La traducción literal de la palabra crush es aplastar o pulverizar, pero para los norteamericanos –y en las redes sociales cada vez más- es sinónimo de un amor idealizado, lo que se siente por alguien inalcanzable, y ahí queda todo. Mejor dicho, normalmente queda ahí y a veces lo cambia todo.

“Como mi primer amor era bailarín cuando era jovencita”, explica en exclusiva a MagasIN Donna Mills, cuando se le pregunta por su pasión por la interpretación, “yo amaba los musicales y mi abuela me llevaba a verlos, algo que recuerdo que nos encantaba: recuerdo cada uno de ellos, The Red Shoes, On The Town, Babes on Broadway, Rhapsody in Blue...”, enumera animadamente.



La danza no la ocuparía para siempre tras aquel primer crush, pero sí la interpretación, hasta hace unos días, cuando se estrenaba Nop. En su carrera de más de cinco décadas, Donna Mills (nacida como Donna Jean Miller en Chicago, 1940) ha sido actriz y productora; y se enamoría otras cuantas veces –aunque nunca se casaría-. En 1966 debutaría en la serie The Secret Storm y desde entonces empezaría una carrera que la llevaría, papel tras papel, a una consideración realmente difícil de conseguir: icono indie para las generaciones actuales.

['¡NOP!': Jordan Peele despeja las dudas y explica por fin de qué va su nueva película]

Estos días no deja de comentarse su papel en la escalofriante Nop, en cartelera (Nope, en inglés, otro término muy común en redes sociales): en una escena inicial de la película, Mills aparece espectacular y pregunta por el nombre de un caballo que casualmente se llama Lucky [Suertudo].

No es fácil encontrar carreras tan afortunadamente duraderas: desplegó su fama de 'temible' con el personaje de Abby Fairgate, la malvada de la serie de televisión titulada Bajo el Sol de California, papel por el que recibió el Emmy. Fue Madeline Reeves en Hospital General, Sherry Doucette en Melrose Place y hasta ejercía su malicia en la mítica Vacaciones en el Mar.



Fue la nada de fiar coprotagonista de Sadistico (1971) con Clint Eastwood y la manipuladora de Knots Landing (un papel larguísimo por el que ganó un premio a la mejor mala), apareciendo también en Joy con Jennifer Lawrence, Robert De Niro y Bradley Cooper. Ejerció como productora de algunos de los proyectos y, en 2017, decidió subirse a los escenarios teatrales como “Miss Daisy”: según la crítica, seguía teniendo esa mordida que tan famosa la hizo.



Comparte desenfadada con MagasIN el papel que se quedó con las ganas de hacer, y no es de villana. “Mi película favorita de todos los tiempos es El Paciente inglés. Me encanta el personaje que Kristen Scott Thomas hace en esa película”.



¿Qué dos momentos elegiría de su prolífica carrera audiovisual como memorias icónicas para usted y por qué?

Te daré dos. Uno fue desde cuando recibí un Emmy, fue una sorpresa total y una delicia. Otro cuando actué en el Radio City Music Hall en la Night of 100 Stars [Noche de las 100 Estrellas].



¿Cuál es el más reciente premio que ha tenido?

Fue el Palm Springs Women in Film and Television Above and Beyond Award. Sentí que era un gran honor, y que aquello era especialmente significativo porque es una organización con la que he estado activa por mucho tiempo y ya recibí el primer premio que dieron hace muchos años.



¿Puede compartir algo sobre Nop, la película en cartelera?

Nope [bromea]. Firmé un contrato de confidencialidad y no puedo contar nada. Lo que puedo decir es que fue un gran placer trabajar con Jordan Peele. Y creo que es un genio, y una de las personas más agradables con las que he trabajado. Mi papel es pequeño, pero me hizo sentir especial.



Hablando de activismo, ¿con qué proyectos está más cercana actualmente?

Sigo todavía muy comprometida con el medioambiente y ahora que la gente parece que ya ha aceptado que el calentamiento global y el cambio climático son reales, hay mucho trabajo que hacer para limpiar el desastre al que hemos llegado. Estoy involucrada con The Carbon Underground, que está envuelto con la ‘agricultura regenerativa’. Y tengo esperanza para el futuro.

Hace unos días, Mills explicaba a un medio americano su estricta rutina de cuidado y salud personal, que nace sin duda de una férrea voluntad.

Coincide en cuánto ha cambiado el modo en que se ve a las mujeres en el audiovisual y en cómo se necesitan aún roles femeninos [adoptó una niña cuando tenía 54 años, con la que sigue teniendo un auténtico crush]. “Gloria Steinem ha sido siempre una gran inspiración para mí. El trabajo que ha hecho en el movimiento feminista ha hecho el camino más fácil para mí y para muchas otras, para nuestras hijas también”.



¿Por qué se decidió a ser madre y cómo esa experiencia la cambió definitivamente?

Decidí convertirme en madre a los 54 porque supe que mi vida no estaba completa, y que si nunca tenía una hija o un hijo, me perdería uno de los placeres mayores de la vida.



Con la perspectiva, ¿diría que eso la cambió a usted?

Creo que el mayor cambio que la maternidad hizo en mí es que me volví más paciente. Y que tuve la bendición de saber cómo era el amor profundo, profundo de verdad…