Blanca Rudilla se dedicaba a la defensa de la libertad de expresión como abogada de medios de comunicación hasta que, en un momento impensado, tuvo que ayudar a un familiar a realizar “los trámites de una de las primeras adopciones internacionales con China, que se complicó”.
Este momento vital coincidió además para ella “con un aborto, un niño que pierdo, y entonces tomé la decisión, con ambos casos vividos, de dedicarme a ayudar a familias que quieran tener familia a través de la adopción. Ahí fue cuando constituí la Asociación para el Cuidado de la Infancia”.
Es un trabajo que describe “como una montaña rusa, con mucha adrenalina”. Tras “más de 8.000 adopciones”, explica cómo “la contraparte es que tenemos a muchos niños que nos dan enormes alegrías aquí y eso es muy gratificante”.
[El largo camino a la adopción: "Un hijo nace del corazón no de la barriga”]
La adopción como concepto social
Para Rudilla es necesario primeramente “cambiar el concepto social de la adopción”. En este sentido, “existe la creencia de que los padres adoptivos son buenas personas por el hecho de la adopción y los menores adoptados afortunados por haber sido adoptados".
Continúa: "Hay que cambiar el chip, y comprender que estos menores no han tenido suerte, que son pequeños que se han visto privados de crecer en la familia que les correspondía, que no encontraron familia sustituta en sus países de origen, y que se han visto obligados a viajar muy lejos, y crecer cuidados por unos padres, que en la mayoría de los casos son muy diferentes”.
La experta explica cómo en el primer texto de la ley de adopción internacional, “se cambió la denominación de padres que solicitan a padres que se ofrecen. Por el sólo hecho de tramitar un expediente, eso no implica que se va a resolver rápidamente un proceso para el interés de unos padres que desean adoptar. Las familias adoptivas tenemos mucha suerte de que estos niños pese a todo este proceso nos regalen su cariño, somos los que realmente somos afortunados”.
“Hay que cambiar esa idea de suerte”, añade, “los niños tienen sus fases de crecimiento, que son propias y no tienen nada que ver muchas veces con los procesos de los padres que se ofrecen”, subraya en su conversación con magasIN.
Además, para Rudilla, “nos olvidamos de un hecho muy claro: los niños que ahora mismo son adoptados en nuestro país, que son muchos, serán los ciudadanos del futuro e incluso formarán parte de nuestro Gobierno dentro de una o dos décadas, tomarán decisiones colectivas y su crecimiento y salud mental son importantes para el futuro de todos en nuestro país”.
Los costes de las adopciones
¿Cuál es la razón del alto coste de los procesos de adopción? “El simple hecho de que intervengan muchísimos profesionales en este proceso, desde abogados del país de origen a traductores”.
Para ella, “la gran lucha en este país es que este hecho no está subvencionado, así que la única forma de poder mantener estructuras que posibiliten los procesos siempre es a través de las familias que están en un proceso de adopción, lo cual es una barbaridad, porque si los tiempos se alargan o los procesos se enquistan, esas familias se ven en la necesidad de seguir afrontando costes”.
Para ella, el Gobierno “se tendría que plantear, en sus partidas presupuestarias, este presupuesto que además sería muy poco para subvencionar esta actividad y ayudar así a las familias en esos procesos. Se trata de actividades que serían públicas pero que han sido delegadas en organismos acreditados no subvencionados, que somos los encargados en realidad de abrir nuevos países y hacerlo posible”.
Como ejemplo, menciona “países como Canadá y otros del norte de Europa que sí subvencionan el coste indirecto de las entidades, de tal manera que las familias pagan el gasto directo como la legalización, traducción, etcétera… Eso sería una ayuda importante y permitiría que trabajáramos de una manera más lógica”.
Durante los pasados años, su asociación ha financiado parte de los costes de las familias con eventos y diferentes acciones. “Estas actividades no se conocen y los organismos acreditados tenemos hasta mala fama en ocasiones porque alguna adopción no se pueda completar. Pero en casos de tragedias humanitarias y problemas, siempre estamos ahí”.
Condicionantes de la adopción
Pregunta: En su experiencia, ¿cuál es la razón más común de adopción?
Respuesta: La adopción no es una obra solidaria. Es una forma de crear una familia dando un hogar a un niño que no lo tiene y va a ser para siempre, es un proyecto y es precioso, pero debe implicar responsabilidad.
¿Cuáles son las diferencias entre países?
Cada país tiene su protocolo, en la actualidad adoptar en algunos países está muy complicado: antes de decidir dónde iniciar los trámites hay que informarse bien y entender que la adopción es una medida de protección del menor, no es un catálogo de deseos.
Hay que investigar los países. Luego hay menores que muy poca gente quiere… nuestra agencia fue pionera en todos los proyectos de dar a conocer todas las posibles adopciones de menores que tienen especiales necesidades o están en listas de búsqueda especial de hogar por sus circunstancias personales, patologías, edad, grupos de hermanos…
¿Cómo ha influido la Covid?
Ha ralentizado los tramites administrativos a nivel mundial. Imagínate el sufrimiento para esas familias, qué puedes decirles. En China y debido a la política de contagio cero, 32 familias españolas llevan desde finales del año 2019 sin poder recoger a sus hijos, según el gobierno chino, el interés del menor recomienda que se queden en el orfanato más seguro frente al covid-19 que en España u otros países con sus familias adoptivas.
En China no fue posible, pero en Vietnam, la embajadora de España logró coordinar a todas las familias con pruebas PRC, agrupadas, en pequeños grupos, en hoteles,… fue complicado pero ¡pudieron viajar!
¿Se han dificultado los procesos de adopción?
Ahora es más difícil, pero insisto en que hay que recordar que en todos los países hay determinados niños que están buscando familia: la adopción no es fácil y menos si el ofrecimiento se centra en menores sanos de 0 a 3 años, eso es mucho más complicado. Si el ofrecimiento es más abierto, contemplando otras posibilidades, hay más probabilidades de que el proceso sea más corto.
¿Cómo son habitualmente los ofrecimientos?
Quizá el 80% de los ofrecimientos se centran en ese perfil. A veces me dicen "es muy mayor’" y yo respondo "tú también y no pasa nada". Luego están los padres que te dicen "buscamos niños muy sanos" y ves sus informes médicos y tampoco están tan sanos… Siempre nos centramos en la exigencia de cómo tiene que ser el niño y no pensamos en las condiciones de los padres que se ofrecen, que a veces no son la panacea.
La ley en España
La abogada explica cómo un problema en el reparto de competencias ha dificultado que las familias avanzaran en sus procesos: “Se aprobó una normativa que es la ley que modifica el sistema de protección a la infancia, que le da un nuevo contenido a la ley de adopción internacional”.
Hasta ahora, “las tramitaciones de los organismos acreditados (antes ECAIS) eran competencia de cada comunidad autónoma, por lo que teníamos que tener oficinas, equipos profesionales, etcétera en todas las comunidades del país, pero se pasó a Asuntos Sociales y Agenda 2030, y las familias de territorio español podían elegir el organismo acreditado residieran donde residieran”.
Este reglamento, prosigue, “en el año 2021, por el recurso de inconstitucionalidad que presentó el gobierno catalán, fue declarado inconstitucional en algunos artículos, y fundamentalmente en aquellos que establecía la competencia del Estado español para las acreditaciones, devolviendo esta competencia a las Comunidades Autónomas.
Ya en el mes de marzo de este año, debíamos tener un nuevo reglamento y las diferentes Comunidades autónomas sus decretos actualizados para posibilitar que las familias cuyos expedientes se han quedado bloqueados por la COVID-19, pudieran tener oportunidades dirigiendo sus ofrecimientos a otros países, sin embargo, la confusión normativa hace que esté todo parado…”.
Para la abogada, “tan solo el director general de la Familia y del Menor, de la Comunidad de Madrid, Alberto San Juan, ha dado un paso adelante a favor de las familias adoptantes, acreditando a organismos pese a esta compleja situación”.
“En un contexto tan complicado como el Covid”, sentencia, “las familias que quieren adoptar lo han tenido más difícil que nunca en España por la situación normativa, más bien, por la confusión del marco normativo”.
Experiencia propia
¿Cuáles considera usted que son las claves para una adopción?
No existen claves, lo importante está en formarse sobre adopción y en esforzarse en entender a nuestros hijos. Pero esto no sólo ocurre en la adopción, en mi caso, que tengo tres biológicos y dos adoptados, te confirmo que tienes siempre que intentar comprender por qué reaccionan de un modo, la causa de un problema, si les pasa algo…
¿Recomienda entonces como primera medida la formación?
Unos padres formados son unos padres que llegan a ayudar, pero eso en general [se refiere a la cuenta de Instagram de ACI Adopción, en la que aparecen diversas opciones de formación gratuita y apoyo y seguimiento]. En caso de necesidad, hay que acudir sin miedo a los profesionales: no nos sorprenden síndromes de adversidad temprana, la clave es diagnosticar cuanto antes los síndromes o desajustes y proporcionar ayuda y apoyo desde el primer momento.
¿Qué le responde a las personas que se muestran reacias a la adopción?
Que la maternidad en cualquier formato es maravillosa, lo que pasa es que los niños no vienen con libros de instrucciones, lo digo por mi experiencia en miles de casos, la proporción de problemas no es muy distinta en adopción y no adopción.
¿Cómo diría que ha cambiado el panorama de la adopción internacional de los últimos 25 años?
Cuando comencé trabajando en China, fuimos la primera entidad española acreditada por el Gobierno de ese país y había una larga lista de menores a la espera de familias. Para ayudar a estos pequeños ideamos de manera privada actividades para obtener fondos y con ellos subvencionar a las familias en sus procesos de adopción. Veinticinco años después, hay una larga lista de padres a la espera de que les sea asignado un menor, sufriendo procesos que se alargan en el tiempo y soportando los costes económicos del mismo.
Sin embargo, a pesar de que es un largo camino, "un camino de rosas que tiene alguna espina" como decimos a veces, y a pesar de que se trata de un proceso con muchas incertidumbres, al final el que insiste y sigue el proceso lo logra, y… ¡es algo tan maravilloso!