La emblemática boutique de Cartier, ubicada en el número 13 de la rue de la Paix de París, ha experimentado una renovación integral que ha hecho de este famoso edificio el ejemplo perfecto de elegancia con toques clásicos. La legendaria tienda en la capital francesa ha sido la sede de la firma desde 1899.
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Se trata de una confluencia de espacios que muestra claramente las raíces francesas de la firma. Seis plantas marcadas por la tradición y el diseño que comprenden no solo la base de Cartier sino también un centro de inspiración para artistas, artesanos y otras marcas de joyería de todo el mundo.
La boutique fue creada en 1899, cuando Louis Cartier y su padre Alfred decidieron establecer la capital francesa como base de la firma y construir un lugar de referencia a la altura de la misma. Por el peso histórico del edificio, se han conservado muchos elementos que ya tenía originalmente.
Por ejemplo, la mítica fachada de mármol que adorna el lugar ha sido conservada en su totalidad, manteniendo así la esencia original del edificio. Algunos detalles decorativos de los salones y las molduras también han sido preservados por el mismo motivo.
La renovación comenzó en junio de 2020 y finalizó el pasado octubre. Un proyecto en el que han intervenido varios arquitectos reconocidos y dos remarcadas agencias: Moinard Bétaille y Studioparisien, y que ha tenido como resultado un edificio en el que la elegancia, la luz natural, los materiales de alta calidad y la artesanía son protagonistas.
Los últimos dos niveles del edificio no albergan joyas. En estos se ubican los archivos de Cartier, la Residencia (un n lugar dónde se pueden organizar eventos culturales) y dos sofisticados patios.
En estas plantas participaron los arquitectos e interioristas Laura González y Bruno Moinard, ambos reconocidos por haber participado en importantes proyectos para otras marcas de lujo e incluso hoteles.
El rediseño se estableció en base a la preservación del estilo clásico de Cartier, pero añadiendo un toque de modernidad. Los arquitectos, interioristas, diseñadores y artesanos implicados en el proyecto debían asegurarse de mantener la esencia de la boutique original, pero añadiendo códigos estilisticos novedosos.
Esta reinterpretación contemporánea del legado y la identidad de Cartier incluye molduras clásicas y acabados tradicionales, además de un techo de cristal que convierte la luz natural en la protagonista de este espectacular espacio. De hecho, este nuevo diseño se basa en tratar de mostrar un espíritu de apertura y la intención de compartir.
Largos pasillos marcados por la arquitectura contemporánea combinados con ambientes al más puro estilo parisino hacen de este el lugar perfecto donde albergar las creaciones de Cartier.
Cuenta con dos salones históricos restaurados y redecorados siguiendo con la línea estilística de la Maison. La combinación de patrones y colores hacen de cada estancia única y aportan personalidad al conjunto. Se trata de toda una invitación a sumergirse en la historia, la estética y la identidad de Cartier.