A lo largo del año, los desfiles no dejan de deslumbrar a los amantes de la moda. Cada marca pone toda su energía en mostrar al mundo su mejor perfil. Todo está pensado y calculado al milímetro con meses de antelación. Al estrés de las colecciones, los decorados y la logística, se suma él de los invitados.
En un desfile de moda, el lugar que ocupas refleja quién eres, y es un barómetro de influencia. Conocido como front row, representa un honor y una importancia particular en la jerarquía de la industria de la moda.
¿Quién forma parte del front row?
La primera fila está formada por famosos y sus estilistas, compradores potenciales, grandes editores, críticos, propietarios de tiendas de moda e influencers, sin olvidar a gente cercana del diseñador. En definitiva, aquellos sobre los que se centrarán los focos de los fotógrafos cuando lleguen, y a los que serán estudiados y comentados por cada uno de sus movimientos.
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Los looks y las apariencias de las estrellas de la primera fila se examinan con más atención. Hay unos, como Anna Wintour, que no dejan traslucir ninguna emoción y no parecen impresionados por las colecciones que desfilan ante ellos. También se ven caras mucho más entusiastas y emocionadas. Hay los que están allí por el trabajo, tomando notas en papel o digitalmente, o incluso haciendo bocetos. Y hay quienes graban cada segundo del espectáculo, tanto para inmortalizar el momento como para compartirlo con su comunidad en Instagram.
Un puesto en primera fila, hay que ganárselo. Los invitados destacan por su talento, su pluma afilada, su ojo puntiagudo y su prestigio. ¿Su objetivo? Permanecer ahí. Una vez que se gana el front row, es, por la reputación de cada uno, mejor mantenerse en la cima de la pirámide.
¿Cómo empezó?
El lujo de las primeras filas de las pasarelas comenzó en 1947, cuando Christian Dior permitió por primera vez la entrada de los paparazzi en el edificio donde se celebraba el desfile. Y con el único objetivo de documentar su primera colección, descrita por la redactora jefe de Harper's Bazaar, Carmel Snow, como "The New Look". A las presentaciones de las colecciones de Dior acudían la alta sociedad y la realeza. Los desfiles eran una reunión de personalidades e iconos admirados, que no ha hecho más que crecer con el paso de los años.
Generalmente expuestas en pequeños salones, a menudo en la sede del diseñador, las prendas se vendían directamente al cliente, que volvía para una serie de pruebas. En los desfiles de moda, los invitados se sentaban en grupos alrededor de mesas, lo que les permitía ver de cerca los diseños y la confección. A medida que la industria se desarrolló, el número de invitaciones aumentó, al igual que la disposición de los asientos.
Las celebridades participaron en la proyección del evento y le dieron una cobertura mediática mucho mayor. Estos cambios han desplazado el centro de atención del desfile de la pasarela al público, quienes se transforman en los escaparates del evento.
La moda tiene su propio conjunto de normas y actitudes que hay que seguir para navegar por este mundo impenetrable. Estar en primera fila no significa tener todos los privilegios. Hay ciertas reglas que respetar. No llegar tarde para no faltar al respeto a la marca y a su diseñador. ¡Ojo con las chácharas! Aunque tu vecina sea Beyoncé, es importante mantener las conversaciones al mínimo. Por último, es aconsejable no quitarse el abrigo, ni llevar un bolso voluminoso, para no estorbar el asiento o el suelo, y evitar así un incidente.
El estrés y la presión son inmensos para los responsables de organizar la primera fila. Hay que clasificar a los invitados sin ofenderlos, ni humillarlos. Pero, ¿quién se encarga de esta importante tarea? Son las empresas de relaciones públicas, que analizan la situación de cada famoso y su impacto mediático. Es el diseñador de la marca quien hace la elección final. Así, responsables de prensa y marcas organizadoras cuidan cada detalle con una gran estrategia. Por eso la asignación de asientos en primera fila es un verdadero rompecabezas.
Aunque el front row sea una auténtica odisea, sigue siendo apreciable, notable y muy esperado en cada Fashion Week. De esta forma, los profesionales de la moda, u otros invitados especiales que han trabajado duro y han hecho todo lo posible para hacerse un hueco en este mundo, obtienen un reconocimiento.