Los Ángeles se ha vestido de gala para acoger, la madrugada del 4 al 5 de febrero, la 66.ª edición de los Premios Grammy 2024. El Crypto Arena se llenaba de rostros conocidos en una gala presentada por Trevor Noah, llena de momentos históricos.
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La gran fiesta de la música ha estado marcada por el talento y el empoderamiento femenino gracias a premios como el de Taylor Swift, que batía su propio récord, el de Karol G que se convertía en la primera mujer en llevarse un Grammy en la categoría Mejor Álbum de Música y Urbana, y el de Miley Cyrus, que se hacía con el gramófono tras casi dos décadas de trayectoria profesional.
El Grammy de la justicia
Miley Cyrus forma parte de la banda sonora de la infancia de muchas de nosotras, desde que comenzó su carrera en la serie de Disney Hannah Montana, la artista no ha parado de cosechar éxitos. Cuando decidió quitarse la peluca rubia del personaje para mostrar la chica que había detrás, se convirtió automáticamente en una de las mejores artistas de su generación.
Aunque algunas de sus canciones como The Climb, Party in the USA y Wrecking Ball ocuparon los primeros lugares en múltiples rankings y fueron premiadas en distintas ceremonias, nunca llegaron a ser reconocidas en la gala de los Grammys, hasta este año que, por fin, Miley se ha convertido en una de las artistas más nominadas de la gala.
La cantante se llevó así su primer premio Grammy por su canción Flowers, y también gano el galardón a Mejor Grabación del Año. Un premio aplaudido por muchos que han calificado este Grammy como el de la justicia.
Este galardón no solo premia el increíble talento musical de Cyrus, también premia el empoderamiento femenino y a una mujer que siempre ha defendido sus valores a pesar de las críticas, inspirando a miles y miles de mujeres que han crecido con su música.
El éxito de Flowers
La canción que le ha regalado su primer Grammy se ha convertido en un himno de empoderamiento y amor propio. Miley supo transformar a la perfección el dolor y el odio de una ruptura sentimental, en un homenaje a una misma y a la importancia de ponernos siempre por delante.
La artista habla sobre la importancia de salir adelante sin más herramientas que el amor propio, teniendo claro que el objetivo es conseguir ser feliz sin que nadie más intervenga en el proceso. Es decir, hace un alegato sobre como es posible encontrar la plenitud sin necesidad de tener una pareja al lado.
Pero los mensajes de empoderamiento de esta canción no solo están en la letra, también en la elección estilística del videoclip. Empieza la canción vestida de un diseño de Saint Laurent de 1992, su año de nacimiento.
Después se sumerge en una piscina y se pone a hacer ejercicio con un conjunto de lencería negra, mostrando la fuerza y la importancia de ejercitar el cuerpo para sentirse más fuerte. Por último, acaba con un traje masculino que aporta poder y elegancia a partes iguales.
Una canción que va más allá de un simple éxito comercial, un himno de empoderamiento femenino que fija la atención en lo más importante: la capacidad de cuidarnos y querernos solas.
Los cinco looks de la noche
Una vez más, Miley se convirtió en una de las mejores vestidas de la noche, con cinco diseños que no han pasado desapercibidos, siempre mostrando su personalidad y estilo propio en los atuendos escogidos.
Maison Margiela en la red carpet
Mono negro de lentejuelas para recoger el primer Grammy
Diseño vintage de Bob Mackie para la actuación
Vestido de Gucci para recoger el segundo Grammy
Mono de encaje de Bob Mackie para el backstage