En el corazón del Reino Unido surgen un innovador proyecto de covivienda, una luz de esperanza y un modelo a seguir para el futuro del envejecimiento. Se trata de la primera comunidad de covivienda exclusivamente para mujeres mayores, un oasis de solidaridad y apoyo mutuo donde 26 mujeres, con edades comprendidas entre los 59 y 94 años, han decidido unir fuerzas y compartir sus vidas en un entorno comunitario y colaborativo.
Organización y distribución en la casa, por favor
Esta singular comunidad, que se llama New Ground Cohousing, se asienta en un conjunto de 25 casas, de las cuales ocho son viviendas de alquiler social, con 26 residentes que han optado por una alternativa a la soledad, prefiriendo la compañía y el apoyo mutuo que este modelo de vivienda proporciona. Este enfoque innovador en el Reino Unido no solo ofrece un techo bajo el cual vivir, sino que también crea un espacio para la interacción social, actividades comunitarias y un sentido de pertenencia que a menudo se pierde en las etapas avanzadas de la vida.
La idea de la covivienda, o cohousing, no es nueva, pero aplicada a este grupo demográfico en particular, adquiere una relevancia especial. En un país donde, según datos de 2021, más de 3 millones de personas mayores de 65 años vivían solas, siendo el 70% de ellas mujeres. La necesidad de encontrar alternativas al aislamiento y la soledad nunca ha sido más crítica.
Además, se espera que en una década, los mayores de 65 años constituyan el 22% de la población del Reino Unido, según el último informe del Center for Aging Better, lo que subraya la importancia de encontrar soluciones sostenibles y enriquecedoras para el envejecimiento de la población.
El roce hace el cariño
Las residentes de esta comunidad de covivienda han encontrado en ella más que un lugar para vivir; han encontrado un hogar. Las casas, individuales, pero armoniosamente integradas, permiten tanto la privacidad como la interacción. Los espacios comunes son un hervidero de actividad, donde se pueden encontrar clases de yoga, sesiones de jardinería y otras iniciativas que fomentan el bienestar físico y mental, así como la conexión social.
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Este proyecto no solo desafía las normas tradicionales sobre cómo y dónde deben vivir las personas mayores, sino que también resalta el valor de la comunidad y la interdependencia. En una sociedad que a menudo valora la independencia por encima de todo, la covivienda para estas mujeres representa un acto revolucionario de colaboración.
El éxito de esta comunidad abre el camino para futuros proyectos similares, no solo en el Reino Unido, sino en todo el mundo. Demuestra que, con imaginación y voluntad, es posible crear soluciones de vivienda que no solo atiendan a las necesidades físicas de las personas mayores, sino que también nutran su bienestar emocional y social.
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Al mirar hacia el futuro, la sociedad en su conjunto tiene que reconocer y abordar las necesidades cambiantes de su población anciana. Proyectos como este ofrecen una ventana a lo que podría ser posible, proporcionando no solo una solución práctica a los desafíos del envejecimiento, sino también un modelo de vida que celebra el apoyo mutuo y la dignidad en todas las etapas de la vida.