Entrevistamos a Amaia Arrazola en la librería Tipos Infames de Madrid. Ha venido a presentar su último libro Totoro y yo (Lunwerg Editores, 2022), una biografía ilustrada de Hayao Miyazaki que recoge su visión particular ("filtro Amaia" lo llama) sobre la filmografía y el universo del creador del Studio Ghibli.
La ilustradora vasca ha presentado el libro acompañada de Esther Gili, a la que conoció unas semanas antes en el Festival Literatura Expandida de Magaluf y con la que desde el principio "hubo mucho feeling. Detrás de esas acuarelas tan finas y tan perfectas, hay una punky. Yo soy punky y ella es siete veces más, y muy friki del cine, de viajar...", nos dice Amaia. Fue lo que se podría describir con la típica frase de 'un flechazo'.
Así arrancamos la entrevista con Amaia sobre Totoro y yo, en la que también hablamos de Miyazaki y el Studio Ghibli; de Wabi-Sabi, Simón y El meteorito; de Japón; y de inspiración, feminismo, maternidad y futuro.
[Nada de princesas, los cuentos de hoy hablan de mujeres reales]
Totoro y yo
¿Cómo surgió la idea del libro?
Estuve en Japón hace un par de años y de esa experiencia saqué un libro que se llama Wabi-Sabi, que también está editado por Lunwerg, y en una de sus páginas hice lo que me gustó del Museo de Ghibli, en Mitaka.
Después publiqué El meteorito, que fue cuando fui madre, y entonces mi editor Javier me propuso un tema más liviano, más ligero, porque El meteorito había sido muy desgarrador. Y me dijo: "Algo para pasártelo bien ¿por qué no haces algo sobre la filmografía del Studio Ghibli?". Y yo, pensando que iba a ser mucho menos curro, le dije que sí. Al final, este libro ha sido mucho más difícil que el de El meteorito.
Entendido. Entonces no es que tú seas una friki de Studio Ghibli.
Esto es la salida del armario total que hago, por eso está bien, yo creo que el libro va para todo el mundo. Hace cuatro años, yo no tenía todo el conocimiento de ahora, tenía un nivel de Ghibli muy mainstream: Chihiro, Mononoke... ahora tengo mucho más nivel. Ha sido un descubrimiento para mí y quiero que sea también para el lector.
Al principio del libro aconsejas ir leyendo el libro al mismo tiempo que se van viendo las películas, en orden, desde la primera.
Es muy interesante porque consigues no solamente ver las pelis como iconos sino entender la evolución del artista, en este caso del director. Desde que empezó Ghibli en el 85 hasta hoy Miyazaki ha envejecido. Empezó ya adulto, tendría como 40 o 50 años y ahora tiene 81, era ya un arte maduro pero hay una evolución en la temática, en la música, en el tipo de dibujo. Está guay porque el libro lo va recorriendo, va descubriendo esta evolución.
Después de esta inmersión ¿con qué personaje y con qué película te quedas?
A mí, personalmente, el Sin Cara me parece que es la representación de toda la magia del cerebro de Miyazaki. Un personaje, el Kaonashi (es otro nombre del Sin Cara), que es bueno pero corrupto por la sociedad. Hay un momento en que es muy grande porque es muy, muy corrupto así que le sale pelo y tiene casi cara humana. Cuando vuelve a ser bueno, vuelve a su aspecto.
Luego tengo otros personajes que también me flipan y no suelen ser siempre los protagonistas. Por ejemplo Lady Eboshi, la antagonista de Mononoke, me parece un personaje ultra rico. Es una especie de luchadora que defiende su pueblo. Yo, realmente, me siento muy representada con Lady Eboshi, incluso un poco más que con Mononoke.
Mononoke es guay, sí, pero Lady Eboshi defiende a putas y leprosos (su pueblo) y todos queremos defender a nuestra familia de alguna manera, aunque sea pues sí, destruyendo la naturaleza. Es cierto. Es un poco esa pregunta que nos hacemos ahora nosotros. ¿qué hacemos? ¿Cuidamos de la naturaleza?
Respecto a películas, igual suena mainstream, pero me quedo con Mononoke.
Y de Miyazaki ¿con qué te quedas?
Me parece que es un genio, personalmente creo que trabajar con el no tiene que ser una cosa fácil, como con todos los genios, pero me quedo con la capacidad que tiene de trabajo. Hay un momento en un documental que dice que para dibujar bien tienes que dibujar hasta que te sangra la nariz. Él entiende que... hay que sufrir. Hay que sufrir porque estas películas no se hacen solas. Entonces, me quedo con esa capacidad de sacrificio, aunque yo no la tengo y tampoco la deseo para mi vida (ríe).
De hecho, comentas en el libro que cuando acabó Mononoke dijo hasta aquí, y se retiró.
Ha habido varias veces que ha dicho "hasta aquí". De Miyazaki admiro sobre todo eso, su capacidad de curro. Es increíble.
Tiene una forma de trabajar muy diferente, que resulta muy interesante. (En Totoro y yo, Amaia explica que"generalmente Miyazaki escribe a medida que va haciendo la historia").
En un equipo de 50 personas todos se tienen que volver un poco locos, sin saber qué va a pasar, dibujando seis meses un personaje que no sabes a dónde va, es heavy eso. Pero bueno, mucho respeto también por su capacidad y también por lo leal que es a sus principios, algo que creo que también hay que remarcar. Supongo que él ha tenido 400 millones de ofertas para hacer 400 millones de proyectos que no ha hecho porque no han encajado con su forma de ver la vida. Todas las películas que ha sacado están comprometidas.
Seguro que en algún momento tuvo sus problemas económicos, pero ellos han sido fieles y han hecho las películas que tenían que hacer porque eran las que había que hacer. Eso enaltece el cine de animación. Todas las películas que han hecho son una pasada, están comprometidas, son ecologistas, están bien hechas, hay nivel, hay calidad. Te pueden entretener más o menos, pero hay un estándar y yo creo que eso también hoy en día es de valorar, es muy de valorar.
De hecho, es algo que destacas al principio de Totoro y yo, sus principios y valores y que, entre otras cosas, la motivación de Miyazaki son siempre los niños. Hace sus películas para ellos pero sin subestimarlos.
En los últimos años tú has sacado varios libros para un público infantil, como El futuro es femenino, Pequeña y Grande: Audrey Hepburn o, el último, Simon. ¿Cuál crees que es la importancia de los mensajes que transmitimos a los niños?
Cuando eres madre todo cambia mucho. Por ejemplo, a mi hija le gusta mucho la Patrulla Canina y yo intento explicarle cuando acaba un episodio si no le parece que tendría que haber más chicas en la Patrulla Canina. Intento meter reflexión, no se la puedes prohibir pero estamos de acuerdo en que tiene que haber más chicas.
Al final, por eso también me gusta tanto Miyazaki, porque tiene una serie de mensajes que son ultra positivos y me encanta hablarlos con ella. El ecologismo, que ahora mismo estamos en una declive total...y en el 84 Nausicaa ya hablaba de esto, hablaba de un futuro putrefacto en el que nos hemos cargado la naturaleza
Está muy guay verlo y poder debatirlo. Tendría que haber clases de niños viendo esa película y vuelve a pasar con Mononoke, el eterno debate: ¿qué hacemos? ¿Destruimos la naturaleza? "Mira lo que está pasando. Sí, queremos al pueblo, pero vamos a destruir el bosque", por lo menos proponer el debate.
Es una película del 97, hace ya unos años, y no se hablaba de cambio climático en ese momento y menos en el 80 y pico (año de Nausicaa). La importancia en este caso de los mensajes es brutal, las chicas como protagonistas, el papel de las señoras mayores, que hay pinceladas de señoras mayores muy fuertes y muy valerosas y todas, Dola en El castillo en el cielo, o bueno, la misma Chihiro. Cómo trata a la mujer, la importancia que le da y las características que le da, a eso tampoco estamos muy acostumbradas, ni a que ellas sean protagonistas en primera persona.
A raíz de la maternidad ¿le das más importancia a los mensajes que transmites?
Ha habido un cambio de lo que yo hacía antes. Hablamos siempre de la mirada de género, de cuando te pones las gafas moradas y empiezas a verlo todo desde el punto de vista de la mujer. Yo lo que no tenía era las gafas de arcoíris de mi hija. Ahora todo lo que veo lo veo desde su perspectiva, desde cosas que antes ni me planteaba. Desde cosas que hice en el pasado y digo "ostras, ahora no lo hubiera hecho así", es inevitable.
Yo antes no tenía ningún contacto con niñas y de repente cuando ella apareció en mi vida fue como "ostras, yo quiero que ella crezca con cosas buenas".
Te sientes con la responsabilidad de que lo que hagas ahora le va a repercutir de alguna manera en los mensajes que se le transmiten a las niñas.
Niñas y niños, que incluso hay veces que es más difícil. Por ejemplo, mi hija lleva una camiseta de la Patrulla Canina y si te das cuenta, están tres personajes masculinos. Si incluyen ahí a Sky, que es el único personaje femenino, los niños ya no la quieren. Las niñas están poniéndose cosas de niños, pero los niños no se ponen cosas de niñas. El niño es universal, en cambio, las niñas es el rosa.
En el festival de literatura de Magaluf, Caitlin Moran decía que ahora hay que hablar a los hombres. Ya está, las mujeres tenemos muchas muchas cosas, muchas lianas: con libros, con fancines... Ahora hay que empezar a hablar al tío, hay que empezar a hablarle a él, y a los niños. Justo ella decía que su próximo libro es sobre un hombre, porque ella quiere empezar a hablar a los hombres. Lleva 30 años hablando a las mujeres.
Referentes. Personas inspiradoras.
¿Cuáles son tus referentes? ¿Que personas te inspiran más allá de Miyazaki?
Es difícil. Como creadora siempre intentas mantener una cierta distancia porque, al final, tampoco quiero estar muy pegada a un referente porque luego, inevitablemente, te sale un trabajo que puede ser demasiado parecido.
Cuando empecé a dibujar me junté mucho con chicos, más que con chicas, y mis referentes han sido las personas con las que he convivido y he compartido trabajo. Por ejemplo, Conrad Roset y Guim Tió son dos artistas con los que yo empecé haciendo el primer co-working.
También lo es mi pareja, Txemy, con la que comparto todo el día y toda la noche y con el que estoy siempre en el estudio. Él es otro referente, más incluso a nivel personal, de cómo llevar las cosas.
Esther (Gili), veo sus trabajos y digo "¡qué pasada de acuarelas!" Y yo aquí... soy una batallera, hago lo que puedo y Esther en cambio es super fina, súper bonito todo y digo: "Madre mía, yo tengo que llegar a ese nivel". Siempre ves cosas que dices: yo tengo que llegar a eso.
En temas de literatura ya solo leo a mujeres, porque he decidido que ya he leído mucho hombre en mi vida. Ahora solo leo historias de mujeres, estoy muy a tope con Caitlin Moran, que la conocí hace poco Magaluf. Me leí el de Cómo se hace una chica y me flipa. La literatura me inspira un montón, el trabajo de Julia Donaldson como como creadora de historias, es un enganche, es la del El Grúfalo, un cuento infantil súper mítico y que me flipa, me flipa cómo cierra los cuentos. El tema de los cuentos también me parece que es un mundazo porque parece como que es fácil y para nada.
Este verano descubrí el trabajo de Nelly Arkan, una chica canadiense que tiene dos libros. Uno se llama Puta y otro se llama Loca. Está muy bien porque habla en primera persona. Esta chica se suicidó. Tiene dos novelas, la de Puta está un poco ficcionada, pero, básicamente está basada en su trabajo, ella fue escort en algún momento, y entonces habla de eso. Tengo como flashazos, de repente descubro a esta tía y me lo leo todo, veo entrevistas...
También, obviamente, La señora March de Virginia Feito me encantó. Bueno. esto es lo que estoy leyendo últimamente. Referentes como tal no sé, yo ultimamente a tope con las historias de mujeres.
Y ¿a qué mujer crees que merece la pena dar a conocer? ¿A quién nos recomendarías entrevistar?
A ver sí, quiero apuntar. Hay dos chicas que hacen un podcast que me gusta mucho, Gente 2020, son Marina y Anastasia (Monstruo Espagueti) y me parecen muy guays. Me parecen muy interesantes, está muy guay estas dos. Y además, el otro día en el último podcast, contaban que claro, Anastasia (Monstruo Espagueti) es más conocida porque además tiene un trabajo gráfico y entonces a Marina a veces no la llaman, llaman a Monstruo Espagueti solamente, pero creo que las dos forman un gran binomio, y hacen un podcast que es divertido.
Mucho más que un libro precioso
Totoro y yo está a la venta desde el 28 de septiembre de 2022 y es un libro, como dice Amaia, para todo el mundo. Resultará fascinante a aquellas personas que ya son amantes del cine de Studio Ghibli y también a las que sienten interés por la cultura japonesa o, simplemente, pueden apreciar la belleza del estilo preciosista de Miyazaki y de la ilustración. Con la garantía, como hemos comentado a lo largo de la entrevista, de que los mensajes y los valores que se transmiten son universales.
Pero no es un libro para leer rápido. Para exprimir este libro, para aprovechar todo el esfuerzo que hay detras, su lectura requiere de dedicar un tiempo a pensar, a reflexionar. Muy interesante para nosotros, los adultos, pero que puede ser súper enriquecedora también si la hacemos con niños, como propone Amaia Arrazola.