El proyecto para un museo de Colecciones Reales arrancó hace 25 años y ha sufrido serios parones. En 2015, se termina el edificio, pero el nuevo museo no se concreta. Finalmente, gracias al empuje de estas tres mujeres, la Galería de Colecciones Reales se inaugurará este verano coincidiendo con la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.
Las tres tienen una relevante trayectoria profesional y se complementan. Ana de la Cueva, presidenta de Patrimonio; Leticia Ruiz, directora de Colecciones Reales y María Dolores Menéndez, gerente del patronato, destacan y agradecen el extraordinario esfuerzo que está realizando todo el equipo de Patrimonio para cumplir con la fecha de inauguración.
Entrar en Palacio —el Palacio Real— ya es de por sí un privilegio. Subir al despacho de la presidenta donde tiene lugar la entrevista. Volver a atravesar esa amplísima Plaza de la Armería para acceder al edificio de la Galería de Colecciones Reales. Allí, la presidenta nos muestra el rincón donde se escapa para recargar pilas: “Las vistas, la luz….
¿En qué consiste esta nueva etapa?
Ana de la Cueva: Esta nueva etapa, en la que llevamos ya año y medio —el tiempo suficiente para entender bien la institución— está marcada, en primer lugar, por la inauguración de la Galería de las Colecciones Reales.
Creo que una institución tan grande no se podía permitir tener el edificio de la Galería entregado sin ponerlo en marcha. Desde el equipo de Colecciones Reales estamos empujando en todos los ámbitos para abrirla: presupuestos, recursos humanos, restauración…
Ha sido llegar usted y, por fin, poner fecha a la inauguración. ¿Qué aporta una economista a Patrimonio Nacional?
Ana de la Cueva: Yo tengo una cierta obsesión con medir las cosas, los tiempos y lo que cuesta ejecutarlas. A lo mejor es muy femenino. Tener las tareas claras e ir marcándolas cuando se hacen. Lo primero que hicimos fue preguntarnos por qué no se había puesto en marcha la Galería.
Con un proyecto claro es más fácil avanzar. Esto y el trabajo de Leticia han sido fundamentales para que la institución haga suyo el proyecto. Digamos que Patrimonio no había visto la oportunidad de transformación que supone la Galería.
Cuando os nombraron, ¿aceptasteis enseguida u os lo pensasteis dos veces dada la complejidad y responsabilidad del puesto?
Leticia Ruiz: Yo me lo pensé bastante. Venía del Prado con una situación profesional muy buena, pero había trabajado en esta institución hace muchos años, la conocía y me gustaba. Dudé entre presentarme o no al concurso, pero al final pudieron más mis añoranzas y las posibilidades que siempre he visto en ella.
Mariola Menéndez: Yo soy impulsiva. Me llamó Ana y lo pensé poco.
Ana: Yo bastante. Acababa de pedir una excedencia de mi trabajo anterior que fue extenuante. Pero era una oportunidad única. Como no conocía el sector, me pregunté qué podía aportar.
Me ayudó que el ministro me dijera que esta institución necesitaba gestión, una persona que conociera bien la administración y permitiera su avance. La experiencia que podía aportar en mis 30 años de vida administrativa podía ser útil. Además, hay expertos en distintas áreas con los que me siento muy cómoda.
¿Cómo os coordináis las 3?
Ana: Tenemos un comité de dirección en el que nos reunimos semanalmente. Somos 11, 7 mujeres y 4 hombres. Ese comité permite ordenar el trabajo de la semana, del mes, el trimestre...
Con la Galería vamos viendo semanalmente los plazos. La gerente y yo no habíamos trabajado juntas, pero tenemos una manera de trabajar similar. Ella lleva la parte más cotidiana, que es tremenda.
¿Qué es lo más complicado del trabajo como gerente?
Mariola: Hay problemas continuos, pero sobre todo tenemos falta de personal. La institución está envejecida como toda la administración. Se están produciendo muchísimas jubilaciones. El mayor reto es el recambio generacional y que las nuevas incorporaciones aprendan la profesión de los veteranos.
Se están incrementando las ofertas de empleo público, pero es un tema que va lento porque los procesos selectivos son largos. Ahora están ingresando los nuevos conservadores. Patrimonio Nacional está siendo elegida entre las primeras instituciones para trabajar. Esto es muy reconfortante.
Leticia: Y la Galería es un atractivo para ellos.
¿Por qué Patrimonio Nacional es una entidad cultural única?
Leticia: Es una obviedad en la que casi nadie cae. Cuando uno piensa en la enorme cantidad de palacios, monasterios, jardines, huertas, bosques... que gestiona Patrimonio… Es difícil encontrar otra institución similar y tan importante.
Sólo El Escorial es una de las grandes fábricas culturales del XVI y principios del XVII en Europa. Este palacio [el Palacio Real] es uno de los más completos, con mayor cantidad de bienes muebles, artes decorativas…
Ha dicho que con la nueva Galería se va a explicar mejor el Museo del Prado. Es quizá una exageración necesaria. Se da por hecho que el Prado es el gran escaparate de la cultura española. Pero no hay que olvidar que proviene del mismo tronco fundacional que esta institución, la Biblioteca Nacional y una parte importante del Museo Arqueológico nacional que son las Colecciones Reales. Todas las grandes colecciones básicamente han partido de la corona.
¿Y no ha habido una aristocracia que también hiciera buenas colecciones?
Es más escasa y alguna de esas colecciones se han ido deshaciendo con el paso del tiempo. Todos los grandes coleccionistas querían agradar o parecerse al rey, que era quien marcaba el discurso.
La gran tradición de la pintura española hasta el XVIII debe todo a la presencia en las Colecciones Reales de Tiziano, esa pintura viva de color, de manchas, de borrones como se decía en la época. Es el gran pintor del XVI en Europa y las mejores colecciones las poseía el rey de España.
¿Por qué se ha adoptado, finalmente, el criterio cronológico para el proyecto museístico de la Galería de las Colecciones Reales?
Leticia: A lo mejor, dentro de diez años, si se da otra vuelta al discurso museográfico, se cambia. Todos son válidos. Lo que ocurre es que el cronológico es el más pedagógico. Desde los Trastámara a nuestros días, porque en la planta de los Borbones se termina explicando esta institución.
¿Qué queda para la inauguración? ¿Cuáles son los últimos preparativos?
Ana: En la Administración poner cualquier cosa en marcha es muy complicado: contratos que licitar, convocar dentro de unos plazos… Esto es quizá una tautología.
Acaban de presentar una escultura de La Roldana. ¿Van a ir anunciando la colocación de las grandes piezas en la Galería?
Ana: Sí. Queremos potenciar la comunicación. Ahora que estamos en una marcha atrás queremos ir generando interés. En las redes sociales cada domingo contamos una pieza.
¿Cómo se va a compaginar la colección de la Galería con la posibilidad de seguir viendo las piezas en los lugares originales de los Reales Sitios?
Leticia: Hay que pensar que estamos sumando, no restando. Esto no es solo montar la Galería sino repensar también los Reales Sitios y Patronatos. Para cada movimiento importante, previamente hemos hecho un trabajo enorme de repensar el lugar de donde viene la pieza.
Además, a lo largo de los siglos, los reyes iban cambiando cosas de lugar. Y luego hay muchísimas obras que no se veían en ningún sitio. Estamos en ese proceso maravilloso del montaje de las obras. Me decía la conservadora acerca del extraordinario cartón que compró Alfonso XIII de uno de los tapices de Cocxie, el gran maestro de las tejedurías en Bruselas: “¡Qué gusto volver a verlo expuesto!”
Usted trabajó en el inventario de Patrimonio Nacional, ¿quedan cosas por descubrir?
Leticia: ¡Siempre! Aquí, en el Prado, en todos los sitios…
Ana: Se le pone una cara de ilusión…
Leticia: Es de las cosas buenas. El trabajo en arte y cultura nunca se termina. No son solo nuevas adquisiciones, hay que pensar cómo las vemos, cómo las vieron en su época. Ponerlas en relaciones distintas. Esto se va a apreciar en la Galería. La propia arquitectura de la museografía va a permitir hacer lecturas muy transversales.
Entramos y vemos el final de los Trastámara y a la izquierda, a través de un muro abierto, una carroza fundamental del reinado de Carlos II. Esas miradas transversales, con las cartelas y los audiovisuales, ayudan a entender esa realidad tan amplia en la cronología y tan espectacular en cuanto a piezas que tiene Patrimonio Nacional.
¿Tanto dinero para la Galería de Colecciones Reales no deja desasistido el resto de Patrimonio Nacional?
Ana: En los años de construcción del edificio sí hubo un esfuerzo. En este ejercicio, hemos pedido los fondos que necesitábamos para poner en marcha la Galería. No puede ser que las inversiones en la Galería mermen las de mantenimiento y sostenibilidad de todo Patrimonio. Esta institución tiene que ser sostenible. Para ello contamos con fondos europeos.
¿De los Reales Sitios u otras fundaciones de Patrimonio cuál os gusta más?
Ana: Voy cambiando. La Granja es de mis preferidos. Cuando entran en funcionamiento las fuentes con la misma instalación histórica, cómo surge el agua … es mágico. Me gusta también Yuste. ¿Cómo un hombre que lo ha sido todo acaba en Yuste? Pues cuando vas a Yuste, empiezas a entenderlo. Hemos hecho un esfuerzo en los últimos dos años por abrir los jardines y mejorarlo.
Mariola: Me gustan todos. Son como hijitos y no sabes a cuál prefieres. Aranjuez: esa extensión enorme de jardines y huertas que rodean un palacio pequeño con su salón del trono, su teatro… Y el Palacio Real, que tiene vida propia con la celebración de actos oficiales… Me gustaría conocer Marivent. A ese hijo lo tengo abandonado…
Leticia: Todo. El Escorial, por mis estudios y la importancia per se, desde la arquitectura a las colecciones. Y las Descalzas Reales, por ese mundo de las mujeres. Es un lugar mágico en el centro de Madrid, al lado de ese bullicio.
Asistí a un magnífico concierto del Oficio de Difuntos que compuso Tomás Luis de Victoria para ser interpretado en la misma iglesia de las Descalzas con motivo de la muerte de la fundadora y hermana de Felipe II, la emperatriz María.
Leticia: Por quien todavía rezan las monjas. Cuando estuve inventariando en Descalzas Reales, me dijeron: “Nosotras todavía rezamos por la fundadora y por el rey”. Yo interpreté que era Don Juan Carlos, que también, pero se referían a Felipe II. Rezaban por el descanso eterno de la fundadora y de su familia. Me di cuenta de que hay una parte del tiempo que no ha pasado.
¿Cuántas monjas quedan?
Las tres: En Descalzas, 19 y en la Encarnación, 9 o 10.
Usted alerta de una 3ª desamortización debido a la falta de vocaciones y al coste de mantenimiento de los edificios.
Leticia: Es algo importantísimo y grave para el patrimonio español. Un problema del que todo el mundo que se dedica a la cultura es consciente pero, dada la complejidad del asunto, nadie aborda. Estamos ante la tercera e inexorable desamortización, mucho más importante que las anteriores.
¿Qué piezas hacen obligatoria la visita a la Galería?
Lo importante es la convivencia de piezas y la coherencia de colección. Explica qué aporta cada reinado. Con Felipe IV, lo fundamental son las colecciones pictóricas. El reinado de Carlos III es un festín de las artes decorativas. El de Carlos IV destaca por la importancia de las sedas, no solo en el vestido personal sino en el palaciego…
Claro que hay nombres que tienen una importancia clarísima: Velázquez, Caravaggio, Ribera, Mengs, Goya, Paret… Pero me gustaría, dado el nivel áulico de esta casa, que cuando saliera la gente le sonara quién es Gómez de los Ríos, el mejor bordador europeo del siglo XVIII. Los bienes muebles fueron realizados por los artesanos más finos e importantes.
¿Qué va a suponer la apertura de la Galería para Patrimonio, Madrid, España…?
Ana: Es muy importante para las instituciones y para el país. También saber contarlo y unirnos todos. Ahora estamos acordando con la CAM y el Ayuntamiento de Madrid cómo anunciar este nuevo eje de la ciudad: Templo de Debod, Plaza de España, La Encarnación, el Palacio Real, la Galería, San Francisco el Grande y la conexión con Madrid Río a través del Campo del Moro.
El atractivo es indiscutible. El sector turístico estima que la apertura de la Galería va a suponer por lo menos una noche más de estancia en Madrid. Un impacto económico muy relevante.
¿Qué conocimiento tienen los españoles de Patrimonio Nacional?
Ana: Se conocen los Reales Sitios, menos quizá los monasterios, pero quizá no tanto el conjunto. El reto ahora con la Galería es dar visibilidad a todo Patrimonio Nacional. Tenemos que transmitir a los ciudadanos que este patrimonio viene de la corona, pero ahora es de todos y lo disfrutamos todos.
Nuestra responsabilidad es pasarlo a las siguientes generaciones mejor de lo que lo recibimos. Es un orgullo de país que nos haya llegado este legado.