¿Cuáles son las razones que motivan a una persona a escoger un destino para disfrutar de las vacaciones? ¿Se viaja a La India por su exotismo? ¿O se recorre medio mundo por la gastronomía? ¿Cuánto peso tiene la arquitectura en la elección final? ¿Y la literatura?
Antes de elegir una ciudad, el viajero y la viajera, comienzan su periplo enumerando las ciudades que más atractivas les resultan según los gustos personales de cada uno. Ponerse de acuerdo para organizar uno en pareja es un tema que daría mucho para hablar, no obstante, cuando la necesidad del nómada aprieta, la manga de la condescendencia se ensancha.
¿Qué es una "Maravilla"?
La afición de la humanidad por hacer listas es un deporte tan antiguo como viajar. Ya en el periodo helenístico iniciado en el año 323 a.C., la cultura griega comenzó a sugerir itinerarios para dar cobertura internacional a los filósofos desperdigados por el mundo, viajeros que exploraron las regiones próximas al Mediterráneo y descubrieron nuevas civilizaciones, como la egipcia, la persa o la babilónica.
Al principio, estas guías ideadas para dar a conocer las joyas arquitectónicas eran denominadas theamatas, que equivale al término "vistas". Pero más adelante la expresión evolucionó a otro adjetivo más grandioso, thaumata: maravilla.
A pesar de que había una abundancia de estructuras dignas de ser incluidas en su particular lista, los pensadores griegos solo eligieron 7 por considerar el número sagrado, espiritual, perfecto, pues era la suma de los cinco planetas conocidos en ese momento más el Sol y la Luna. Sin embargo, no solo poetas, viajeros y filósofos meditaron sobre esta idea. Las mujeres también estuvieron involucradas en el proceso.
Levantando los cimientos
Si bien es cierto que la escasa documentación que existe sobre la figura femenina es muy corta, los tratados conservados de las mujeres en la antigüedad demuestran su participación en los inventos que posteriormente se llevaron a cabo para enumerar las Maravillas del Mundo Antiguo.
Según apunta la profesora Mª Gloria González Galván en su libro Mujer y poesía helenística en la antigua Grecia, estas figuras femeninas pertenecen, en su mayoría, a un género considerado "el más alto grado de perfección": el epigramático, existiendo múltiples casos que refuerzan la teoría del poder que tuvo la mujer en la época helenística.
Nóside de Locris, por ejemplo, fue conocida por las dedicatorias religiosas y epitafios que se conservan de ella en la actualidad. La escritora Ánite de Tegea cultivó su fama gracias a las descripciones que empleó sobre paisajes idílicos y animales; y Corina de Tanagra se hizo famosa por desbancar en calidad y cantidad los versos del mismísimo Píndaro. Según redacta la profesora González Galván, los documentos encontrados sobre ellas son "indicativos de que había círculos literarios en los que la mujer era más que bienvenida".
Las listas de la antigüedad
Las aportaciones y los escritos de estas pioneras culturales junto con la participación de sus coetáneos masculinos fueron fundamentales para elaborar la lista de las siete Maravillas del Mundo Antiguo, selección que se mantendría a lo largo de los siglos como homenaje a las mejores obras arquitectónicas de la antigüedad.
En esta categoría se concentran la mayor parte de los monumentos anteriores al nacimiento de Cristo como la Estatua de Zeus en Olimpia, los Jardines Colgantes de Babilonia, el Mausoleo de Halicarnaso, el Faro de Alejandría, el Coloso de Rodas, el Templo de Artemisa y la Gran Pirámide de Giza. De todas las obras y monumentos del mundo antiguo, solo uno permanece en pie en la actualidad y se ha ganado el título de Maravilla Honorífica. ¿Cuál es?
La Gran Pirámide de Giza
El 7 de julio de 2007, los turistas se pronunciaron y, a través de una encuesta realizada por New Open World Corporation, seleccionaron los monumentos que querían que formaran parte de una nueva lista bautizada como Las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
Lista que estuvo cargada de polémica por no estar avalada por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y que contaba con un pequeño matiz: no eran siete maravillas las elegidas, sino ocho, pues estaba incluida, de nuevo, la Gran Pirámide de Giza.
La Maravilla Honorífica
En un principio, los organizadores del evento no quisieron postular a esta Maravilla Antigua como posible Maravilla Moderna: Egipto les recordaba cuál era su estatus alegando su anterior medalla así que, finalmente, terminó siendo nombrada.
Situada en la orilla occidental del rio Nilo, los datos de la tremenda obra arquitectónica de la Gran Pirámide avalan todos los honores que le han caído con los años, pues fue construida por el faraón Keops en el 2550 a. C. y se utilizaron 2.3 millones de bloques de piedra caliza tallados a medida para su estructura. Aunque esta sea la única construcción del mundo antiguo que queda en pie, los viajeros y viajeras pueden disfrutar de otras siete ubicadas a lo largo y ancho de la Tierra. ¿Dónde están y qué las hace especiales?
De Petra a la Gran Muralla China
Situada en Jordania y construida en el siglo VIII a. C, el nombre de Petra proviene del griego πέτρα (cuya traducción es piedra) y fue la antigua capital del reino nabateo. El camino serpenteante que conduce al visitante hasta la fachada del mismísimo Tesoro es famoso por estar cargado de encanto y magia. De hecho, el complejo arqueológico de Petra (del que solo se ha excavado un 85%) ha sido escenario de historias emocionantes: una de ellas se encuentra entre las páginas del libro Cita con la muerte que la escritora inglesa Agatha Christie escribió durante su vista al país en el año 1930.
Si el viajero quisiera ir de Petra a Pekín en camello tardaría, aproximadamente, 103 días. Por fortuna, en la actualidad existen otros medios de transporte más rápidos para conocer la segunda de las 7 Maravillas Modernas: La Gran Muralla China. Construida por el Imperio chino a partir del año 445 a.C. para detener las invasiones procedentes de Manchuria y Mongolia, la longitud total del emblemático monumento abarca más de 20.000 km y es posible visitarlo por tramos, siendo los más conocidos y bonitos el Mutianyu y la zona de Badaling.
Desde Roma hasta México
En Roma (Italia) se encuentra el anfiteatro por excelencia. El Coliseo, cuya fecha de construcción data del año 72 d.C., fue el escenario perfecto para presenciar luchas entre bestias salvajes, espectáculos donde los condenados eran devorados por las fieras o combates entre gladiadores. Su estructura permanece prácticamente intacta y su voluptuosidad es impresionante. Se puede contemplar por fuer ay visitar por dentro.
Cruzando el Atlántico, los yacimientos arqueológicos de Chichén Itzá le muestran al viajero el dominio de la astronomía que tuvieron los mayas sobre el resto de culturas de la época. Oculta en medio de la inmensa selva de la provincia de Yucatán, en México, la estructura de la pirámide pone de manifiesto el arte de las matemáticas, la geometría y la acústica. Su simetría, de tallado perfecto, representa el calendario maya: 18 cuerpos que corresponden a los meses de 20 días cada uno y 365 peldaños, cinco de los cuales se consideran nefastos.
Entre Machu Picchu y Río de Janeiro
La ciudad abandonada de Machu Picchu se construyó en Perú en el año 1450 y fue redescubierta en 1911 por el arqueólogo Hiram Bingham. El tesoro inca ubicado en lo alto de las montañas guarda muchos secretos. Uno de ellos avala la teoría de su recóndito emplazamiento: el viaje desde Cuzco podría tener un propósito ceremonial y revivir la última trayectoria de ascensión al cielo.
A 4000 km de distancia, el Cristo Redentor de Río de Janeiro se posa sobre el Alto de Boa Vista y es la escultura art decó más grande del mundo. Fue en 1859 cuando el sacerdote Pierre-Marie Boss pensó en homenajear a la princesa Isabel, hija del emperador Pedro II, haciéndole un monumento en la cima del monte Corcovado. No fue hasta la década de los años 30 cuando diferentes artistas llevaron a cabo el proyecto e inauguraron esta joya arquitectónica.
El viaje por las 7 Maravillas del Mundo Moderno finaliza en la ciudad india de Agra. El Palacio Taj Mahal construido en 1632 fue levantado en honor a Mumtaz Mahal, la esposa favorita del emperador mogol Shah Jahan, que murió dando a luz a su decimocuarto hijo. El monumento funerario bañado por el agua del rio Yamuna contempla entre atardeceres y turistas los cimientos del Taj Mahal negro que, ubicado a la otra orilla del río, nunca se llegó a construir.