una de las Top 100 mujeres líderes y ha obtenido el premio Inspiring por la AI Network Association… Su carrera orbita alrededor de la tecnología y las humanidades: lo explica con ironía, lo mismo ha sido portavoz de la asociación de técnicos de informática, que es miembro de honor de la asociación de periodistas.

La consejera Silvia Leal en su estudio.

Rozando la ciencia ficción

"El año pasado estuve analizando para la Policía crímenes que todavía no se han producido y pronto lo haré en Irlanda", explica animadamente.

"A mí me gusta mucho la ciencia ficción y baso parte de mi trabajo en eso: la literatura y el cine son lo que inspira a los científicos en su desarrollo, incluso sabrás que se eligen nombres que han sido usados antes por los escritores. Estuve explicando cosas que no han sucedido, pero están destinadas a suceder, como el abuso en las experiencias inmersivas o que alguien mate tu avatar con el coste económico que ello tiene".

Para ella, de hecho, el principal riesgo social de las nuevas tecnologías "son las adicciones. Hay mucha gente que es realmente adicta a algo tan sencillo como los social media, por ejemplo. Pero aquí estamos hablando ya de una serie de tecnologías que la OCDE ha marcado como estratégicas, es decir, con las que podrás obtener sensaciones que no te da la vida real, y eso podría hacer que algunas personas no quieran vivirla".

Posibilista tecnológica, explica sin embargo posibles riesgos de los que aún no somos conscientes. "Hablamos de poder tener una experiencia hiperrealista que no ha sucedido corporalmente pero que sientes profundamente. Tú sabes que no es verdad, pero hay algo en tu cerebro que no puede evitar pensar que podría haberlo sido, y quieres repetirla".

"Hace poco veía en una película", continúa relatando, "que se titula Los sustitutos, que la gente decidía no salir más de casa, y elegían vivir una vida virtual y no envejecer. Es la OCDE la que ha advertido: por un lado está lo positivo, por ejemplo, que todos los niños podrán estudiar, pero el peligro es que habrá personas que no serán capaces de distinguir entre realidades, o que prefieran la virtual".

Y continúa: "Y por supuesto, existirán, aunque sea de manera marginal, la criminalidad, el abuso y el acoso en un entorno inmersivo, que puede ser muy traumático. Aquí tú sientes que la otra persona está a tu lado diciéndote cosas. En Roblox hubo hace unos años una violación y la chica quedó traumatizadísima, ella y su madre. La culpa no es de la tecnología, porque en la calle esta persona sería un peligro también, sino que hace evidente la necesidad de que regulemos los límites de esta nueva realidad".

Citando el refranero español, Leal afirma que “'a río revuelto, ganancia de pescadores’. Ahora mismo es cierto que está todo muy revuelto. Hay muchas tecnologías que están llegando, no sólo la AI generativa, y habrá quien que se lance y quien no quiera saber nada. Si te lanzas bien, encontrarás en esta década una oportunidad maravillosa para tu empresa o para ti como profesional. Conozco casos de personas que no han estudiado tecnología y que con una formación de tres meses están progresando mucho. Si te esfuerzas un poquito profesional y empresarialmente te puede ir muy bien. Si tienes miedo o estás esperando a que esto pase… pues esto no va a pasar".

Key opinion leader

Este jueves, explica, imparte una conferencia en Panamá. "Cuando una empresa quiere transmitir un mensaje, yo les ayudo buscando una herramienta, como puede ser un video o con un podcast, a transmitirlo. Imparto conferencias, y me denominan a veces con el término inglés KOL, Key Opinión Leader. Además, colaboro como inversora y expert advisor en dos startups con potencial de unicornio; ARfuture, sobre metaverso y realidad virtual y aumentada, con la que acabamos de colaborar con la Real Federación de Fútbol: a través de una herramienta se hicieron 700.000 fotos y Aygloo, de Inteligencia artificial, desarrollando algoritmos para descifrar inteligencias, porque a muchas de estas herramientas, cuando aprenden, se le pierde la pista, son como niños", explica.

"¿Cómo hago todo esto a la vez?", pregunta. "Porque todo es sinérgico. ¡Y además tengo dos niños! ¡Dos! Mi especialidad son las tendencias. Un señor me decía hace poco respecto a un libro que escribí sobre cómo sobrevivir a los chatbots, una frase muy agradecida: "te adelantaste siete años". De este volumen me compró los derechos Amazon, con 15 ediciones", explica.

En su opinión, una clave consiste en escuchar adecuadamente, puesto que "la AI sin ir más lejos nos llega de los años 40". Explica cómo en la próxima década se van a conseguir avances espectaculares.

"Sin duda, sobre todo, en relación a las experiencias inversivas, que van a transformarlo todo", señala, "en paralelo a la computación cuántica, que impulsará a su vez la biotecnología y los nuevos materiales".

En sus viajes, recuerda para Magas, ha conocido propuestas espectaculares, como "una investigación que tiene un proyecto muy potente para intentar descargar los recuerdos", y otra que "está detrás de la fabricación de órganos humanos complejos, algo que ya está muy avanzado, la bioimpresión. En siete años, se podrán imprimir órganos complejos", explica.

Para ella, los fatalistas tecnológicos son de dos tipos. "Los que lo hacen con buena voluntad, pero tienen miedo y sensación de falta de control. Y los que lo hacen simplemente porque creen que esos discursos negativos venden. Están muy equivocados. Las tecnologías siempre llegan históricamente con ángeles y demonios. Por eso creo firmemente que hay que regularlas. Los luditas estaban en contra del uso de los telares y querían destruirlos. He visto hace unos días fotografías de manifestaciones de profesores en el siglo XX en contra del uso de las calculadoras. Hay diversos ejemplos recientes".

España y el futuro

"España está a la cola de la productividad de Europa", señala, "y la AI se relaciona con un incremento diario de 2,5 h. de productividad por empleado. Hay informes de World Economic Forum que explican que desaparecerán 75 millones de empleos… pero si sigues leyéndolos se estima que se crearían por la AI 133 millones. Vamos a vivir una revolución social, pero eso no depende de lo que queramos, es inevitable, por tanto debemos poner el esfuerzo, no en meter miedo sino en reflexionar. Sólo se conserva un 1% de la tipología de puestos de trabajos de principios del siglo XX. Las máquinas no tienen creatividad, intuición, empatía ni sentido crítico a la vez".

"A los políticos hay que orientarles", añade, "eso dependerá de nosotros como sociedad. Hay que exigirles que se guíen por conocimiento experto y no por intereses". Para ella, "todo depende del entorno sociopolítico, evidentemente, pero tengamos en cuenta las realidades. En ese momento histórico, principios del XX, fallecía el 50% de los niños antes de los 8 años por falta de avances científicos y tecnológicos, una de las razones por las que los padres incluso no se encariñaban con ellos en su primera infancia, ¿qué te hace pensar eso?".   

"Como demuestran las estadísticas", sentencia Silvia Leal, "a nivel global existe un 80% de optimismo tecnológico, es sólo el 20% de la población el que está detrás del pesimismo, pero hace mucho ruido. Un 4% de los españoles, por ejemplo, según un estudio de la UCM, crean noticias falsas simplemente porque les divierten, ¿qué harán luego con su karma? Esa negatividad es la pequeña parte podrida de la manzana".