“Divina porque están divinas”, explica María José Loro, una de las tres fundadoras de divinacroqueta.com, “pero también y sobre todo porque es un homenaje a nuestra abuela materna que, al ser hijas de bar, nos ha criado. Ella se llamaba Divina. ¿Qué abuela no te hace croquetas para comer? Es también un homenaje a todas las abuelas”.
Sobre su abuela, explican, “las croquetas que nos hacía siempre eran de producto de aprovechamiento, las de jamón con huevo, el pollo que sobraba de la sopa… Ahora es diferente. La croqueta se ha dignificado mucho. En navidades hacemos las de carabineros, eso no es ningún aprovechamiento, ¡porque estaban a 200 euros el kilo!”.
“Después de un año y pico abiertos con un bar, cuando empezaba a funcionar”, continúa relatando la mediana de las hermanas Loro, “al mes y pico nos encerraron por el COVID, y estuvimos con el bar once meses cerrado. En esa época había que pensar algo, de alguna manera teníamos que avanzar porque había que pagar el alquiler, la inversión del banco y los gastos, así que decidimos hacer una tienda online y vender croquetas a domicilio, no para ganar mucho pero para sobrevivir”.
Y así se creó este negocio web. “Las mandamos frescas a toda España, ahora hemos montado un obrador, hará un año esta Navidad, con una cocina central y hemos sacado una licencia para venderlas. Teníamos mucha demanda de incluso sitios con estrellas Michelin”.
Han creado un catálogo amplio, con sabores inesperados. “Tenemos unos quince tipos, dulces y saladas. Caseras, con leche fresca, boleadas a mano, las mismas que hacemos en el restaurante, las seguimos haciendo, pero sin máquinas ni nada, y no las congelamos porque se nota mucho. Y eso que la croqueta congela muy bien, pero hemos decidido salir al mercado ofreciendo calidad y llegaremos hasta donde lleguemos”.
“Jamón ibérico, pollo al curry con nachos, chocolate con galleta María, cheesecake, vegana de cardo con almendras (con leche de almendras y sin huevo)…”, explica. La más vendida “sería la típica de jamón ibérico, que es el comodín del público, pero también salen mucho las de cecina con parmesano, solomillo ibérico con trufa, chipirón o gambones con puerros…”.
“Ahora”, señala, “la de chipirón está muy de moda, pero en muchos sitios sólo hacen una bechamel neutra, tinta y compran anillas. Nosotras cocinamos chipirones en su tinta y sobre eso hacemos la croqueta. Siempre primero el guiso y luego la croqueta, y para eso usamos una bechamel de hora y cuarto. La fabricamos de dos en dos litros para tener la receta mucho más controlada. Y luego echamos otra hora y poco para que sea una buena croqueta de chipirones en su tinta. Por eso, saben a lo que tienen que saber”.
“Este año”, comenta como anécdota, “estuvo Isabel Coixet grabando aquí e hicimos el catering de su película durante dos meses, a ella le gusta mucho nuestra cocina y es foodie, y nos dio una receta de una croqueta que hemos incluido, la oriental con miso blanco y salmón, y nos dijo que la habíamos mejorado: ahora tenemos la croqueta Isabel Coixet, solo en el bar y está funcionando muy bien”.
“Todas las semanas”, añade, “hacemos la croqueta de la semana, desde que abrimos el bar. ¿La más extravagante? Es difícil decirlo, porque llevamos seis años y cada semana una croqueta… La de cachopo, que se ha quedado, la de vendimia, de conejo con chocolate y uvas. Recuerda un poco al mole, es diferente”.
Para ella, “la croqueta es un buen medidor de la calidad de un sitio. Mi hermana siempre que vamos a un sitio pide croquetas. Si la croqueta está buena, hay cocina. No hace falta que la materia prima sea cara, pero lleva mucho trabajo y hay que darle un poco de cariño”.
El éxito lo marcan las cifras. “Podemos llegar a vender en un día 1000, de repente un día llegué y me encontré que un jueves a las 08:10 habían entrado 60 pedidos y no dejaba de sonar, y era porque nos habían recomendado en un periódico”, recuerda con gracia.
“Tuvimos que hacer 5000 al día a mano, en dos días”. Su temporada alta llega ahora en Navidad, “en verano es cuando baja, pero ahora estamos preparadas para los grandes pedidos”, explica y se marcha para seguir trabajando.