Tiene uno de los blogs de cocina con Thermomix más populares de España, casi 300 mil seguidores en Facebook y 150 mil en Instagram, ha publicado dos libros de recetas... Y, aun así, no abandona su trabajo como enfermera. Ella es Rosa Ardá, una mujer que compagina sus dos trabajos (porque sí, el de influencer, blogger o como lo llame cada uno es un trabajo), y en los dos vuelca toda su pasión por mejorar la vida de los demás.
Se la puede considerar, además, una pionera, ya que creó su blog Velocidad Cuchara, en 2008, cuando no era tan habitual la profesión de "creador de contenido" ni tener blogs. Tal y como cuenta a MagasIN, lo hizo porque tenía las mañanas libres y quería ocupar su tiempo de alguna forma.
"Trabajaba en un servicio de atención rural en la sierra de Madrid. Entonces, me quedaban días libres entre semana porque como haces noches, pues de día no trabajas y a lo mejor libras dos o tres días... Y me aburría en casa. Me había comprado una Thermomix y fue un poco como: Tengo una cámara, tengo una Thermomix, no cocino nada. ¿Qué hago?, explica".
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Y continúa: "Mi marido me dijo: ¿Por qué no creas un blog de cocina? Así cocinas, aprendes, vas subiendo y compartiendo… Porque entonces no había libros de Thermomix y había poquitas clases. Era una forma de compartir, así que una tarde nos sentamos y lo abrimos. Con el boca a boca poco a poco fue creciendo".
Junto con su marido, comenzó a pensar en un nombre apropiado y, en un principio, llamó al blog La Thermomix de Rosa. Sin embargo, más tarde decidió cambiarlo.
"Yo me fui de guardia y mi marido estaba en casa. Estábamos dándole vueltas porque ese fin de semana queríamos dejarlo cambiado. Eran las tres de la mañana o así, me llama y me dice: Lo tengo, lo tengo. Y le digo 'yo también lo tengo: Velocidad Cuchara. Y me responde: ¡Yo también!".
Aunque parezca una extraña casualidad que a los dos se les ocurriese el mismo nombre, todo tiene una explicación. "Buscábamos un nombre que cualquier persona que tuviese una Thermomix entendiera. Y es que 'velocidad cuchara' es la velocidad más baja de la máquina. La Thermomix tiene una velocidad del uno al diez, pero la más bajita aparece una cuchara y es la velocidad cuchara. Era perfecto porque es corto, se entiende y el que tiene una máquina lo identifica".
Comida rica y práctica
El uso de la Thermomix sigue siendo la seña de identidad de Velocidad Cuchara, aunque Rosa también se ha abierto a otras herramientas para crear sus recetas, pero siempre buscando que sean ricas y prácticas, aptas para cualquier persona.
Los mismos objetivos que ha perseguido con sus dos libros Velocidad Cuchara: Mis recetas imprescindibles con Thermomix (Anaya, 2020) y Velocidad Cuchara. Cocina rico todos los días (Anaya, 2021).
"Quería hacer libros variados que a la gente le sirvan, que tengan de todo, pero fundamentalmente que todo se pueda hacer. A mí me pasa muchas veces que cuando cojo un libro y según empiezo a leer ingredientes me paro y digo: paso. Por eso quería hacer libros prácticos". Por la gran cantidad de respuestas positivas y sus miles de seguidores, está claro que consigue su propósito.
Con los años, además de cambiar de vez en cuando sus herramientas de trabajo, también ha variado el tipo de recetas. Así, en su blog se pueden encontrar apartados para vegetarianos, celiacos...
"Las que somos más mayores nos gusta más comer de guiso. Quiero decir, somos de sentarnos a comer, pero a la gente más jovencita le gusta mucho lo healthy. Usa más aguacates, las semillas de no sé qué, la chía y la quinoa... Esas cosas ¿sabes? Nosotros no tenemos esa costumbre de tomar eso. Entonces, hago un combinado, intento meter un poquito de todo para tener para todo el mundo".
Del blog a Instagram
También se ha ido adaptando a las distintas redes sociales que han ido apareciendo. "Nuestra base es el blog, pero la gente ya no consume internet como antes, lo hace desde el móvil", explica.
Así, cuando ocurrió el boom de YouTube probó con esa plataforma, aunque duró poco. "Grabar un vídeo de una receta eran muchísimas horas. Yo estaba sola en casa y me grababa sola. Entonces era: un trípode, prepara la cámara, haz los planos, que queden bien de luz, edita el vídeo, métele un audio o música… Era tela marinera. Hice algunos, pero me cansé enseguida. No podía compatibilizar todo".
Ahora, lo que más está de moda es Instagram, una red social que sí usa más. "Los reels son muy cómodos de hacer. Son más rápidos, más instantáneos", afirma.
La parte más negativa de esta red social es que no se puede monetizar. "O tienes colaboraciones pagadas con marcas o no te aporta nada, y el blog tiene gastos. Es decir, para el blog tienes que pagar un servidor todos los meses y luego, además, te tienes que hacerte autónoma si facturas algo. Con lo cual, tienes unos gastos mínimos de 700 euros al mes que tienes que cubrir e Instagram no te cubre eso".
"A mí no me gusta mucho condicionar a la gente, con lo de las marcas... Quiero decir, yo no haría publicidad de una marca porque me paguen. Yo quiero hacer publicidad si creo lo que estoy haciendo. Si no, no. Entonces es un poco complicado", añade.
Pero más allá de lo económico, porque "con los libros tampoco te haces rico", Rosa valora la gran cantidad de experiencias que ha vivido desde que apostó por su blog y que "pasan una vez en la vida" como firmar en Sant Jordi o la Feria del Libro de Madrid.
También se queda con toda la gente que ha conocido durante este tiempo. Otras personas que, como ella, empezaron con sus blogs cuando aún no se consideraba una profesión y solo tenían ganas de compartir sus conocimientos y experiencias con el resto del mundo.
"Desde 2008 he conocido a mucha gente. Además, aquellos que nos conocimos entonces, que éramos, entre comillas, los pioneros de alguna manera de hacer blogs, seguimos hablando, seguimos siendo amigos. Tenemos una relación muy chula. No hay rivalidad, hay amistad", sostiene.