Habían transcurrido un par de horas desde la inauguración del III Foro Económico Español: La Galicia que viene cuando dieron paso a nuestra Top 100 de 2021 y 2023 Carmen Lence. Aplausos seguidos de un silencio repentino dio comienzo a un discurso que estaría lleno de compromiso, motivación y progreso del mundo rural.
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"Es un placer participar en los interesantes eventos que realizáis". Tras unas palabras de agradecimiento a EL ESPAÑOL, Invertia, Quincemil y Treintayseis, la empresaria optó por introducir el tema con un ejemplo personal: una conversación con un niño, el cual no sabía de dónde venía realmente la leche, sino que pensaba que venía del supermercado.
"Una prueba de lo alejado que está el mundo urbano del mundo rural". Carmen continuó su discurso sin esperar a ver las reacciones del público. Justificó el desconocimiento del niño como una consecuencia de la carencia de abuelos en el campo.
Presión del rural por lo urbano
Cerrando la primera parte de su discurso, era el momento de hablar también de los adultos y su desconocimiento. "Esto lo vemos todos los veranos", sentenció. Mientras mantenía sus ojos sobre el público, la CEO explicó que las personas de ciudad debido "al agobio del calor, el estrés y el tráfico" pasan sus vacaciones en el campo para escapar.
No obstante, una vez que están allí, les molesta todo lo relacionado con lo rural, como "el olor del abono, los encierros de las vacas, las heces de las ovejas, hasta el cantar de los gallos y el repicar de las campanas".
Viendo que el silencio reinaba en la sala y que era la dueña de la atención de todos aquellos profesionales, Lence continuó sin dar un respiro y se adentró en un tema del que pocos se han percatado antes: la presión de las áreas rurales por las perspectivas de la visión urbana.
"En algunos pueblos, necesitados de los ingresos que supone el turismo rural, han cedido a prohibiciones insólitas", confirmó. Para dar veracidad a sus palabras, la CEO ejemplificó estos hechos con el pueblo de Ruiloba, el cual ha prohibido abonar el campo en época de sequía "para evitar los malos olores que molestan a los turistas".
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Otro ejemplo sobre el que apoyó su charla ha sido los Picos de Europa, donde un juez obligó a encerrar a un vecino sus gallinas porque "hacían demasiado ruido" y los gallos despertaban a los señores que se hospedaban en un hotel cercano.
Ya habían transcurrido varios minutos cuando nuestra Top 100 dijo unas palabras importantes: "Es esencial entender que los alimentos no vienen del supermercado, sino que vienen del rural". Con esto, quería mostrar a los oyentes la necesidad de las labores rurales y la incoherencia de frenarlas y de infravalorarlas.
Superioridad moral
Así, daba paso a otro punto esencial en su discurso. "La gente del rural no cae en el error de humanizar a los animales con los que trabaja". La empresaria especificó que estos animales no pueden ser "de compañía", significan "trabajo, dedicación y una fuerte inversión de tiempo y dinero". Para expresar la gravedad del asunto, mencionó que "una vaca incluso podía matar a un lobo de una coz".
En aquel momento, muchos se preguntaban cuál era el objetivo de aquellas palabras. Respuesta que fue dada por la CEO justo unos segundos después: "El granjero les da protección, comida y cuidan de su salud y bienestar, y a cambio de ello, esperan recibir un rendimiento económico".
Era el momento de hablar sobre el Movimiento Vegano como ejemplo. Según el informe de Green Revolution, "1,4% de la población es vegetariano y un 0,8% es vegano". Tras estas declaraciones, dejó en claro que no tenía nada en contra del tipo de dieta que sigue cada uno, pero "lo que no me gusta es que se intente convencer al mundo de que su dieta es mejor que la de los demás". De esta forma, introdujo el concepto de la superioridad moral.
Lucha de la mujer
Entonces, llegó su último punto del discurso: la mujer en el campo. Nuestra empresaria no se andó con rodeos y afirmó que las mujeres sufren una doble discriminación. Por un lado, por su género y, por otro lado, por el entorno desfavorable en el que viven. "Las mujeres soportan un 38% del paro en el rural", siguió explicando sin esperar reacción alguna del público.
Carmen Lence decidió levantar la mirada antes de confirmar que estas mujeres tienen "mejores niveles económicos que los hombres hasta que trabajan", que es cuando sus condiciones son más desfavorables por "franjas de ingresos más bajos y contratos más precarios como fijos descontinuos o contratos parciales".
Colocó sus papeles desde el atril, carraspeó levemente y levantó la mirada en señal de finalización de su intervención en el foro. Un discurso que terminó como comenzó: llenando la sala de aplausos.