Se llama Arantxa Alonso, tiene 47 años y es la responsable de producto del próximo Cupra Tavascan, un SUV eléctrico que gran tamaño y corte deportivo que comercializará Seat en 2024.
Además, este coche tiene la particularidad de que se fabrica en la nueva planta de Volkswagen en Anhui, al este de China.
Por este motivo y durante alrededor de dos años, esta ingeniera mecánica vivirá en este lugar asiático para supervisar y coordinar el lanzamiento de este nuevo todocamino de cero emisiones. Para conocer cómo es en su día a día, qué diferencias hay con la cultura china y qué papel tiene la mujer en este país… hablamos con ella en exclusiva… Así ha sido nuestra conversación.
¿Cuánto tiempo lleva trabajando para la compañía SEAT?
Pues alrededor de 18 años. Entré en 2005 y desde entonces he ocupado posiciones muy distintas. Es lo bueno de estar una empresa muy grande, que tienes muchas oportunidades. Soy ingeniera mecánica y entré en desarrollo de electrónica. Después, desarrollé parte de mi carrera en desarrollo de producto y posteriormente en marketing de producto. Más tarde, lideré una empresa de movilidad que fundó Seat. Después volví a gestión de producto para ocupar el puesto actual en 2019, que es el proyecto del Cupra Tavascan.
Usted es mujer y tiene un puesto elevado en una industria en la que la mayoría de puestos de responsabilidad son de hombres… ¿Eligió este sector por vocación?
Sí, mis estudios de ingeniería mecánica fueron por vocación. Me gustaban los coches y por eso lo que estudié. Si hay algo que te gusta, es mucho mejor para el estudio y el desarrollo profesional.
¿Recuerda si a lo largo de su formación ha coincidió con muchas mujeres o siempre solía estar rodeada de hombres?
Es cierto que había más hombres que mujeres. Pero no ha sido algo que me haya chocado nunca, la verdad. Quizás lo he normalizado siempre bastante. En la época de los estudios de ingeniería en clase alrededor de 50 o 60 personas y solo habría diez mujeres como mucho.
¿Qué ventajas tiene trabajar en una multinacional como el Grupo Volkswagen?
Trabajar en un grupo internacional es súper interesante porque puedes aprovechar los idiomas que tengas, viajar más, tener una visión más amplia y a mí eso es algo que me gusta. Además, me interesan mucho los idiomas, con lo cual me siento muy cómoda en el Grupo.
¿Una vez que le asignan el proyecto del Cupra Tavascan… le dicen que se tiene que ir a China?
El lugar de producción del Tavascan fue una decisión que se tomó durante el transcurso del proyecto. El Cupra Tavascan es un proyecto muy internacional y por ello se decidió hacer allí con un socio inversor y con el Grupo Volkswagen como socio mayoritario de la ‘joint venture’. Así que es más internacional que nunca.
Y llega el momento en el que dicen que el coche se hace en China…
Sí, una vez que se supo que el coche se hacía en China, el proyecto adquirió una nueva dimensión. Es pionero para el grupo ya que es la primera vez que se fabrica un coche en China para comercializarlo al resto del mundo.
¿Cuándo fué para China y cuánto tiempo le queda?
Tras comunicarme que el lugar de trabajo es China, emprendo el viaje para ir a este país. Fue en agosto de 2022, el año pasado. Y estaré en China hasta agosto de 2024.
¿Por qué este proyecto del Cupra Tavascan es tan especial?
En la fase de industrialización, al ser una empresa de nueva creación, hay que implementar todos los procesos, con mucha gente que viene de fuera, experiencia por construir… Además, la media de edad de la gente en la línea tiene ‘veintitantos’ años, por lo que es una línea de trabajo muy joven.
Y con la dificultad de que la mitad del proyecto se ha gestionado en medio de una pandemia…
Sí, no se podía viajar a China, por las restricciones por Covid… Además, está la diferencia cultural, la diferencia de horario… hay que tener en cuenta que en verano hay seis horas de diferencia y en invierno son siete. Esto hace que trabajemos en
dos turnos diferentes, con lo cual cuando en China se está acabando la jornada en Europa empieza. Y esto es un reto porque el centro de gravedad del proyecto está en Barcelona, en España.
¿Cómo es la relación con la empresa? ¿Cambia la relación laboral para trabajar en China?
Sí, yo estoy localizada. Para poder trabajar en China necesitas un contrato local, por lo que yo estoy trabajando en la ‘joint venture’, de la que el Grupo Volkswagen tiene capital mayoritario, con el 75%. El comité de dirección es del Grupo Volkswagen. Reporto al CEO de la empresa conjunta, pero no participo en el comité de dirección ni en las decisiones de la ‘joint venture’.
¿Qué significa que haya una ‘joint venture’?
Significa que el coche se fabrica en China pero no se va a comercializar allí. Por tanto, nuestro rol es justo eso, mantener la dirección, tomar decisiones en tiempo real allí…
¿Hay personas de nacionalidad china en los puestos de responsabilidad?
La mayor parte son europeos, únicamente aquellos puestos más sensibles, como puede ser relaciones institucionales o la parte de recursos humanos… sí que se opta por una persona local… por la cultura, el idioma…
¿Es muy diferente trabajar con los chinos?
Hay cosas que sorprenden… por ejemplo ellos tienen una gran relación con la música. Cantan mucho… en el colegio, en la fábrica, en las urbanizaciones… Tienen la música de fondo… Y esto en el entorno empresarial significa que ponían música en la planta, en la fábrica, en la línea de montaje… Y, claro, nosotros no entendíamos eso desde nuestro punto de vista occidental. Sin duda, son culturas diferentes.
¿Más diferencias?
También le dan mucha importancia a intentar generar un vínculo con la empresa y, por ello, también tratamos de generarlos. Por ejemplo, cuando fue el año nuevo chino, que este año es el año del conejo, el comité de dirección estuvo visitando la planta y lo hizo con un conejo gigante de cerca de metro y medio de alto.
Otro ejemplo es que son extremadamente jerárquicos. Esto significa que son muy fieles a sus jefes, les siguen con todo… No cuestionan las decisiones… y lo más importante es asegurarte de que han entendido lo que quieres que hagan… y no tanto en el sentido del idioma sino del choque cultural.
¿Y hay muchas mujeres en la empresa?
Sí, es algo que me ha sorprendido. Al ser una empresa de nueva creación, hay un gran porcentaje de mujeres, muchas son jóvenes y hay algunas con puestos de responsabilidad… Me han comentado, además, que el Gobierno promueve mucho la igualdad de género.
¿En qué se diferencia esta fábrica de Martorell?
Lo bueno que tiene el Grupo Volkswagen es que no importa dónde se fabrique el coche porque los procesos del grupo son extremadamente robustos. No hay diferencia entre fabricar en una planta o en otra a miles de kilómetros… Lo que sí cambia es que al ser una fábrica nueva se introducen algunos procesos nuevos. Por ejemplo, aquí lo que se ha introducido es la medición de la carrocería durante su paso por la línea. Se miden todas las carrocerías en diferentes puntos del proceso. Además, la gran diferencia que tiene esta línea es que Martorell todavía no está electrificada, con lo cual los procesos asociados a la propia técnica son diferentes.
¿Pero cuál sería la capacidad de producción de la planta?
Inicialmente vamos a producir 70.000 coches en una línea.
¿No es un riesgo ser los primeros?
Yo creo al revés, que es una oportunidad porque tenemos toda la organización focalizada y disponible solamente para nuestro coche. Y tenemos muchos recursos a nuestro alcance.
¿En qué consiste su trabajo?
Podemos decir que soy la jefa del proyecto, en definitiva, la madre del coche. Por tanto, lo que más importa es controlar el proceso productivo y asegurar que lo que pasa allí está correcto en el tiempo y va todo bien, que no haya ningún bloqueo.
¿Cómo es su día a día?
Pues tiene mucha relación con la diferencia horaria. Por la mañana sobre todo se dedican a reuniones locales, revisando el lanzamiento. Se suelen tener dos veces por semana y solemos revisar cómo va el lanzamiento. Se revisan las piezas que hay de cada parte del coche… también se revisa cómo va toda la parte del software… tenemos también las baterías que son un reto porque la planta es nueva
Y a partir de la tarde empiezan las reuniones con Europa por el cambio horario. Es el momento ahí de controlar cómo van las pruebas en España, identificar errores, hacer pruebas de dinámica, saber los resultados… Hay veces que tengo reuniones a las 11 de la noche…
¿Cómo va la conciliación?
Fue una de las condiciones. Si nos íbamos, nos íbamos todos. Para mí era fundamental que todos los miembros de la familia tuvieran su hueco en China…
¿Cuántos años tienen sus hijos? ¿Cómo se lo han tomado?
Pues ambos son adolescentes. Mi hija mayor cumple 15 años y está en plena adolescencia y el otro tiene 13. Al principio fue un gran shock, pero como sabían que tiene fecha de caducidad, que volveremos en 2024… No es tan difícil… Al principio les costó un poco pero ya se han hecho a la idea. Además, nos hemos trasladado todos, toda la familia y los perros incluidos…
¿Cómo es la ciudad en la que vive?
Pues es una ciudad muy pequeña para China pero enorme para nosotros. Tiene nueve millones de habitantes y ahora se está abriendo a los expatriados, pero es poco a poco porque solo hay un colegio internacional.