Como si fuese cosa del destino, Carla Grau Pi es la única mujer team manager de la World Superbike en el equipo de Ana Carrasco, la primera en haber ganado un Mundial de Motociclismo. Aunque más que el destino, se trata de un dúo de mujeres capaces, formadas y, sobre todo, que sienten una gran pasión por las motos y cuentan con personas que confían en su capacidad y méritos sin distinción de género.
Sin esperárselo, Carla (Bellaterra, 1999) se ha convertido este año en team manager de Kawasaki Provec WorldSSP300, siendo la única mujer en dirigir un equipo de superbikes. Una labor que, si bien no es tan visible como la de un piloto, es fundamental y entraña una gran responsabilidad. Todo ello a sus 21 años, que no 22 como ha salido en otros medios. "Apuro los 21, que los 22 ya suena a serio y no me gusta", bromea durante su entrevista con MagasIN.
Aunque está a puntito de terminar la carrera de Sport Management en Blanquerna, que forma parte la Universidad Ramón Llull, Carla siempre ha preferido trabajar que estudiar e ir probando en distintos sectores para "descartar lo que no te gusta". Nunca se ha cerrado puertas, pero siempre vuelve al mundo de los deportes, como atraída por un imán. Quizá es por la influencia de su padre, con quien comparte el amor por las motos, o puede que, ahora sí, por cosa del destino.
Campeona de España de esquí
Y es que su otra gran pasión fue durante años el esquí, un deporte que empezó a practicar con tres años y que la ha acompañado prácticamente toda la vida. "No he probado muchos otros deportes, siempre ha sido el mundo de la nieve, aunque también me gustaba jugar al fútbol en el recreo, lo típico".
"En mi familia había tradición de nieve porque teníamos una casa en la montaña e íbamos los fines de semana. De hecho, mi padre en ese momento era profesor de esquí los fines de semana y me apuntaron en un club. Hice un año y luego ya pasé a hacer competición a partir de los cinco o seis años".
Siguió compitiendo hasta el punto de convertirse en campeona de España de esquí alpino en 2015 y, si hubiese continuado, es muy probable que hubiese conseguido el sueño que tenía de pequeña: "A mí me preguntabas qué quería ser y yo te decía Olímpica de esquí. Casi hasta el final era eso lo que quería hacer".
Entre la dificultad que supone practicar un deporte de nieve a nivel profesional en España y circunstancias personales, Carla decidió dejarlo y buscar otras oportunidades. "Siempre entrenaba sola y era difícil porque dedicas muchas, igual un entrenamiento es de nueve a dos. Ya estaba un poco saturada y aparte tuve una situación personal en mi familia. Se juntó todo y dije mira, el esquí en España es un deporte minoritario y sabía que ganarme la vida esquiando sería muy muy complicado".
"Me planteé ser más realista y estudiar lo que yo quería para trabajar donde yo quería, que es precisamente donde estoy ahora", asegura con una sonrisa de oreja a oreja. "Creo que he tenido suerte y fue una buena decisión. Igual me equivoco y ahora estaría compitiendo en la Copa del Mundo, no lo sé, pero no me arrepiento de la decisión".
Llegada a Kawasaki
Durante un tiempo estuvo ayudando a sus padres en la empresa familiar, una asesoría inmobiliaria, "en los preparativos de portafolios y la presentación de documentos para que quedara más bonito por así decirlo. No fue un trabajo de cara al público, sino un poco de papeleo de gestión del diseño para intentar que les fuera un poco mejor".
Sin ser un trabajo que le "desagradase", Carla no quitaba la vista de su verdadera vocación: el deporte, concretamente el motociclismo. Desde pequeña había disfrutado de las motos e incluso su padre, expiloto, le regaló una cuando solo tenía siete años. "En casa siempre nos ha gustado. Los fines semanas de carrera siempre estábamos pegados a la tele y aprovechando que hay muchos grandes premios en España, ya sea en Cataluña, Jerez o Aragón, he ido a los tres sitios".
Por eso cuando vio la oportunidad de abrirse camino en el sector, no lo dudó ni un segundo. "Los hermanos Roda, que son las dos personas que están a cargo de Provec Racing, la empresa gestora del equipo, son de mi pueblo y amigos de toda la vida de mi familia. Un día les comenté que estaba estudiando la carrera de Sport Management y empecé a tantear un poco el hacer prácticas, ya con el ojo en probar y, como te decía antes, ver si me gustaba o descartar".
"Me dijeron que les vendría bien que les echara una mano con el tema de medios y que fuera a los circuitos con los invitados. Empecé así en 2019, fui a la primera carrera a Portimao, hice el tanteo y ya acabé la temporada. Así que mal del todo no lo hice, bien tampoco lo sabemos", bromea.
Desde 2019 ha pasado de 'ser la nueva de la oficina' a dirigir al equipo, todo ello compaginándolo, recordemos, con sus estudios. Ella le quita hierro al asunto y evita darle demasiada importancia. "La Covid en ese sentido a mí me ha venido fenomenal, porque mis clases eran presenciales y en mi universidad la asistencia se lleva muy al día. El hecho de poder viajar y conectarme a la vez de forma online me ha facilitado muchísimo las cosas".
Competición en pandemia
Lo contrario ha ocurrido en el plano laboral. Su principal función como team manager es organizar al equipo y, entre otras cosas, gestionar los desplazamientos para las competiciones y los entrenamientos, algo que se ha complicado mucho con las restricciones impuestas por el coronavirus. "No lo puedo comparar con cuando no había Covid, pero sí que es verdad que vayas a donde vayas, sobre todo en otros países, hay que tenerlo en cuenta. Las PCR, el toque de queda...".
"Nos fuimos a un viaje a Italia y tuvimos que ir en coche porque no había vuelos. En Francia el toque de queda era a las seis entonces claro, no podíamos volver porque lo incumplíamos. Intento estar al día pero como lo van cambiando cada semana, lo dificulta. Al final también cada persona, cada empresa, cada país lo organiza como puede y como cree".
Siempre con el ordenador y el móvil a cuestas, de un lado a otro del mundo, Carla ha descubierto que no solo le gustan las carreras, sino también todo lo que hay detrás. "Si la finalidad de tu trabajo es algo que te gusta y encima en el proceso disfrutas pues eso que te llevas, no todo el mundo puede decir lo mismo de su trabajo".
Y es que cuenta con un equipo que ha depositado su confianza en ella y una piloto, Ana Carrasco, con la que se compenetra a la perfección. "Ana es una persona con la que es muy fácil trabajar. A nivel personal pasamos muchas horas juntas, igual que con el resto del equipo, así que se agradece mucho el llevarte bien con alguien con quién pasas tanto tiempo".
Mujeres en las motos
Parece que las dos marcan la diferencia en un mundo con todavía pocas mujeres, pero Carla apoya lo que hace más de un año Ana dijo a MagasIN: no se siente, en su caso, la única team manager del World Superbike. "A nivel de trabajo, sí que Ana es la primera mujer campeona del mundo, pero como dice ella, está muy bien haber ganado un campeonato del mundo, su objetivo es volver a ganar otro, pero dentro del paddock no se siente la única mujer o la primera campeona. Ella se siente un piloto más y en igualdad de condiciones que el resto".
"En ese sentido yo me posiciono igual como team manager. Está muy bien ser la primera mujer y si eso ayuda a que haya más y a visibilizar que pueda haber más oportunidades para otras, pues perfecto, pero yo tampoco me siento la única mujer team manager en el paddock. Simplemente me siento una persona más que intenta trabajar para cumplir los objetivos de Ana y del equipo, ya está".
Y se apresura a recordar que Ana y ella no son las únicas mujeres del equipo de Kawasaki. "Tenemos muchísimas la verdad. No me querría dejar a nadie, pero tenemos a Amara, que es técnica de Johnny -Jonathan Rea- que es siete veces campeón del Mundo; Eva, que es la coordinadora de medios; Silvia, coordinadora del equipo; Carla, que está en el Hospitality...".
"Creo que hay muchísimas más de las que se ve en televisión porque también es cierto que en los que hay más son trabajos de coordinación los medios, el Hospitality. Hay menos mecánicas que mecánicos y menos pilotos mujeres que hombres, que es al final es lo único que se ve. ¿Podría haber más? Sí, está clarísimo, pero pienso que irá aumentando. Antes era impensable que hubiera una mujer mecánica o una mujer piloto y mira ahora, solo en nuestro equipo ya tenemos a dos ejemplos. Creo que eso es cuestión de tiempo e irá equiparándose".
Puede que Carla sea testigo en unos años de ese cambio del que ya forma parte. Por el momento, solo espera a que empiece la temporada, para la que quedan algo menos de tres semanas, y ayudar a que Ana intente llegar de nuevo al podio. "Es un sector que me gusta y querría seguir algunos años más. Estoy muy a gusto con mis compañeros y a la vista está que me valoran porque me han dado la oportunidad de trabajar aquí. Ahora, es más difícil mantenerse que llegar, pero el hecho de poder estar, aunque sea un año aquí en un equipo como este, es una pasada, no puedo decir nada más".