Esta es la historia de, al menos, seis mujeres. Dos de ellas eran pareja, en el París de los años 20. Otra está sentada hoy en un sofá de la librería Amapolas en Chueca, bebiendo un café con hielo en una copa, y es la flamante escritora de un libro sobre las dos anteriores. Hay otra mujer más, que está atendiendo en el mostrador de la librería y que a veces sale fuera y se sienta en el poyete del escaparate. Las otras dos mujeres aparecerán más tarde en este texto, con un poderoso atractivo.
Pero empecemos por Kerri Maher, que es quien las ha juntado a todas. Sujeta su café helado como quien sostiene un tesoro, algo que cualquier amante de esta bebida entenderá perfectamente. Lleva un vestido verde de lunares con unos zapatos a juego que le dan un aire dulcemente americano. Sólo está en España durante dos días, firmando en sus librerías favoritas de Barcelona y en Madrid, y mañana regresa a su casa de Boston, en el vuelo nocturno de Iberia. “¿Es un vuelo muy cómodo para leer y ver películas, verdad?”, pregunta retóricamente.
La primera estampa bostoniana que Maher describe es ella misma sentada en un escritorio tecleando en un ordenador con vistas al folliage. Primero como profesora de literatura, y en los últimos años como autora de tres novelas históricas sobre, en sus palabras, “strong american women who found themselves in Europe” [mujeres fuertes americanas que se encontraron a sí mismas en Europa] y esa afirmación contrasta con su aire dulcemente americano.
Sujeta ahora en la mano izquierda con una sonrisa el libro que está promocionando, titulado La Librera de París y explica cómo esta portada europea es diferente de la original de Estados Unidos (en España su editorial es Navona): aquí se ha reducido el tamaño de la imagen pictórica (“creada específicamente para mí, es una pintura de Terry Miura, que hizo muchos bocetos hasta llegar a esta obra que ahora está colgada en mi casa”), y el título tiene una singularidad que ella subraya: “La palabra con más connotación del título inglés es París, pero en castellano es la palabra librera”, dice, con claro acento feminista.
En este momento, entra en escena otra de las mujeres, Laura, la librera de Amapolas, que entra y sale, una mujer que cualquier escritora -o lectora- debería conocer. “Si necesitáis algo, me decís”, y añade, “es una novela maravillosa, ¿verdad?”. Una novela sobre Sylvia Beach y Adrianne Mennier, y sobre la fundación de una librería mítica.
“El libro trata de una joven americana que abre la librería Shakespeare and Co en 1919 en París”, lugar que será lugar clave para una generación de escritores, y junto a su compañera Adrienne “se convertirá en editora del famosísimo Ulises de Joyce”.
Es una portada pictórica “para que la gente cuando lo vea en la librería diga ‘este libro es especial’, porque contiene una historia especial. En realidad, no sabemos el color real de la fachada de Shakespeare and Co, pero creemos que fue verde por otras representaciones, es el color actual”, añade Maher.
¿Por dónde empezaría una descripción de sí misma?
[Lo piensa unos segundos]. Yo empezaría por el hecho de que escribí mi primera novela en quinto curso, cuando tenía diez años. Así que llevo escribiendo muchos años y escribir es una parte de mi identidad. Escribí en el periódico del instituto y participé en concursos, fui a la universidad de Berkeley en California, donde estudié Lengua Inglesa.
¿La verdadera razón para su interés repetido por la ficción?
Siempre quise escaparme usando mi imaginación: si no estaba feliz con la situación alrededor mía, yo me podía imaginar algo más emocionante… esa es realmente la respuesta. Incluso hoy en día eso me pone en apuros, porque si estoy en cualquier sitio y no estoy interesada por lo que ocurre, me imagino otra cosa. A muchos escritores les ocurre lo mismo.
¿Cuándo vino a Europa por primera vez?
Mis padres me trajeron a París con once años, no vine a España, pero sí me llevaron a Francia. Creo que me enamoré de Europa y de París en aquel viaje. Leer y escribir y viajar se convirtieron en importantes para mí desde la niñez. Como resultado, mis tres primeras novelas han sido de ficción histórica, sobre tres mujeres americanas que se encuentran a sí mismas en Europa.
¿Qué tres mujeres?
Mi última novela, que no está traducida al español, es sobre Grace Kelly (2020). La anterior sobre Kathleen Kennedy (2018), una Kennedy que se enamora del conde de Devonshire pero no sólo, ella de lo que se enamora completamente es de Londres.
Lo último que ha leído que la ha fascinado…
El último libro que absolutamente me ha impactado ha sido Seven Days in June [Siete días en Junio] de Tia Williams. Buenísimo. Divertido, inteligente, muy sexy… un gran libro. Pero también me gusta Three Junes [Tres junios] de Julia Glass que ganó el National Book Award hace unos años, amo todas sus novelas.
¿Qué hace que usted ame –o no- una novela ajena?
Estar enganchada –o no- con los personajes. No me tienen que gustar los personajes, me tienen que interesar. Otro libro que me encantó hace poco es Eleanor Oliphant is completely fine [Eleanor Oliphant está perfectamente], ella es tan extraña, y es una novela tan única, que te preguntas qué es lo próximo qué va decir a continuación...
Maher describe su primer encuentro con el tema de su novela, que sucedió porque “Sylvia Beach escribió unas memorias que se titulan Shakespeare and Company y yo leí ese libro la primera vez en el colegio. Me encantaban los escritores jóvenes, especialmente los expatriados, me encantaba imaginar a todos los que habitaban esa realidad. Aquel libro era sobre ellos y sobre ese momento y me enamoré de ese libro y de esa época. Tenía 20 años y quedó en la parte de atrás de mi mente”.
Explica entonces cómo “volví a su historia en mi mente periódicamente. Después del colegio, trabajé como librera en una pequeña librería independiente en Brooklyn, como esta en la que estamos hoy con Laura, que era como Shakespeare and Co, todo el mundo que pasaba por allí era un escritor inspirador, en un barrio como éste de Chueca, lleno de escritores”. Dice cómo “ahí estuve viviendo el primer borrador de este libro”.
Después, “volví a la escuela, me formé, hice un máster en Fine Arts, y empecé a escribir ficción histórica. Escribí dos libros y me di cuenta de que éste debería ser mi próximo libro. Todo lo que me llevó a este libro me ayudó a escribirlo. Hay algunas colecciones de cartas, en concreto una colección de cartas entre estas dos mujeres editada por otra mujer americana, y otro recopilatorio de la correspondencia entre Joyce y Sylvia”. Maher también usó como material “una biografía de ella de los años ochenta”.
En su investigación descubrió algo que suele contarse de otra manera: como “cuando Silvia abre Shakespeare and Co, no tenía ni idea que iba a ser la casa de una generación de escritores americanos o ingleses, ella pensaba que abría una tienda para escritores franceses”.
Señala cómo “en sus memorias, Sylvia no habla mucho de Adrienne, porque la escribió en los años cincuenta, cuando la sociedad americana era quizá más conservadora que en los veinte. Una cosa que aprendí en mi investigación es que las relaciones del mismo sexo no estaban criminalizadas en Francia. Aunque existían bares gays y cabarets en todas las ciudades metropolitanas de los años veinte, NYC, Berlín o Madrid, la diferencia con París es que no eran ilegales. Esa idea de muchas personas de París como un bastión de liberalismo, es cierta. No en todos los sitios de París, pero sí en el París bohemio, en el barrio latino…”.
En una primera época ambas mujeres eran “muy buenas amigas, es una relación preciosa de explorar, su amistad estaba basada en el amor por los libros, y así es como terminó, cuando rompieron, siguieron siendo amigas”. Otras mujeres que pueblan esta novela son tan poderosas como el icono LGTB, la espectacular “Natalie Barney… Me sorprendió cuántas mujeres aparecen alrededor del Ulises: Sylvia, Adrienne, Jane, Margaret, Norah… y Gertrude Stein, que estaba en contra”.
Sobre la increíble Gertrude Stein le resultó, explica, “divertido escribir sobre ella, es un personaje menor en la novela, pero es tan importante en ese París de los veinte y los treinta, a ella no le gustaba nada Joyce, lo cual entiendo, ella sentía que su escritura era tan importante para el movimiento moderno como la de ella misma, y pensaba que eso era debido a ser mujer. Ella tenía este salón famoso… ella y Sylvia fueron amigas casi todo el tiempo. Se puso como loca cuando Sylvia decidió publicar el Ulises, si lees realmente las memorias de Sylvia, en la mayoría del tiempo fueron amigas”.
La historia que Maher ha escrito “es parecida a la realidad pero no igual. Es ficción histórica pero también ficción biográfica, porque tenía la responsabilidad de captar la esencia de real de ellas pero también abrazar la realidad de que se trata de una novela. Hay una tensión ahí entre los hechos y la ficción, una tensión que finalmente disfruto”.
Como ejemplo de esa tensión, Maher explica cómo en la realidad “el impresor de Lyon manda dos copias con un mensajero y Sylvia se encuentra con el mensajero en París”. Sin embargo, ella, “por efectos dramáticos, quería que Sylvia tuviera un momento literario recogiendo el libro directamente de la imprenta”.
¿Se conoce más como escritora tras escribir estas tres novelas?
Conozco más o menos mis fortalezas como escritora. Estoy en los cuarenta, sé lo que puedo hacer bien, sé lo que quiero hacer, intento añadir retos en mi escritura, mi próxima novela será muy diferente de las tres primeras, más difícil de escribir, pero me gusta hacer cosas diferentes.
Un libro que le hubiera gustado haber escrito…
La última vez que sentí eso fue con Writers&Lovers, la quinta novela de Lily King, que sucede en los noventa en Boston, es un libro precioso. Es el tipo de libro que podría haber escrito en mi vida pero que no podré porque ya está escrito.
Algo que la defina que no sea escribir y libros…
Me encanta la comida, los restaurantes, es una de las razones por las que me gusta viajar, para probar la comida local. Y me gusta cocinar. Desafortunadamente tengo una hija de 11 años, que no es muy aventurera cuando se trata de comida nueva, pero intento probar nuevas recetas...
La literatura moderna hoy, ¿tiene en su opinión algún distintivo?
La literatura ahora es mucho más especializada, yo diría. Una novela contemporánea puede ser un thriller o una ficción histórica, de humor o muy seria. Cuando apareció El Gran Gatsby, mucha gente lo leyó, se me hace difícil hoy en día pensar en un escritor tan difundido como Scott Fitzgerald o Hemingway. Lo más parecido que se me ocurre recientemente es La luz que no puedes ver (en inglés, All the Light We Cannot See) de Anthony Doerr, pero son libros puntuales, hoy en día la literatura es un enorme horizonte. Pero no creo que los lectores quieran hoy avant garde...
¿Qué cree que quieren los lectores hoy en día?
Una buena historia y que esté bien escrita.