Una
primavera
francesa
El “je ne sais quoi” del país galo vuelve a vestir las siluetas de una elegancia sencilla y reconocible entre mil esta temporada.
Le voilà, le printemps tout fleuri de lilas, qui rapplique en dansant, en dansant la java” (“Aquí está, la primavera rebosante de lilas, que vuelve bailando, bailando la java”), cantaba la icónica Edith Piaf. La estación más alegre, colorida y liviana ha vuelto, con una estética implícita que numerosas firmas francesas han conseguido plasmar en sus colecciones.
Gemelly luce un vestido y bolso de Sandro y fular de seda de Longchamp
Laura lleva un vestido de Maje y bolso de Le Tanneur.
Esta primavera, vuelven los clásicos, como el cárdigan de rayas, con botones dorados, los vaqueros de talle alto, el traje estructurado y el vestido de mangas abullonadas, todos prueba del carácter atemporal de la moda. A ellos, se suman tendencias claves de las últimas pasarelas, como los zuecos, calzado de inspiración vintage que arrasó en la década de los 70, en su versión renovada, el crochet y los flecos.
La estética primaveral sería sin duda incompleta sin el protagonismo de la flor: bordada, en relieve, estampada… acapara la atención sin esfuerzo, mimetizándose con la naturaleza. Discreta, vibra especialmente en combinación con el oro: aros y tachuelas aportan el justo toque de sofisticación.
Conjunto de camisa y falda de The Kooples, bolso de Claudie Pierlot y pendientes de aro de ba&sh.
Cárdigan de rayas de ba&sh, pantalones vaqueros de Sézane, bolso blanco de Antik Batik y zuecos de Maje.
Gemelly lleva una chaqueta estilo kimono y un pantalón de Antik Batik.
Leyva lleva un traje de ba&sh, mules con tacón de Longchamp y pendientes de Sézane.
Esta temporada, la paleta de colores oscila entre los neutros y los "pastel", con una base blanca, punto de partida de alianzas cromáticas potentes como la del lila y amarillo o la del rosa y morado. Se responden, destacan al unísono, confirmando todas las posibilidades del color. Los tejidos primaverales desvelan, sin excesos. El lino y el algodón envuelven las siluetas, jugando con las transparencias y firmando una sensualidad asumida, la de una mujer que se viste para sí misma.
La moda francesa celebra una primavera de colores, entre tradición y modernidad, escenario de mil posibilidades. ¿Con cuál te quedarás?
En la primera foto Gemelly viste vestido y bolso de Sandro y fular de seda de Longchamp. En la segunda foto Laura Leyva lleva un estido de crochet de Sandro.
Agradecimientos especiales a l’Institut français de Madrid, escenario de la sesión de fotos, a Mr. David Radin, responsable de comunicación, y al conjunto de su equipo