Las series estadounidenses de abogados tratan con frecuencia los casos pro bono y probablemente nos hayan creado una imagen algo estereotipada de los mismos, que dista de la situación real en la que se encuentran en España.
Pero ¿sabemos realmente lo que es el trabajo pro bono? ¿Qué tipo de trabajo pro bono se desarrolla en España? ¿Cómo funciona? Leire Larracoechea, cofundadora y directora ejecutiva de la Fundación Pro Bono, nos lo explica.
El trabajo pro bono recoge “todo tipo de servicios jurídicos prestados, con carácter gratuito y voluntario por parte de profesionales del derecho, abogados generalmente, a entidades sin ánimo de lucro o a personas físicas que no tienen recursos para asumir esos servicios legales”.
Larracoechea explica que el servicio puede ir desde un asesoramiento puntual en una consulta muy concreta a una formación o una reforma legislativa. “El abanico de proyectos es enorme, pero lo importante es que el abogado ponga a disposición de la sociedad, de manera gratuita, su conocimiento y experiencia.”
Ahora bien, mientras que en las películas estadounidenses vemos asesoramiento dirigido a personas físicas, en España la mayoría de los casos que se abordan desde la fundación son de entidades sin ánimo de lucro, en los que no hay beneficiarios directos.
“En España diría que la situación es muy buena, siempre trato de ver el vaso medio lleno. Era algo desconocido hace quince años y ahora cada vez se conoce más. Va calando en las entidades y ahora estamos logrando que esto permee en los despachos, tanto a nivel de los socios como de los abogados más junior”.
Aun así, la directora reconoce que queda trabajo por hacer y pretenden que más abogados se sumen a la causa. “Nos sobran casos, nos faltan manos, no logramos satisfacer toda la demanda”.
Fruto de una necesidad
Larracoechea descubrió el pro bono al inicio de su carrera profesional como abogada en Cuatrecasas. Tras conseguir una beca para especializarse en la práctica pro bono y obtener un LL.M. (máster en leyes) en Harvard Law School en 2015, ejerció en el Vance Center como directora del Programa Pro Bono, donde se sentaron las bases del proyecto de la Fundación Pro Bono España.
Señala que la fundación “es fruto de la ilusión, de la convicción de muchísima gente de varios despachos que llevaban pensando hace tiempo en la necesidad de generar una plataforma colaborativa para fomentar el trabajo en red”.
La directora explica que querían multiplicar, crear mayores sinergias y lograr un mayor alcance en el tercer sector.
La entidad nació el 28 de junio de 2018, de la mano de 28 despachos nacionales e internacionales con sede en España. Un año después, la fundación cerró su fase piloto con 37 despachos y universidades implicados.
Se presentó con un puente real y efectivo entre los profesionales del derecho y las entidades sin ánimo de lucro necesitadas de asesoramiento legal.
Para Larracoechea el trabajo pro bono es necesario por:
- El acceso a la justicia igualitaria. “Realmente queremos que las entidades tengan acceso al derecho y a la justicia en condiciones de igualdad con los demás, que realmente puedan ver en el derecho un instrumento para llevar a cabo su labor”.
- Desde el punto de vista más egoísta, por la satisfacción y sensación de utilidad que supone el hecho de trabajar por el bien de la sociedad, poniendo a disposición de la sociedad sus conocimientos.
Triple eje de trabajo
“Nuestra visión es fortalecer el tercer sector a través del derecho, como verdadera herramienta multiplicadora del impacto social”. Esta visión la articulan con los despachos a través de tres ejes.
El primero es el de canalización, el de reparto de las consultas legales que les llegan. “Contamos con una red de cuarenta despachos, también abogados particulares. Calculamos que tenemos una red de más de tres mil abogados y ellos se postulan para los asuntos que son de su interés”.
Los despachos hacen un análisis a nivel interno, eligen los que les interesan y es la fundación quien decide. “Es un procedimiento muy riguroso, muy exhaustivo, miramos que sea el abogado mejor preparado para asumir ese proyecto, presentamos a las partes y les ponemos trabajar”.
El segundo es el de sensibilización. “A día de hoy, muchas entidades aún no conocen el concepto, lo ven como algo propio de la cultura americana”. Por ello, explica que trabajan en las universidades.
“Ponemos a estudiantes de Derecho a trabajar bajo la supervisión de sus profesores y nuestros abogados. Es una forma de sensibilizar y formar en la práctica fantástica que completa toda la labor de sensibilización que hacemos también a nivel abogacía o empresas”. Actualmente, están llevando el pro bono también a empresas, a departamentos jurídicos y otros niveles de la abogacía.
La institucionalización es el último eje. “Trabajamos con todos nuestros abogados para construir herramientas buenas, compartir mejores prácticas, para que todo esto se vaya viendo cada vez con más calidad, con mayor impacto en las entidades, que es de lo que se trata”.