Para lograr un hogar más confortable en invierno, no hace falta hacer reformas, ni cambiar paredes, ni puertas, ni ventanas, ni siquiera el mobiliario. De trucos para sentir el espacio más caldeado, sobre todo, ahora en Navidad, hablamos con el experto Miguel Angel Mayo.
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“La decoración de temporada en las viviendas debe ser fácilmente implementable. Debemos tener una casa acorde a nuestro estilo decorativo, pero neutra en cuanto a temporada de invierno y verano, de manera que con algunos toques podamos convertir nuestra casa en algo más fresco para verano o acogedor en invierno”, asegura Mayo.
Lo cierto es que la gama cromática que elijamos para decorar puede conseguir subir la temperatura. Los colores tierra y arena son un manto de calidez asegurado.
¿Qué es lo que no puede faltar en casa para conseguir la calidez que se necesita en cuanto a colores y texturas?
Para adaptar un piso al frío invierno optaría por textiles de algodón, lana, terciopelo, fieltro o pelo largo en elementos como cojines, mantas, etc; Incluiría maderas en bruto, troncos o elementos decorativos de madera muy naturales. En cuanto a tonos, aconsejo los colores crudos y tostados. También podemos utilizar los oscuros.
Por otro lado, también haría uso de alfombras, si es que se retiran o cambian en verano.
Y si no tenemos chimenea, pero tenemos un lugar ideal para ella, sería bueno optar por una de bioetanol, que elevará mucho la calidez del hogar. Si no podemos, otra opción sería hacer una composición de velas que encenderemos para tener ese pequeño toque de llama.
Por último, el uso de la luz debe ser cálida o muy cálida, Para ello debemos fijarnos en la temperatura de la bombilla, que debe estar entre 2300ªK (muy cálida) y 3000ªK.
Dices en tu web que los entornos que nos rodean condicionan nuestra forma de ser y de sentir…
Lo bello y lo agradable nos genera buenas sensaciones, y un entorno hostil nos puede provocar lo contrario. Si estamos de noche en un callejón oscuro y peligroso en un país desconocido, y alguien viene hacia nosotros, posiblemente la situación nos generará incomodidad.
Sin embargo, si estamos entre amigos y familiares en un sitio agradable y conocido, estaremos cómodos y felices. Las sensaciones son antagónicas, y ambas han sido provocadas por el entorno de una u otra situación.
Todos nos hemos quedado alguna vez anonadados ante algo que nos ha impresionado visualmente por su belleza. Esa sensación nos encanta, por lo que intentamos provocarla en nuestros clientes. Para nosotros, es una misión convertir la vivienda de nuestros clientes en un espacio bello y alineado con ellos mismos, de manera que le provoquen esas sensaciones agradables que generan los entornos bellos.
En Kiga nos sentimos realizados cuando nuestro cliente admira su vivienda y siente que encaja a la perfección en ella, que le representa y que le encanta. En el campo comercial, esa sensación hay que orientarla al cliente y a la alineación de la marca con el local comercial, pero en esencia, el trabajo es el mismo, captar al cliente y transformar sus ideas en un espacio físico que conecte con las personas y les genere buenas sensaciones.
¿En qué se diferencia el interiorismo que se hace hoy al que se hacía hace 10 años?
Cada vez más se confía en los interioristas. Todo el mundo está capacitado para amueblar o decorar un espacio, pero quizás no lo está para hacerlo de la mejor manera posible. No es sólo una cuestión de gusto, sino también de practicidad, técnica y conocimientos.
Hay reglas, patrones o normas que si se cumplen, hacen que los espacios funcionen mucho mejor a nivel estético y funcional. Creo que el cliente cada vez valora más esto y está dispuesto a contratar a un profesional que le ayude a conseguir un espacio coherente y bello.
Si a eso le sumamos que cada vez tenemos menos tiempo, el valor que aportamos aumenta más si cabe, ya que nuestro trabajo no implica sólo un resultado final, sino un ahorro de tiempo de las miles de gestiones que un proyecto de interiorismo necesita.
También hay cambios en los hogares tras la pandemia… ¿qué habéis detectado?
La pandemia forzó a mucha gente a tener una relación más estrecha con su propia casa. Con gran diferencia, el principal cambio que notamos es que ahora todos los clientes piden un espacio para el teletrabajo con un fondo adecuado para las videoconferencias.
También hemos notado que las casas de nuestros clientes son más grandes y tienen un gran jardín o una amplia terraza, dando mucha importancia al mobiliario y decoración de estas estancias.
Cuando alguien llega a vuestra oficina y os pide un cambio total en su casa una reforma integral… ¿qué es lo primero que haces?
Lo primero que hacemos es escuchar, escuchar y escuchar. Apenas hablamos. Las primeras fases son para empaparnos de todo lo que quiere el cliente. Es imposible hacer una vivienda afín a un cliente si no se le escucha. Para ello, utilizamos un cuestionario que hemos ido perfeccionando con los años y que consigue sacar todas las necesidades que el cliente tiene, incluso las que no sabía que tenía.
También llevamos un test de estilos decorativos que nos ayudarán a identificar que tipo de vivienda se ajusta a su gusto. Una vez que tenemos toda la información, la clasificamos para empezar a transformar todas esas necesidades y peticiones en un espacio físico (una fase compleja pero que nos encanta hacer).
Las fases son principalmente dos: un anteproyecto con planos de distribución y referencias, y una vez aprobado, un proyecto que incluye todos los detalles, presupuesto de obra y de decoración, detalle de todos los muebles y las imágenes 3D o Realidad Virtual para que el cliente entre directamente en su casa antes de que todavía exista.
Las siguientes fases son de obra, gestiones, pedidos, montajes… pero en esas fases de 'trabajo sucio' intentamos liberar al cliente para encargamos nosotros de todo.
El interiorista también deja su sello aunque no quiera, ¿uál es el tuyo?
En mi caso, esta pregunta me resulta especialmente difícil, porque siempre que me preguntan cuál es mi estilo decorativo, digo que el de mi cliente.
Evidentemente, tengo mis gustos y preferencias, pero nunca van por encima de los de mis clientes. Considero que mi trabajo es interpretar los gustos de la persona que va a utilizar el espacio y canalizarlos, para darle coherencia, armonía, practicidad y belleza.
Hemos hecho viviendas rústicas, clásicas, nórdicas, minimalistas, industriales, etc, por lo que es muy difícil que todos los proyectos tengan patrones comunes.
A pesar de eso, si tuviera que decir algo, creo que sería que todos tienen una relativa sencillez, un ambiente limpio y ordenado (aunque cuando el cliente me lo ha pedido no lo he cumplido).
En locales comerciales es totalmente diferente, ya que normalmente se puede ser más atrevido, por tanto, la características principal quizás sea la reinvención de elementos para darle usos diferentes a los establecidos. Me encanta customizar cosas, inventar nuevos usos y sorprender con ideas ingeniosas.
¿En que año fundaste Kiga y por qué?
Primero empecé como autónomo sobre 2015, pero las recomendaciones de los clientes y los proyectos iban creciendo, así que fundé Kiga en 2018. Kiga viene de la palabra japonesa Ikigai. Hay una zona en Japón (que por cierto es una de las más longevas del mundo) en la que la mayoría de sus habitantes dicen haber encontrado su Ikigai.
Se considera que se encuentra el Ikigai cuando tu actividad principal cumple 4 características: que seas bueno en ella, que ames hacerla, que el mundo la necesite y que te puedan pagar por ello. En mi caso, creo que me representa, (tanto a mí como a todas las personas que trabajan y colaboran en Kiga), lo que provoca no sólo un resultado excelente, sino que el proceso sea agradable y fácil para todos, incluyendo al cliente.
¿Cómo debe ser la oficina ideal para que los empleados se sientan seguros y motivados?
Estamos muchísimas horas en la oficina, casi tanto como en nuestras casas. Es vital prestar mucha atención y mimo al diseño de las mismas. Las oficinas, como cualquier proyecto, tiene sus condicionantes. Se debe prestar muchísima atención al bienestar de los empleados (que repercutirá indudablemente en su rendimiento), pero también a los valores de marca de la empresa.
Bajo mi punto de vista, una oficina debe tener una base neutra para que cualquier empleado se pueda sentir cómodo e identificado con ella (sin caer en una opción tan poco arriesgada que no diga nada), pero incluyendo toques de diseño que doten al espacio de diseño, personalidad, color y energía.
El orden es fundamental, pero muy difícil de conseguir en una oficina, por lo que hay que facilitar al empleado espacios para que deje sus cosas sin contaminar visualmente el espacio.
Por último, creo que es importante hacer zonas sociales útiles para fomentar las relaciones entre los empleados.
¿Qué proyectos has realizado últimamente?
Estamos especialmente orgullosos de los proyectos NeoPueblo (una vivienda de unos 700 m2 que hemos realizado en Extremadura), de Brooklyn Vibes, un garaje de 350 m2 con techos de 6 metros de altura, que hemos convertido en vivienda. Actualmente estamos en la fase final de un restaurante y pastelería de 400 m2 en Miami, y tenemos por delante en Madrid (que es nuestro campamento base y donde más proyectos realizamos) una vivienda unifamiliar de 1000 m2 en Pozuelo, que está todavía en fase de cimentación.