Nueve secretos de estilo que aprendimos de Isabel II de Inglaterra
Uno por cada década de su vida. La soberana británica nunca siguió las tendencias y permaneció fiel a una estética basada en la comodidad y el protocolo estricto.
9 septiembre, 2022 03:53La mujer que personificara durante años lo que significa ser reina, era según los británicos, la reina indiscutible del vestir impecable: su estilo, un tanto 'chapado a la antigua', fue sin embargo un ejemplo de coherencia y por qué no, de comodidad y austeridad por encima de las tendencias de cada temporada.
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Ande o no ande, corona o tiara grande
La serie sobre la familia real inglesa The Crown no podría haber tenido otro título mejor. En la vida de Isabel II y su familia, la corona ha sido, es y seguirá siendo lo más importante (siempre y cuando Carlos y Camila consigan hacerse con el cariño de su pueblo, que no ha conocido otra soberana).
Cabeza siempre cubierta
Desde muy joven, la soberana británica llevó siempre la cabeza a cubierto en sus actos oficiales: tocados, turbantes, sombreros de todo tamaño... Mujer muy práctica, sabía que la protegerían de la lluvía y el frío ingleses y del sol, cuando viajaba a algún país en el que hiciera calor.
Ello le permitía, además, cambiar de estilo sin tener que cambiar de ropa. Y si el modelo era llamativo, nadie notaba que repetía abrigo, cosa que hizo en muchas ocasiones a lo largo de nueve décadas.
Y, para ocasiones menos formales, pañuelo
Para ir de caza, montar a caballo o, simplemente, pasear por los alrededores de Balmoral, la soberana británica siempre escogía cubrirse la cabeza con un pañuelo. También para otras ocasiones menos protocolarias.
No sin mis perlas
Al igual que Coco Chanel, de la que fue contemporánea, siempre que quería acertar, lucía su collar de perlas, porque, como decía Mademoiselle: “Las joyas no están hechas para parecer rica; están hechas para parecer arreglada”.
Siempre con un broche en la solapa
La colección de broches de la Isabel II es una de las mayores del mundo. Es difícil encontrar una imagen de la reina en la que no luzca un broche en la solapa. Siempre se suelen colocar en el lado izquierdo, y así lo hacía la soberana.
Aunque normalmente pueden tener una función más útil que ornamental, en el caso de Isabel II era simplemente de adorno y por gusto. Y, entre los personales y sentimentales y los que fueron heredados de los antepasados, pudo llegar a tener centenares.
El abrigo, prenda estrella
Si hay una prenda 'fetiche' en el armario de Isabel II, a lo largo de nueve décadas de vida, es el abrigo. En todos los colores y hechuras: con cuelllo o sin él; con solpas o sin ellas; con botones a la vista u ocultos; con botonadura doble o sencilla...
Veremos cuántos pasan a formar parte del guardarropa de Camila, que también se ha decantado, como su suegra, por esta prenda tan útil para los rigores del otoño-invierno inglés.
Sin miedo a los colores
No hubo un color que no utilizara. Y, aunque de más joven siempre se decantaba por los tonos pastel, a medida que fue envejeciendo fue aumentando la intensidad de los colores que escogía.
Pero apostándolo todo al rosa
De todos los colores, el rosa fue sin duda, su favorito. Desde que era una niña y hasta el final de sus días, nunca dejó de lucirlo, en todos sus tonos e intensidades. Incluso como esmalte para las uñas.
Y siempre, con Escocia en el corazón
Nunca fue muy dada a salirse del estampado floral pero si hubo un motivo por el que tenía debilidad era el famoso kilt escocés. Con él, mostraba al mundo su amor por Escocia, un lugar por el que siempre sintío debilidad.
Si de algo no hay duda es de que utilizó la moda a su manera, fiel a un estilo muy personal, en el que nunca introdujo grandes cambios (no en vano era una mujer de costumbres) y que utilizó para mostrar a propios y extraños lo que significa la dignidad en el vestir. Hasta su muerte.
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