Autoras de palabra con Rosa se ha citado con Sonsoles Ónega, ganadora del Premio Planeta 2023, con Las hijas de la criada (Planeta, 2023). Una novela repleta de emociones, donde no faltan las intrigas, las deslealtades y las pasiones ocultas de una saga familiar de principios del s. XX, cuyas vidas transcurren entre las azucareras del ingenio Diana, en Cuba y el pazo de Espíritu Santo de la Galicia marítima.
Novela donde la autora reconoce que se ha vaciado como escritora, como mujer, como hija de su familia, y como enamorada de esa tierra.
Un parto antes de tiempo trae al mundo a una niña dormida entre sábanas blancas, bien atendida. Su nombre es Catalina.
Clara nació cuando tocaba, en un lecho de piedra y paja. Renata; la criada, la ha parido sola.
Las dos llegan la misma noche de febrero de 1900 en el pazo de Espíritu Santo. Todas comparten el mismo padre.
Sonsoles ha vuelto a Cuba como un capricho personal. Su primera novela está situada en la Cuba de Fidel, y esa fascinación primera, convertida después en gran desilusión, está también en esta novela.
Doña Inés siempre quiso parir a una hembra que se sentase en la misma mesa que los varones, que leyera muchos libros para ser libre.
En el caso de Renata, es la consumación del desamor. Cuando intercambia a las niñas para vengar lo que han hecho con ella, es consciente de que está cometiendo un delito personal que pagará toda la vida.
Todas las mujeres de esta novela, con independencia de su condición social, están tocadas por el desamor, el abandono y la falta de cariño.
"Es la mujer la que tiene que ser la abnegada en la familia, la que renuncia. Mi mandamiento es el no renunciarás, y ya desde ahí, desarróllalo tú como puedas", afirma Sonsoles.
Lo que doña Inés hace con sus obreras es verosímil y los caprichos literarios de esta novela, están enfocados a engrandecer ficticiamente lo que las mujeres hicieron en las fábricas.
"La culpa es una constante de todas mis historias", asegura Ónega. "Y creo que es uno de los sentimientos más amenazantes aún hoy. El día que nos liberemos del sentimiento de falsa culpa, creo que seremos más libres y transitaremos más ligeras por la vida".
"Seguiré reivindicando el amor. Se puede amar desde la libertad total y absoluta, el amor es poliédrico".
La galardonada reconoce que le da un poco de pudor decir que "esta es su mejor novela, la más madura, aunque siempre habrá una que lo sea más, porque contra la madurez no podemos ir, que es también sinónimo de vejez".