Ana De Santos Gilsanz, autora de 'Vivir sin huella'.

Ana De Santos Gilsanz, autora de 'Vivir sin huella'.

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La autora Ana de Santos: ''Comemos a la semana plásticos que equivalen a una tarjeta de crédito"

Autoras de palabra con Rosa se da cita con la periodista, quien ha publicado recientemente su libro sobre cómo reducir la huella ambiental y ecológica. 

25 agosto, 2023 02:00

Autoras de palabra con Rosa charla con Ana de Santos, periodista y activista en temas de sostenibilidad ambiental, social y económica. Funda en 2023 el proyecto medioambiental Oxígeno azul, y acaba de publicar Vivir sin huella (Zenith, 2023).

Dejar huella siempre lleva consigo algo ancestral. Una herencia generacional que llevamos puesta y que inoculamos a nuestros hijos. Pero la huella, a menudo, se convierte en rastro, uno en el que estamos desgastando los recursos, e hipotecando la vida de nuestras generaciones. Deberíamos minimizar ese impacto de forma gradual e individualmente.

Estamos en un punto de no retorno y, además, vivimos equivocados porque la tierra no nos necesita para sobrevivir, pero nosotros como especie sí. Tenemos que reducir nuestra huella dónde la principal causa es el consumo.

[Leticia Rodríguez de la Fuente: "La tierra sana. A mí me ha salvado el vínculo con ella"]

Para reducir nuestra huella, primero tenemos que saber diferenciar la ecológica de la ambiental, porque tienen diferentes medidas.

Nos referimos a la huella ambiental, cuando hablamos de peso, de toneladas, de esos gases que emitimos a la atmósfera, la huella del CO₂, nuestros residuos, envases, basuras, todo esto se mide en kilos y en toneladas. También la huella hídrica, el agua que necesitamos. Una fuente agotable.

Cuando decimos que usamos los recursos del planeta, en realidad lo que estamos haciendo es extraer los terrenos que necesitamos para colocar nuestras fábricas, minas, campos de ganado, no solo en la tierra, también en el mar productivo para colocar nuestras piscifactorías.

Se mide en extensión todos aquellos lugares en los que necesitamos modificar el planeta para nuestro propio beneficio. Por lo tanto, hablamos de huella ecológica.

La autora hace una traslación para que todo el mundo pueda ver claramente cuánto o cuándo consumimos en nuestro día a día.

Tenemos claro que es mejor una ducha que un baño. Cuando estás lavando una lechuga, no te planteas que vas a necesitar tres bañeras para aliñarla.

También podemos calcular en litros, así, por ejemplo, para fabricar un vaquero se necesitan 10.850 L.

Solo imaginamos la huella de CO₂, que es la estrella, pero la huella hídrica debería preocuparnos y ser conscientes de lo importante que es no agotarla. No contaminarla porque lo está por la agricultura, con todos los pesticidas, la ganadería y los vertidos tóxicos.

El consumo, la tendencia y el impulso. La felicidad efímera de un clic.

Está demostrado que es un tema emocional. Una terapia. Con suerte a veces la prenda se devuelve porque la felicidad es momentánea, pero hemos entrado en una dinámica en la que queremos tener más. Tener mucho.

La moda de temporada nos ha arrastrado a todos. También a Ana de Santos, que ha formado parte de este ciclo como periodista de belleza y de moda, y ha participado con editoriales mostrando las temporadas que consumíamos y dejábamos abandonadas en el armario sin apenas haberlas usado o incluso con las etiquetas. Algo malísimo para el planeta.

Las prendas de bajo precio, bajísimo, no hablan de bienestar para nadie. Abandonar las modas rápidas es beneficioso.

La felicidad está en la ropa que llevo puesta, en que pueda hablar de quién lo ha hecho; un artesano. De cuántas veces me lo he puesto y cómo me hace sentir especial. El orgullo de esa prenda porque habla de mí y de mis valores, y con ello demuestro mi voto por ese abandono de consumo rápido.

Si hablamos de la dieta del microplástico no nos hemos vuelto locas.

A la semana comemos la misma cantidad de plásticos que el equivalente a una tarjeta bancaria.

Los microplásticos están en todas partes y terminan en nuestro sistema digestivo a través de las botellas de plástico como con las que bebemos agua. De lo que comemos e incluso a través de la sal.

Hay estudios que demuestran que hay microplásticos en los fetos.

Vivimos muy rápido. Hemos roto los ciclos con la inmediatez y eso juega en contra de nosotros mismos y nuestro planeta. No podemos consumir ni vivir a ese ritmo.

Nos estamos convirtiendo en depredadores porque nos comemos 1.7 planetas cada año. Además, solo unos pocos porque hay otros que no pueden.

Tenemos que educar a nuestros hijos en consonancia con nuestros valores.

Rosa Sánchez de la Vega.

Rosa Sánchez de la Vega.

Todos los cambios por el planeta son también por nosotros y voy contando en mi libro a través de una lista completa de 250 cambios y cada uno de los beneficios que eso produce, señala la autora.

Entiendo que no todo el mundo querrá hacer la lista completa. Porque no todos querrán reducir la huella cárnica que contamina.

Ana me cuenta que es flexiteriana. En su día a día no come carne, pero cuando se sale de ella come lo que hay.

No quiero señalar con el dedo a nadie. Solo propongo muchas opciones que hay que probar y ver cuáles son las mejores para cada una.

De Santos recibe críticas en redes sociales por consejos que da y luego no hace. Pero todo tiene un sentido y no hay que abusar.

No olvidemos que los cambios individuales suman y los colectivos son los que producen la transformación.

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