Acudir a una gala a la intemperie en invierno vistiendo únicamente un camisón no solo demuestra valentía y profesionalidad. Lo mismo sucede ocurre cuando las modelos resisten, impasibles, con un vestido de tirantes una sesión bajo la nieve. Todo es cuestión de filosofía y, no menos importante, de un truco que cada vez usan más las invitadas a eventos de alfombra roja, bodas o ceremonias en las que la etiqueta nos exige la elegancia propia de los tejidos ligeros y de los diseños que desafían al termómetro.
Se trata de un remedio a prueba de cualquier bolsillo y que los esquiadores conocer bien: los parches térmicos que utilizan bajo la ropa para combatir el frío. Esos que también se han utilizado tradicionalmente para combatir los dolores musculares y que se pueden adquirir en farmacias, parafarmacias, distribuidoras online y en grandes almacenes. Se comercializan en diferentes formas y tamaños, entre los que se encuentran unos rectangulares que pueden adherirse en los trozos de espalda o de la piel menos sensible que tape la ropa.
Eso sí, quienes tengan hipersensilidad o algún tipo de alergia deben consultar a su profesional médico antes de usarlo. Muchas personas también se los adhieren al tejido que llevan debajo para evitar el contacto directo con la piel. Aunque quizás la generalización de su uso tenga que ver con que es un sistema al que recurren millones de japoneses para combatir el frío extremo, quienes colocan la pegatina térmica desechable sobre la ropa.
Pero ¿cómo funcionan y por qué dan calor? El sistema con el que funcionan estos parches puede llegar a generar una temperatura entre 50 y 60 grados que calienta el cuerpo humano a través de una reacción exotérmica.
Lo bueno es que pueden emplearse para calentar el torso, las piernas, los tobillos y las manos. Y, dependiendo del fabricante, se garantiza entre 6 y 12 horas de eficacia.
Cada vez existen más variedades y ya se han desarrollado incluso parches térmicos para pies que se activan cuando entran en contacto con el aire y que pueden llegar a alcanzar una temperatura que oscila entre los 38 y los 42 grados centígrados y que se adapta al cuerpo humano.
Estos generan un calor instantáneo para los dedos de los pies que dura más de 6 horas y se adaptan al calzado con un diseño cómodo, fino y con punta redondeada.
Con este truco, se puede disfrutar de una mayor libertad para la elección de outfit para las ocasiones especiales más invernales y atreverse con destinos más extremos para nuestras vacaciones invernales.