María Barros es una de las diseñadoras favoritas de las celebrities españolas para desfilar en las alfombras rojas nacionales. Sus creaciones vanguardistas, repletas de volúmenes y de color, las hemos podido ver en los Goya, en festivales de cine como el de Málaga o en los Premios Gaudí...
“Creo que esto es como casi todas las cosas especiales que me pasan en la vida, que aparecen sin buscarlas y me enriquecen más allá de lo que es mi trabajo. Obviamente, es una oportunidad maravillosa para que se luzcan mis prendas, pero también para entablar relaciones con personas que me enriquecen a todos los niveles: A nivel creativo, humano, y artístico… más allá de una mera exhibición. Es como un regalo”, asegura la diseñadora.
Reconocida internacionalmente desde muy joven, con 21 años recibió el premio a la mejor diseñadora joven de Europa en Milán. Ha trabajado con los grandes como Roberto Cavalli, Carolina Herrera… Ahora inicia una nueva etapa desde su Galicia natal, renovando su imagen de marca y abordando la transformación digital necesaria, para que sus diseños lleguen a todo el mundo.
Hablamos con ella de las técnicas de modelaje que utiliza, de la moda en general, y de las 10 piezas surgidas de su genio creativo, que más han marcado su carrera como diseñadora.
Pregunta: Su técnica favorita para dar forma a sus trajes es el modelaje, ¿en qué consiste?
Respuesta: Sí. Es un proceso técnico para crear volúmenes en tres dimensiones que no se pueden alcanzar si partes del patrón en plano. Pero sí se consiguen a la inversa. Es decir, yo creo el modelo con un tejido que se llama pector, que es el de la muestra sobre el maniquí en tres dimensiones. Para mí, también es una herramienta creativa porque quiero hacer un tipo de volumen en algún lugar de la prenda, y sólo se puede definir totalmente de esta forma, modelando directamente, porque veo cómo responde el tejido, cómo son las proporciones en tamaño real. Es como una extensión del lápiz. No podría alcanzar ciertos volúmenes, si no fuese por esta técnica, porque en plano nunca se alcanzarían.
¿Pero siempre acaba el trabajo en un maniquí?
Para la colección pret-à-porter, del maniquí se traslada a un patrón que luego se escala al diferente tallaje. Pero si es un vestido a medida, para una clienta en concreto, se termina la prenda sobre el cuerpo de la mujer, personalizando absolutamente todo.
Cuéntenos sus inicios. ¿Cómo llegó al mundo de la moda?
Siempre tuve claro, que más que la moda, me apasionaba el diseño. Lo viví desde muy pequeña porque mi madre es decoradora. Además de verla a ella en su día a día, decorando espacios y haciendo proyectos de diseño, viajé con ella a partir de los 12 años, por toda Europa. Milán, París, Frankfurt… Me apasionaba. A mí en las ferias, siempre me llamaba la atención el textil. También hacía mis pinitos vistiendo a la Barbie…
Y cuando llegó el momento en el que tuve que decidir a qué dedicarme, mi madre me aconsejó que me olvidase de que ella era decoradora, y me decía: ¡A lo mejor te estás inclinando por la decoración porque me ves a mí, aunque yo no te voy a ayudar en absolutamente nada! Y entonces yo le dije, bueno, si empiezo de cero, comienzo con lo que mas me gusta…
¿Y abandonó el interiorismo?
En IED estudiamos todas las disciplinas juntas, durante el primer semestre, interiores, gráfico, moda e estampación textil, un concepto mucho más global, y luego ya seguí en moda. Creo además, que no me he equivocado. De hecho, con el tiempo, también he hecho incursiones en el interiorismo. Hice decoración de mobiliario, siempre basándome en el textil, en sillas y sofás. El tratamiento de los volúmenes en el tapizado, lo que nunca he querido es adentrarme en mundos en los que yo no soy una experta. Entonces volúmenes que estaba trabajando en mis prendas de colección los trasladé a la tapicería.
De hecho, este año vamos con una colección con la marca Havana Home de alfombras. El concepto es el mismo y el proceso creativo también, salvando las distancias. Veremos las alfombras este año seguro.
"Un vestido a medida se termina la prenda sobre el cuerpo de la mujer, personalizando absolutamente todo"
En sus inicios recibió algunos premios...
Cuando terminé en Milán con 21 años, me dieron el premio a la mejor diseñadora joven de Europa. En el jurado estaba Roberto Cavalli y me propuso trabajar con él en Florencia. Pero en el jurado también había una mujer llamada Pupi Solari, dueña de la primera tienda multimarca que se abrió en Milán. Es como una institución en el mundo de la moda. Yo iba a showrooms en Milán como compradora, porque una amiga de mi madre tenía una tienda allí y esa clase, ese estilo, esa personalidad, esa fuerza de Pupi Solari me cautivó. En el jurado, como estaba ella también me propuso trabajar mano a mano, y empecé allí, lo que se consideró como un escándalo. Después de unos meses, me incorporé al equipo creativo de mujer de Roberto Cavalli en Florencia.
¿Ahora tiene su taller en La Coruña?
Sí. Me trasladé hace seis años de Madrid a Coruña. Monté aquí mi estudio. Sigo teniendo equipo, especialmente de talleres con los que colaboro en Madrid. Me asiento aquí esta temporada, porque como concibo la vida y mis necesidades personales pasan por estar en este momento en esta ciudad, donde me encuentro mucho más cómoda. Y cuando es necesario voy a Madrid, ya sea para asistir a un evento o a una reunión, para visitar los talleres, e incluso al atelier porque hago medida también.
¿En qué momento está?
Estamos inmersos en renovar la imagen de la marca este año. Estamos todavía dando forma a la web, y está prevista la colección Otoño-Invierno 23. Estoy realizando muchos trajes a medida, y he trabajado últimamente con Carolina Herrera. Al mismo tiempo, también continúo con mi parte docente, que me aporta mucho. Ahora ha llegado el momento de dar otro paso más, con una nueva etapa, muy diferente, con nuevo logo, nueva web, etc.
¿Cuál es el elemento diferenciador de sus creaciones?
El volumen, la silueta y el dominio del color. Hasta el momento he utilizado colores lisos, y ahora en esta segunda etapa creativa me lanzo a los estampados. Precisamente, porque el volumen se lleva toda la importancia, sería demasiada información. Me parece que la mezcla de los colores en el estilismo, es uno de mis fuertes.
¿Y su inspiración de dónde nace?
La inspiración puede llegar de cualquier sitio. Creo que lo importante es estar receptivos para ver todo ese estímulo que nos llega. En nuestro día a día, hay tantos, que si no estás despierto, con la mente abierta y con una buena disposición... Se requiere atención, intención y sentimiento, porque no me puedo inspirar en algo que no me produzca sentimientos. En general, bebo mucho de disciplinas artísticas, tanto de escultura como pintura, de la ópera, la danza y dentro de los movimientos artísticos, del surrealismo.
Hay una parte muy artística en mis creaciones, que va más allá de lo que es el diseño de la prenda. Es algo en lo que durante estos años también he profundizado mucho, pintando, haciendo ilustraciones y otras colaboraciones.
"Lo importante es estar receptivos para ver todo ese estímulo que nos llega"
¿Qué es la moda para usted?
Diferencio mucho entre moda y ropa. Las dos son muy interesantes, una cubre unas necesidades y otra, otras distintas. La moda como yo la entiendo huye de las tendencias es algo más inspiracional. Hay un concepto detrás, que es en el que se ha basado el diseñador. Ahora, hay una fina línea que separa las diferentes artes, el artista y el artesano, está todo fusionado y nos nutrimos unos de otros. Se ha revalorizado muchísimo al artesano o el concepto de oficio. Los artistas quieren ir de la mano de los artesanos, el diseñador de la mano de los artistas, incluso el diseñador hoy llega a considerarse artista. También la moda, ya se empieza a considerar un arte, hay más cultura.
Esto me ayuda a que mi trabajo se entienda de una manera más global. Yo le doy mucha importancia a las imágenes de campaña. Siempre hay gente que lo valora un montón, pero hay quien dice que ahí no ve la prenda. Y yo les digo que la finalidad no es otra que ver un concepto, y para eso me uno al fotógrafo, al maquillador, etc. Ahora se entiende más fácil, y hace años era poco comprensible.
¿Hay que replantearse un nuevo escenario en este sector?
Se está planteando desde hace años. Somos el segundo sector que más contaminamos, tenemos que tomar conciencia. Me parece que, por ejemplo, las nuevas generaciones ya vienen con esto implantado, están muy concienciados. Las grandes empresas están poniendo su granito de arena y todos, en la medida que podamos y proporción a nuestro tamaño, tenemos que contribuir.
Hay que tener en cuenta los desechos de textiles, los stocks, cómo se hacen los prototipos, qué se vende y qué se compra. Además debe ir acompañado no sólo con conocimiento de qué es la sostenibilidad, sino con consciencia de vida en general, ya que habla de ti, de tus principios y de tus valores. Si te gusta saber quién lo está produciendo o te importa un pito, también habla de ti.
Igual que nos preocupamos ahora de qué comemos y dónde compro lo que como, de dónde proviene... También me interesa saber quien ha creado esta prenda y cómo lo ha hecho.
¿María Barros es una marca sostenible?
No me considero una marca sostenible, pero sí ética, porque dentro de todo este discurso que lo veo muy necesario, y que me parece que se tiene que seguir trabajando muchísimo, me da mucho miedo el uso que se le está dando a la palabra sostenible, quien lo regula y que está entrando en ese mismo saco. Ya he visto muchas cosas muy contradictorias, y aún queda muy trabajo por hacer, hay que perfilarlo mucho.
"Somos el segundo sector que más contaminamos, tenemos que tomar conciencia"
¿Para qué tipo de mujer diseña?
El perfil es muy concreto, una mujer que entiende la moda más allá de lo que es la tendencia y le gusta sentirse identificada con la prenda, en la que se siente cómoda y especial. Son prendas muy marcadas.
Una mujer que busca la calidad, tanto del tejido como de la confección. No la podría limitar en edad. Tengo clientas desde veintitantos hasta 80 años. Va más en su personalidad, en la fuerza, en lo que quieren transmitir, en su identidad personal.
Diseño de manera muy impulsiva, muy visceral. Creo que esta compra te atrae o no, sientes ese amor, te ha llamado la atención o no.
Es una mujer intelectual, porque no entienden la moda como algo banal. Va más allá. Quiere un discurso detrás de la prenda, pero no un discurso de marketing sino un discurso real, que aquí lo encuentra.
Las redes sociales y del escaparate digital, ¿necesario o no?
Absolutamente necesario. Yo he tenido con las redes amor odio por ellas. Hasta que lo entiendes. Sobre todo me hicieron reflexionar mucho mis alumnos. Cuando terminé de estudiar yo dependía de una revista en papel. Hoy la gente que empieza esto ya lo tiene. Yo hoy no necesito a un medio, sí, me enriquece, y me da prestigio. Me da la oportunidad de comunicar con más público y de una manera muy notoria. Pero lo puedo hacer también manejando mis redes y con más libertad.
Al final, mi sueño es que una mujer en Hong Kong tenga acceso a un vestido mío, y eso me lo dan las redes sociales, la venta online, la digitalización de la empresa. Esto implica muchas cosas, y mucho trabajo por delante.