Por casualidad. Así llegó Esther García a ser una de las mujeres más influyentes del mundo de la moda en España. Esta andorrana, que estudió moda en Barcelona y Londres, sabía que no quería dedicarse a ser diseñadora, pero aún no tenía claro cómo desarrollar su talento.
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Solicitó unas prácticas en una empresa de eventos. "Me dijeron que necesitaban gente para ensobrar invitaciones, así que me acerqué. Era una chica muy joven y quería empezar a trabajar en algo. Entré en aquella oficina y cuando llegué a la recepción, fue como de película, una señora muy elegante se me quedó mirando, me dijo de repente que necesitaba ayuda, y que me fuera con ella en ese momento. 'Tú te vienes conmigo', me dijo. Así fue como conocí el mundo de los castings".
"No sabía qué significaba la selección de modelos, ni qué importancia tenía. No tenía ni idea de desfiles, partners, ni de cómo funcionaba el sector de la moda. Nada. Pero fui aprendiendo. Me trasladaron más tarde a la oficina de Madrid, la persona que estaba en esa posición se marchó y terminé organizando esa parte del negocio, el casting de modelos".
"En aquel momento", explica, "había muchas cosas dispares, faltaban reglas de orden, calendarios, había que hacer las cosas lo más profesionales, así que me puse a eso". En poco tiempo, dominaba el arte de los desfiles, la complicada maquinaria que había detrás de ellos en el momento histórico en el que más importancia tenían: el boom de las pasarelas.
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"Así que monté mi propia empresa hace 26 años, ESMA events, en 1997. Nació mi primera hija y a los cuatro meses la puse en marcha. Una productora de eventos efímeros, especiales, de lujo y lifestyle, donde trabajamos desde el concepto creativo a la presentación".
Los hilos de la moda
Esther García relata como, por temporadas, fue organizando eventos de presentación de productos en espacios singulares, también congresos, pero en definitiva fueron las pasarelas de moda, tan conocidas hoy en día, las que fueron llegando a sus manos, "más de 3000 desfiles", como el último y espectacular de Dior en Sevilla para su colección Crucero 2023. "En cuanto a producción de desfiles hemos sido muy punteros. Quizás somos la empresa que más desfiles ha hecho en el mundo entero", afirma con una sonrisa.
Explica cómo su fórmula es "llave en mano", es decir, realizan todo el proyecto, desde la ideación del concepto, dirección creativa, dirección de casting, producción... hasta la regiduría. Una muchedumbre de contactos se articula unos con otros para un resultado espectacular, como el gran desfile de Dior en Plaza de España para su reciente colección Crucero 2023.
"Por así decirlo, llegamos hasta el momento de las catenarias y los iPads con las personas que reciben al listado de invitados. Hemos desarrollado puestas en escena increíbles, experimentado con materiales, creado ambientaciones sensoriales... desde que se accede al lugar o incluso desde antes, desde el diseño creativo de la imagen gráfica y la comunicación previa", explica.
Confiesa que conoce "a muchos diseñadores que han estado desfilando. Les tengo gran cariño. Para hacer algo bueno tienes que tener una gran comunicación. Mi diálogo con ellos antes de una pasarela es muy constante, hablamos de la filosofía de la presentación, preparamos el desfile, la iluminación, sonido... entrar en alguna de las plataformas de desfiles hace que llegues mucho más lejos más pronto, eso es así".
Las claves del éxito
¿Cómo es un buen desfile de moda? ¿Cuándo es realmente bueno? Para García, "cuando es recordado para siempre. Cuando no se te va de tu retina, por así decirlo. Lo que se busca es que tenga un gran retorno, aun cuando ha terminado, no sólo durante. Cuando lo recuerdas para siempre como una buena película. Para eso, hay que dar mil vueltas a los planos hasta conseguir que sea coherente, impactante, único".
Como añade, "ante todo, una colección tiene que ser buena pero hay tres elementos que la pueden engrandecer, que son la luz, la música, el casting. Y hay que trabajar muy de cerca con los fotógrafos y creadores de video, porque quizás el desfile lo ven 500 personas en directo pero luego las fotos y los videos llegarán a miles o millones de personas".
El error típico para ella sería el carácter amateur de algunas producciones. "A veces, no valoramos algunas partes creativas que son importantes, la creatividad no es tangible, pero tiene una explicación".
Aclara: "En España aún nos cuesta un poco de valorar eso. Con amigos podemos montar un desfile, pero el resultado no será algo memorable. Un florista que ha pasado más de mil horas creando decoraciones, tendrá un resultado espectacular si contamos con él. No es lo mismo colocar una moqueta de 3 cm de grosor. No es lo mismo poner una luz que otra. Para tener más ventas, todo el mundo tiene que hacer su trabajo y de lo amateur, no se obtiene el mismo resultado ni el mismo retorno".
Un desfile se trata en realidad, como explica, de una puesta en escena de pocos minutos. "De hecho, a la prensa especializada y a los asistentes habituales, si el desfile es un poco largo, les aburre. Hay que ser rápido". Para ella, con toda su experiencia, "en exposiciones sobre maniquíes estáticos o recreaciones virtuales, el hecho de que sean seres humanos tiene mucho más retorno".
Comparte con Magas cómo "en 2020 hicimos un experimento de presentación de colecciones en vivo online con otro formato, que funciona muy bien cuando las colecciones son tan buenas que un video del carrusel no las representa. Si miras estos videos que creamos puedes apreciar la caída del tejido, los pespuntes, los detalles... hicimos este tipo de cobertura en video, de toda la colección online pero también el desfile, y esa combinación funcionó fantásticamente".
Anecdotario fashion
"Un desfile que siempre tengo en mi cabeza", añade Esther García, "es el que organizamos para Mango en Caja Mágica. Se trataba de estructuras de madera de 14 metros de altura, con todo el público sentado alrededor. Nadie sabía por donde salían las modelos porque no se veían puertas en la estructura. Con la música y el juego de luces y sombras, cuando cada modelo aparecía por uno de los lados, fue uno de los más importantes que hemos hecho, teniendo en cuenta que hemos hecho muchísimos, más de tres mil".
En alta gama, señala, destacaría el de "Dior en Sevilla. Fueron muchos meses de trabajo para la producción y la relación con las cuatro instituciones involucradas en Plaza de España. Fueron más de cien modelos, músicos y bailarines... todo para doce minutos reales".
También comparte con Magas su recuerdo de los de "Del Pozo en Nueva York y en Londres, maravillosos. El primer y segundo año las grandes influencers de todo el mundo decían que nuestro desfile era su favorito: Josep Font es un genio, sus colecciones son exquisitas, sus prendas son joyas, y los desfiles eran maravillosos".
En su opinión, es una pena "que muchos diseñadores españoles no lleguen a ser tan reconocidos internacionalmente pero hay muchos muy buenos, como Teresa Helbig, Juan Vidal o Jorge Vázquez. Tenemos grandes diseñadores. Mi mayor satisfacción es que estén contentos con la puesta en escena de sus creaciones. Para ello es necesario mucho trabajo previo, renders, explicaciones, desarrollos... un enorme esfuerzo".
En su trabajo, la improvisación también es fundamental. "Como ocurre siempre en el mundo creativo y de producción, si lo tienes todo muy bien organizado, puedes improvisar, si una modelo se pone enferma, o si hay algún retraso".
Recuerda dos ejemplos: "con Carmen Kass, en un desfile en Madrid que se torció el tobillo al entrar y no sacó el último look en pasarela. Esperamos y luego lo montamos ese look en pasarela con un fake. Otra vez, no le gustaba nada el pelo al diseñador, y no quería empezar el desfile, y no y no... así que le propuse '¿Qué opinas de una cola de caballo?'. Me dio el ok y las peinamos a todas iguales, con una coleta, salieron estupendas y el diseñador contentísimo".
Finalmente, respecto a las tendencias actuales en pasarela, las tiene claras. "Antes del 2020, viajaba mucho por Estados Unidos y la India. Desde la pandemia estoy más en España y Europa: ahora hay muchos eventos de nuevo, antes había menos, muy espectaculares, ahora más, quizás más pequeños y exclusivos. Pero la pasarela sigue siendo un evento clave, y los encuentros internacionales, son definitivos en la carrera de un diseñador".