Las relaciones sentimentales son un trabajo continuo en el que ambas partes tienen que poner de su lado para que el amor y la armonía prioricen antes los problemas normales que pueden aparecer en el día a día. Sin embargo, en el panorama actual, en el que todos nos enfrentamos a los desafíos de la era digital, las parejas se enfrentan a un problema más.
Históricamente, las infidelidades han sido el colofón para iniciar una verdadera crisis amorosa, pero recientemente, ha entrado en escena otro término que lleva un tiempo preocupando a las parejas: las microinfidelidades. Estas pequeñas acciones, que no llegan a ser infidelidades evidentes, pueden tener un gran impacto en la relación.
Se trata de pequeños gestos que, sin llegar a ser una infidelidad demostrada, sí se tratan de conductas en las que queda evidencia de que estás tonteando con otra persona. Es complicado demostrarlo, ya que existe una finísima línea entre la amabilidad y el coqueteo, pero es una realidad.
Estas conductas sutiles pueden incluir desde intercambios de mensajes de texto con un tono ambiguo, hasta interacciones aparentemente inocentes en redes sociales. No llegan a ser una infidelidad íntima o emocional clara, pero sí generan incertidumbre y desconfianza en la pareja.
Siempre ha existido el coqueteo, pero las microinfidelidades son tendencia al alza que debido a la sobreexposición en redes sociales y la dependencia al teléfono móvil nos pone en alerta incluso a las relaciones más consolidadas.
Cómo afectan las microinfidelidades
A pesar de lo sutiles que pueden llegar a ser las microinfidelidades, el impacto que genera en la pareja puede ser tan significativo que, en ocasiones, llega incluso a desintegrarlas por completo.
Este modo de conducta, aunque son pequeñas y no necesariamente continuadas, se entienden como una deslealtad más, como si de una infidelidad se tratara que afecta a la confianza y la propia seguridad dentro de la relación, sin que sea necesario que haya contacto íntimo.
Uno de los principales problemas que acarrean las microinfidelidades son los celos. Estos no solo proceden de pensar que puede haber una clara infidelidad, sino también por el miedo a perder a la persona de quien se está enamorado.
Estas acciones consiguen dañar la relación profundamente al realizarse de una manera inconsciente. Es algo que intuyes, pero no ves claramente qué está pasando. Los celos y la desconfianza generada por las microinfidelidades pueden desencadenar en una situación emocional tensa y tóxica.
Lo peor de todo es que, en ocasiones, este comportamiento forma parte de la conducta habitual de una persona. Sin tener una clara intención maliciosa, que tu pareja 'coquetee' de manera inconsciente y constante puede tener unas consecuencias devastadoras para ti.
Cómo enfrentar las microinfidelidades
La clave para enfrentar y manejar las microinfidelidades parte desde la comunicación abierta y honesta dentro de la pareja. La falta de comunicación es la raíz de muchos problemas relacionados con la percepción de infidelidad.
Es muy importante que las parejas discutan sus límites y expectativas en cuanto a las interacciones con otras personas, conociendo en primera persona qué es lo que nos molesta del otro y su manera de relacionarse.
No se trata de adoptar una serie de instrucciones genéricas para saber cuáles son los comportamientos aceptables y cuáles no. Es algo que cada pareja debe tratar desde intimidad, la confianza y el respeto.
Lo que para unos puede resultar una tontería, una simple muestra de amabilidad con un tercero, para otros sí que puede ser un claro ejemplo de coqueteo. De ahí que sea importante establecer ciertos límites de manera concisa y consensuada para evitar dolorosos malentendidos, además de poder fortalecer la confianza de la pareja.
Hablar abiertamente sobre cómo nos sentimos respecto a ciertas conductas es esencial. Sin embargo, es importante hacerlo de manera respetuosa y sin exigir cambios de comportamiento de manera imperativa.
Siempre hay que tener muy en cuenta que las personas que cambian lo hacen porque quieren y no porque se lo imponga nadie, ni siquiera a persona de quien está enamorado. De ahí que la empatía y el entendimiento son fundamentales en estas conversaciones.
Hay quien prefiere afrontar el problema acudiendo a terapia de pareja, especialmente aquellas parejas que han sufrido mucho debido a las microinfidelidades. Este método puede ser una herramienta de lo más efectiva que ayudan a mediar entre las discusiones de pareja, facilitar la comunicación y guiarles por el camino de la confianza.
Sin duda, la clave está en la comunicación y el establecimiento de unos límites dentro de la pareja que estén consensuados por los dos. Abordando estas faltas de respeto con empatía y determinación, se puede prevenir el daño y fortalecer la relación, siempre encontrando un equilibrio entre ambos.