Cuando me llamaron por primera vez para proponerme este proyecto, solo podía pensar en lo feliz que haría a la niña que fui.
De pequeña, al igual que la mayoría de críos, estaba obsesionada con los cuentos que me leían mis padres y los mitos griegos, que casi podríamos definirlos como cuentos en sí mismo.
['Una asesina en el espejo': cuando se escribe y se mata para crear arte]
Que si Perseo y Medusa, que si Atenea surgiendo invicta de la cabeza de Zeus, que si la bella Afrodita hastiada por su matrimonio con Hefesto…
Creo fervientemente que la mitología es la forma más fácil de acercar la Historia a los más pequeños y generar en ellos esa atracción por la materia.
Desde luego, en mí funcionó. La mitología ha formado parte de mi vida desde que tengo uso de razón y alimentó enseguida mi pasión por la Historia, los estudios que cursé.
Por eso acepté escribir Divinas, para complacer a mi niña interior, para rendirle tributo y agradecerle hasta donde me ha traído.
Pero también con la esperanza de poder sentar unas bases sólidas que acrecentara el amor de otras niñas, las que quizá en un futuro quieran ser filólogas clásicas, historiadoras, arqueólogas…
Este libro, destinado en un principio al público joven, pero al alcance de todas las edades, no narra una única historia como lo haría una novela.
Más bien, se trata de un compendio en el que se reúnen doce diosas de distintas sociedades y culturas.
Todas ellas escogidas en base a un criterio muy específico: la enseñanza que sus mitos pueden aportar a las niñas.
Esta era una de nuestras más honestas intenciones, la de que tras la lectura, las niñas pudieran sentirse identificadas con las diosas por muchas razones.
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Por ser tan salvajes y libres como Artemisa.
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Por ser tan inteligentes y sagaces como Minerva.
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Por ser tan clementes y sensibles como Amaterasu.
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Por ser tan fuertes y, a la vez, tan vulnerables como Ereshkigal.
Y, atendiendo a estas historias divinas, abrazarán las lecciones que se ocultan tras ellas, ya que muchas de las situaciones que aquí se representan pueden trasladarse al presente.
Y del mismo modo que Caperucita Roja nos enseña que no debemos fiarnos de los extraños, los mitos también nos brindan un buen aprendizaje.
Así, cada capítulo queda dedicado a una de estas divinidades femeninas, algunas muy desconocidas.
Es el caso de Sedna, de la mitología inuit. O Mawu, de la mitología fon. O incluso Coatlicue, de la azteca.
Precisamente teníamos muy claro esto, que queríamos mostrar algo más de lo que usualmente encontramos en los libros de mitología.
Y para ello tuvimos que alejarnos de la sociedad griega, la romana, la egipcia y la nórdica, que está tan en boga desde hace unos años, aunque también presentes en nuestra obra.
Divinas había de ser un viaje. Del pasado al presente. De Oriente a Occidente. De norte a sur.
Que abarcara lo máximo posible para así visibilizar sociedades y culturas, para ampliar nuestro conocimiento del mundo. Pero, sobre todo, para que cualquier niña tuviera cabida en él. Para que se sintieran representadas.
En los capítulos se desgrana la historia de una diosa en cuestión. A qué mitología pertenece, cuáles eran sus dones, cómo se le rendía culto, cómo era su relación con los otros dioses…
A continuación, se narran los mitos que hay en torno a su figura.
Con ánimo de no desvelar mucho sobre el interior del libro, pondré de ejemplo a Artemisa, quien figura en la portada. Siendo Artemisa tan popular y conocida por todos, se cuenta su encontronazo con Acteón y la posterior venganza.
También la protección que le brinda a sus compañeras, las ninfas, cuando son acosadas y hostigadas. Y, finalmente, ofrecemos una visión de cómo es representada por su propio pueblo.
Además, el texto va acompañado de unas preciosas ilustraciones hechas por Naranjalidad, lo que lo embellece muchísimo.
Esto permite que las jóvenes puedan acercarse aún más a las diosas, descubrirse en ellas, en sus rasgos, en sus vestimentas y no solo en el comportamiento.
Cuando observan las ilustraciones se ven a sí mismas como en una especie de reflejo. Se ven representadas.
Divinas es una oda al feminismo, a la búsqueda de nosotras mismas a través de los seres más antiguos que existen: las diosas.
Porque me temo que para mirar al futuro hay que entender el pasado. Nos construimos sobre las mujeres que ya han sido, a las que ya han venerado, a las que han rendido culto y tributo. Sobre las mujeres buenas y las que catalogaron como malas. Sobre las diosas de la abundancia, la belleza y la prosperidad.
Pero también las del caos, la venganza y el infierno. Divinas es, al fin y al cabo, un viaje de autodescubrimiento que empuja a las niñas a aceptarse, valorarse y quererse.