La Semana de la Moda de París, celebrada del 23 de septiembre al 1 de octubre, ha vivido una nueva jornada de desfiles. Algunas de las casas más relevantes del sector han presentado sus colecciones primavera-verano 2025 en diferentes puntos de la capital. Entre ellas, LOEWE, Issey Miyake y Giambattista Valli.
Tras descubrir el homenaje al deporte de Dior, la celebración de la sastrería de Saint Laurent y la colección por el 50 aniversario de Mugler, nos adentramos en las colecciones de diseñadores que han sabido aunar diferentes influencias para crear una propuesta única.
"¿Qué ocurre cuando se elimina todo el ruido? ¿Es posible llenar una habitación blanca y vacía, acaparando la atención, sin vociferar por el espacio? Esta colección responde a estas preguntas mediante una reducción radical". Así introduce LOEWE su propuesta primavera-verano 2025, desvelada este 27 de septiembre.
La casa recuerda que la silueta es lo que siempre permanece: "Combándose, rebotando, discurriendo entre curvas, larga o bruscamente recortada, moviéndose hacia los lados y alejándose del cuerpo, como entrando y saliendo de un sueño". En este sentido, "la atención a la línea llama la atención sobre la meticulosa ingeniería de la construcción, con estructuras y alambrados que permiten que las formas se expandan y sobresalgan".
En su línea, la sastrería se reduce a un flujo curvilíneo, los drapeados se mueven en círculos. Los vestidos y faldas con lazada, tan vistosos como amplios, se suman a la cotidianidad de una camiseta emparejada con unos pantalones estrechos.
Las flores impresionistas visten delicadas sedas, mientras que las plumas aparecen estampadas. Destacan conchas de nácar, lentejuelas sobre tejidos de punto y suaves pieles de napa.
La colección rinde, asimismo, un homenaje al arte, con una camiseta blanca emplumada de Johann Sebastian Bach, que recuerda un souvenir de un concierto de rock, cuyas partituras están impresas en las paredes exteriores del espacio de exposición. Este ha contado con una única escultura de la artista británica Tracey Emin, The only place you came to me was in my sleep (2017), a la vez monumental y conmovedoramente delicada.
Los complementos rematan la propuesta: "La gracilidad gráfica de las siluetas reside en los zapatos náuticos, los oxfords alargados y los ballet runner de caña alta. Se presenta un bolso ligero y flexible de forma trapezoidal con el nombre de la ciudad natal de LOEWE: el Madrid. El Puzzle SS25 viene en una piel esponjosa y ligera como una pluma".
A su vez, el director creativo de Issey Miyake, Satoshi Kondo, ha firmado The Beauty of Paper, que como su nombre indica, destaca por su delicadeza y su hábil juego de pliegues y volúmenes, tomando ejemplo del papel. La casa ha optado por siluetas repletas de transparencias y líneas fluidas, pero también detalles de fuerte impacto visual, como las hombreras, recordando el arte del origami.
Chaquetas washi, gabardinas de dimensiones XXL y trajes, despojados de su carácter formal, conforman una colección que destaca por su sutileza y nos recuerda el infinito vínculo entre el humano, la moda y la naturaleza.
Otro de los desfiles más esperados del día era el de Giambattista Valli. El diseñador italiano ha desvelado Very Valli, una colección que recoge todas sus señas de identidad estilísticas. Flores, volantes, tul y vestidos voluptuosos, marcados por el romanticismo, se imponen en la línea, en tonalidades esencialmente pastel.
Tampoco faltan lazos, bordados y drapeados, que al igual que en colecciones anteriores, conforman una silueta delicada, pero también sensual y preciosista, que recorre naturalmente el cuerpo. La mujer Valli se afirma, como audaz, delicadeza y fuerza a la vez.
Por su parte, para esta primavera-verano, el director creativo de Nina Ricci, Harris Reed, ha imaginado un armario de viaje glamuroso y exuberante que encuentra nuevas sinergias entre el ADN de la marca y la herencia de los años 60 y 70, y su visión moderna de la feminidad.
Inspirado por el estilo de iconos como Jackie O. o Brigitte Bardot, Reed ha apostado por las yuxtaposiciones en siluetas fluidas y entalladas, que subvierten los códigos de la moda masculina y femenina, como vestidos de encaje con detalles de corsé, trajes con solapas exageradas, una gabardina y un minivestido abullonado.
"Un twin-set con ribetes en blanco y negro y un abrigo de línea A evocan el característico traje Crocus de Ricci, popularizado en los años 60. Un body deshuesado y un vestido con enaguas se abren teatralmente sobre el rostro. Preparadas para el drama diurno o la ostentación nocturna, las piezas se regodean con la transparencia y el contraste bicolor, la tactilidad y los giros de la tradición, listas para ser desempaquetadas con deleite en las suites de los hoteles, desde Venecia a Cannes", nos explica la casa.
Los icónicos lunares de la marca reaparecen a través de un atrevido estampado pintado a mano en un body de seda y en el primer tweed personalizado en blanco y negro de Reed, entretejido con lúrex brillante. A nivel cromático, redescubrimos la lujosa amatista, el amarillo y el rosa sorbete, el menta vigorizante y el marrón chocolate.
Los accesorios reflejan el refinado dramatismo de la colección: encontramos zapatos de tacón de seda Parisienne, sombreros de ala ancha que hacen mover la cabeza, pañuelos Riva listos para navegar que se deslizan por el cuerpo y gafas de sol oversize inspiradas en Jackie O. La joyería Megawatt incluye pendientes que parecen orbes brillantes, palomas voladoras o conchas curvadas. Son un guiño a Venus, el perfume que Reed acaba de lanzar para Nina Ricci, el primero de la marca desde 2006, según nos recuerda también la casa.
La Semana de la Moda de París celebra este 2024 su 50 aniversario, con las propuestas de más de 70 diseñadores. Terminará el 1 de octubre, con el desfile de Louis Vuitton, alzándose una edición más como la cita imprescindible de los amantes del mundo de la moda.