Y qué mejor para charlar sobres mujeres referentes que el lugar donde se construyó la Residencia de Señoritas, el primer centro oficial que fomentó en España la formación de mujeres en la enseñanza superior desde principios del siglo pasado hasta la guerra civil.
[Marieta Jiménez (Merck): "Para construir igualdad hay que pasar a la acción"]
El nombre, hemos de reconocerlo que nos choca hoy en día, 'señoritas', pero hace un siglo era homologable, en femenino, a la Residencia de Estudiantes, por lo que en torno a la de mujeres se formaron María de Maeztu, María Zambrano, Victoria Kent, Concha Espina o Clara Campoamor.
Entre sus libros y muchos recuerdos, Itziar me invita para charlar. Reconozco que la idea me gusta tanto que llego fascinada. Hoy ese lugar es la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañon, desde donde Itziar divulga feminismo los días 8 de cada mes, a través de Instagram, con las conversaciones 8 Miradas, con diferentes mujeres.
Me recibe una amplia sonrisa, tras la cual llega Itziar. Ella es así: pasión por todo lo que hace, y lo que vive, hoy es la grabación, el lugar, los libros, las niñas, la educación, nosotras… Manos en movimiento, es Itziar, ojos como faros en noche oscura, y boca contundente, disfrutona de hablar, sonreír y reír.
Felicidad contagiosa, al ser conscientes de la oportunidad que es andar por el mismo suelo que pisaron las alumnas de hace un siglo, reconocidas por sus compañeros de entonces, como Lorca o Dalí, pero desconocidas hoy por nuestras niñas y niños, todo un obstáculo si queremos empoderarlas a ellas a base de referentes.
¡Las grandes mujeres de entonces no están en los libros de texto! –se lamenta-. Escucho a Itziar y veo a 'Manolita', pero quizás la identifico más con 'Miranda', la niña de sus libros que adoro, la que junto a 'Tato' vive un mundo sin tabúes, entrelazando relatos en los que lo mismo se habla de pobreza energética que de matrimonios forzosos. Libros deliciosos que, confieso, yo personalmente regalo.
Nuestra conexión nos llegó precisamente hablando en 8 Miradas de ODS, de educación, de la necesidad de apasionar a las niñas por las carreras STEM, de generar referentes para inspirar a las hijas con ánimo de que no se achiquen y crezcan con seguridad y autoconfianza.
Lo que son #ChicasImparables. Lo que es Itziar. Ambas, que somos mujeres de tejer alianzas, sabemos que una cereza bien engarzada tira de muchas otras cerezas, hasta llenar un cesto… y luego otro… y otros.
Sororidad llamamos a la alianza entre mujeres. Liderazgo. Poder. Y en éstas, estamos. Imparables.