Tres mujeres arquitectas decidieron unir fuerzas hace poco más de tres años para montar su propia empresa. Hoy ya han completado con éxito más de 100 proyectos abarcando obra nueva y rehabilitación, bajo un prisma diferente y sostenible de la construcción.
Son Mireya Reguart, Laura Motilla y Patricia Pérez. Desde Magas nos hemos trasladado hasta su estudio para conocer de cerca su trabajo.
Nos reciben Mireya y Laura, ambas apasionadas de la arquitectura y del día a día de su trabajo. Nos invitan a hacer un recorrido por unas preciosas instalaciones forradas de madera, con toques de vegetación, muy reconfortantes en un día lluvioso y gris.
“No entendíamos una rehabilitación sin madera. Nosotras no separamos el diseño de la arquitectura y creemos que con la forma de los tabiques que utilizamos se puede trabajar la iluminación, y también crear separaciones entre un espacio y otro".
Y añade: "Hay un término que incorporamos a nuestro trabajo, que es la biofilia, espacios que respetan la naturaleza y la vida; y también tenemos en cuenta la mejora y la salud de las personas, y la madera contribuye a ello. No entendíamos un espacio sin madera y sin plantas”, asegura Laura Motilla.
“Antiguamente, este espacio ha sido una iglesia, después un garaje y una chatarrería…”, confirma Mireya Reguart.
¿Qué tiene de especial este tipo de madera que habéis aplicado?
Mireya Reguart: Es un panel de viruta prensada. En España no es muy conocido, pero sí en el mundo anglosajón, que se usa como como vallado de obra. Es un material que antes era muy económico y ahora lo hemos recuperado como un acabado de calidad.
¿Cuándo y cómo decidisteis unir fuerzas?
Laura Motilla: Hace tres años éramos autónomas. Empezamos Mireia y yo. Patricia se incorporó más tarde y como autónomas nos dedicabamos a todo un poco. Ella era más potente en temas de rehabilitación. Y nosotras, como teníamos la parte de constructora, estábamos más metidas en el tema de la madera. Madera y sostenibilidad van de la mano y entonces decidimos unirnos.
Bauwood, ¿qué significa?
L M: En principio es la arquitectura descarbonizada, es decir, trabajar hacia la descarbonización del sector.
Es un término que la gente no entiende, pero a nivel especificación de Europa ya se viene hablando desde hace mucho tiempo y lo estamos dando a conocer a nivel nacional, aunque ya hay personas comprometidas con esto.
M R: La palabra significa construcción en madera. Bau es casa y wood es madera en alemán.
Dentro de los movimientos de la arquitectura moderna en Europa está el de la Bauhaus, que es un término que se ha recuperado estos últimos años. Se trata de volver a recuperar esos criterios de la arquitectura con sus valores sociales y de diseño y lo unimos con el término madera.
¿Cómo han cambiado las viviendas?, ¿qué piden los residentes?
LM: Un consumo casi nulo. Esto es fundamental. Pero lo que quizás no entiende, o no se ha explicado bien, es que no hay que empezar la casa por el tejado. La gente pone paneles y paneles sin abrigar la casa. Cuando lo primero que hay que hacer es evitar que la casa consuma.
MR: Y luego añadirle una fotovoltaica o similar para conseguir un mejor rendimiento. Pero lo que intentamos tanto en obra nueva como en rehabilitación, es que la gente no tenga una hipoteca energética. Es decir, que aparte de la hipoteca de tu casa con el banco, no tengas que estar ahogado para pagar la calefacción y estar cómodo en casa.
En la obra nueva, nuestras casas son de consumo casi nulo. Apenas usan los sistemas de climatización, cuando la diseñamos desde cero; y en rehabilitación, depende ya del confort que necesita cada familia. En muchos de nuestros edificios, los vecinos han dejado de usar la calefacción. Al final, ayudas a que la gente dedique el dinero a cosas más importantes.
LM: Hemos visto familias, que vivían pasando frío y tenían un cochazo. No se entendía que la gente invirtiera 30.000 € en un coche, cuando al día siguiente ese coche ya no vale nada. Y sin embargo la casa, que es donde estás hipotecando todo, si la rehabilitas bien, puedes vivir en ella sin tener que pagar la calefacción.
MR: En obra nueva también nos encontramos que hay quien invierte más en una cocina, en un coche, en un sofá que en el edificio. Escatiman mucho en la construcción para poder tener una casa bonita que enseñar.
Y en rehabilitación, como tratamos con muchos tipos de edificios, incluidos aquellos con familias en riesgo de pobreza energética, pues ese abrigo que le ponemos al edificio, hace que lo puedan gastar en otras cosas más necesarias.
También es un tema de salud.
MR: En los edificios de obra nueva nosotros abogamos por materiales naturales que siempre tienen menos compuestos químicos que puedan perjudicar a la salud. Hay una cosa que se llama los compuestos volátiles, y eso está en muchos materiales e influye en las personas que viven dentro de los edificios.
Además, ahora con los sistemas de ventilación forzada, sobre todo en ciudad, tienes un aporte a la climatización ideal que mueve todo el aire de la casa y lo va renovando con unos filtros, que además evitan alergias, contaminación, etc.
LM: También poner menos la calefacción contribuye a una mejora en la salud. Yo como asmática que soy, cuando pongo la calefacción mis pulmones lo notan un montón.
MR: Ya hay muchos estudios que relacionan la temperatura inadecuada de las viviendas con la mortalidad prematura. Y en España, en invierno por esta falta de confort dentro de las viviendas, tanto en las nuevas como en las viejas, hay un 15% de muertes prematuras al año, entre la población más vulnerable, mayores de 60 años.
Eso ocurre por falta de confort térmico. Cuando tienes una casa fría, aparte de que genera gripes y enfermedades pulmonares, también produce humedades que traen mohos, lo que agrava todas esas enfermedades pulmonares.
En tres años de existencia habéis hecho más de 100 proyectos, tanto en rehabilitación como en obra nueva. Habéis estado muy atareadas...
LM: Demasiado para ser madres de familia.
¿Cómo se pueden hacer 100 proyectos?
LM: Hoy en día tirando mucho de nuestro pulmón financiero. Es difícil sacar una empresa de mujeres adelante, sin ningún tipo de ayuda, porque tienes que venderte todavía más y demostrar más.
LM: Estamos tirando de recursos propios. Se han incorporado al proyecto nuevos socios minoritarios, pero es verdad que todavía no vemos la implicación, siguen esperando a que tiremos nosotras, pero esto ocurre en casa y ocurre en la oficina.
La arquitectura es todavía un mundo de hombres.
MR: La arquitectura a nivel técnico no, porque cada vez somos más mujeres. En las universidades hay muchas mujeres. Pero en los puestos directivos siguen estando ellos, sobre todo, en el mundo de las constructoras.
Aunque si que es verdad que hacemos visitas de obra en las que hay aparejadoras, arquitectas y jefas de obra. Es decir, que todas las áreas de la construcción comienzan a estar ocupadas ya en obra por mujeres.
LM: Pero en el entorno de la arquitectura, hay pocos estudios de arquitectura liderados por mujeres. No solo es tema de conciliación porque al final nosotras nos organizamos. Pero el reconocimiento es otra cosa. Te tienes que vender mucho más que cualquier hombre. Aunque si que nos valoran como técnicas y como empresarias. Pero nos escuchan quizás menos...
El talento femenino en esta compañía rezuma por todos lados...
MR: Ahora intentamos que sea un 50/50, porque los hombres también aportan. Quizás nosotras somos muy perfeccionistas y nos hemos dado cuenta de que en el mundo de la construcción, los hombres gestionan grandes cosas y sin dedicarle la mitad de tiempo que le dedicamos nosotras, y salen adelante.
Se trata de aprender esto de ellos, que no le dan tanta importancia y tantas vueltas a las cosas, sino que hacen. A nosotras no nos da tiempo a irnos de comida de empresa tanto como se van ellos. Ellos toman las decisiones en las comidas y nosotras no.
¿Vosotras os aplicáis un horario de oficina?
LM: Estamos intentándolo, pero no nos sale bien (ríen). Empezamos trayendo los niños aquí y al final se nos ha ido de las manos porque a los niños también les gustaba estar aquí. Sacarlos de la oficina tarde, después de estar todo el día, se hacía duro. Este año estamos intentando irnos nosotras antes porque sino no tenemos vida.
MR: También es verdad que cuando tienes equipo, que ya está más asentado, puedes delegar más y liberarte. Pero estos primeros años han sido muy duros.
LM: Hemos tenido una canguro que venía aquí y hacía los deberes con ellos por la tarde. Incluso nuestros niños llegaron a montar una constructora, lo veían en nosotras y querían dedicarse al negocio, incluso repartían las tareas...
¿Tenemos asegurada la siguiente generación?
LM: Sí. Son todo hombres y están aprendiendo el lado de la arquitectura en femenino (ríen).
¿Vuestros perfiles son complementarios?
MR: Efectivamente. Yo estoy dedicada ahora a la rehabilitación energética de edificios y Laura está más con el tema de obra nueva industrializada. Estamos intentando unir ambos mundos y aplicar técnicas de la industrialización a la rehabilitación.
LM: Eso es. En la obra nueva hay grandes bases de datos, pero no están adaptadas a un sistema constructivo industrializado. Entonces también queremos que las decisiones de las obras se tomen aquí, que ya vayan estudiadas y referenciadas desde el estudio, que luego no las tenga que decidir un promotor o un constructor. Estamos trabajando mucho la prescripción e intentando unir el mundo de la industria con el día a día de un proyectista.
¿Cuáles son los proyectos de los que estáis más orgullosas?
LM. En obra nueva, el edificio que hicimos en 2020, en mitad de la pandemia, fue el primer edificio en altura que se hizo con este sistema de cinco plantas. Y lo hicimos en cinco meses. Está en San Sebastián de los Reyes. Un edificio de tres viviendas.
La verdad es que estábamos un poco asustadas por el momento que estábamos viviendo, en plena pandemia con complicaciones con los suministros y con los precios, pero lo sacamos en cinco meses.
En obra nueva ha habido un parón por el tema de las financiaciones. Hemos intentado apostar por hacer promociones con un sistema gestor más de comunidad de propietarios que nos viene con la experiencia de la comunidad propietarios en rehabilitación, de cara a que la gente pueda hacer sus edificios igual, adquirir una vivienda, pero siendo cada uno el autopromotor inicial.
Este es un tema que hay que ir enseñado. La gente no lo entiende porque saben lo que es una cooperativa y una promotora, pero no entiende lo que es ser un auto promotor de un edificio. Estamos trabajando en eso.
Sois reconocidas por obra industrializada con madera técnica para los edificios de nueva construcción. ¿Qué materiales utilizáis?
MR: La madera, pero la que utilizamos no es el tronco de aserradero, es una madera técnica que está altamente tratada en fábrica para que cumpla todos los requisitos estructurales que exige la normativa.
Bueno, tanto estructurales como de incendios, como de mantenimiento y demás. Como construimos en altura, el sistema que utilizamos es el de CLT, que es un tablero estructural de madera laminada, que es muy estable y permite levantar edificios de hasta 20 plantas. Ya hay algunos construidos en Europa y en España de 12 plantas.
LM: Trabajamos con una maderera en la que confiamos porque controla todo el proceso, desde la captación de la materia prima hasta el montaje del edificio. Entonces esa tranquilidad es fundamental, ya que conoce la madera desde cero.
Como empresa comprometida, y a nivel nacional, esta empresa trabaja en kilómetro cero y gestiona los bosques desde el entorno de la fábrica. Vemos fundamental potenciar el mercado nacional.
Toda vuestra madera, es de la zona del País Vasco.
MR: Sí, es la maderera más antigua que hay dedicada a estructuras en España.
Podríamos decir que la clave de vuestro éxito radica en parte en los presupuestos y en los plazos cerrados.
LM: Es lo que comentábamos antes, el desarrollo del proyecto industrializado. Es decir, que todo se decida ya desde el estudio. Pero no solamente el diseño, y lo bonito que tiene que quedar una casa, sino saber lo que cuestan las cosas y luego ver cómo podemos mover eso para que se pueda ejecutar.
Hasta ahora lo que ocurría es que se diseña sin pensar en el dinero, luego la gente quiere escatimar y al final, se construye lento y mal.
¿Cuánto podría suponer una casa construida con estas características?
LM: Podemos decir una media, que estarían en torno a unos 2.000 € por metro cuadrado de un llave en mano.
Fiabilidad y transparencia total.
LM: Claro, el desarrollo del proyecto es esto, hablar con el cliente desde el inicio hasta el final. Que no haya cambios durante la obra. Es un diálogo continúo para que tengan claro lo que se van a gastar y en qué va a ser. Y que no haya modificaciones que es lo que garantiza también el ser rápido.
Esto no tiene mucho que ver con las casas prefabricadas...
MR: La prefabricación es un concepto que relacionamos con las casas modulares, son casas de catálogo, que las escoges y te las pones. Y la industrialización es distinta, porque aunque también hacemos casas modulares que se ajustan a un presupuesto concreto, esto te permite un diseño completamente libre.
LM: Sobre todo, que no tiene mucho sentido hacer módulos prefabricados porque ya entraría en el presupuesto también el transporte de estos. Entonces es tan rápido el montaje del sistema industrializado que no merece la pena estar ocupando un sitio en la fábrica, cuando puedes llegar a la obra y montarlo en poco tiempo. Creemos que es más fiable eso y sobre todo, que ahorras en el tema de la huella de carbono muchísimo.
Tenéis parada la construcción nueva...
LM: Exacto por el tema de financiación. Aquí hay dos grandes lastres. Por un lado la Administración y por otro lado, el mundo financiero. Los bancos hablan mucho de su descarbonización, pero no hay una gran ayuda a la construcción, sobre todo a empresas como la nuestra.
Los grandes promotores ya tienen dinero, pero los que somos promotores pequeños tenemos que arrancar con nuestro propio músculo.
LM: Y por otro lado, la Administración, que tarda en sacar las licencias; El tema de las subvenciones nos hacen perder mucho tiempo y muchos recursos de la oficina con requerimientos que llegan tarde, que igual son muy extensos. Es muy difícil.
¿Os ha perjudicado la nueva Administración?
MR: Los años de lío político nos paraliza a todos. Da igual el gobierno que esté. La inestabilidad es lo que frena todo.
LM: Tienen que poner orden en la Administración pública, porque los trámites son muy densos, muy complicados, muy poco transparentes y poco operativos.
MR: Creo que hay que empezar a financiar la pequeña y mediana empresa y ayudar a los autónomos, que al final somos la base de la economía de nuestro país y nos sentimos abandonados.
Hacéis alguna rehabilitación para personas que tienen necesidades...
MR: Claro. Depende del edificio, y del barrio en el que estemos trabajando. A veces trabajamos para gente, a la que se denominan los 'encerrados', que por discapacidad no pueden salir de sus viviendas porque no tienen ascensor. Nosotros también contribuimos a eso, a colocar la accesibilidad por ejemplo.
Hay muchas familias con riesgo de pobreza energética, con distintas minusvalías, pero al final es que las comunidades de propietarios son eso, un mundo en el que hay un poquito de todo.
LM: Intentamos poner un poco de orden, y que los vecinos se ayuden unos a otros y es muy difícil. No solamente hacemos arquitectura, sino una labor de unión de una comunidad.
Nuestra arquitectura también es un poco humanista, no solamente se trata de hacer edificios.
Podemos decir que vosotras como mujeres habéis aportado un poquito más de esa parte humanista a la arquitectura.
LM: Yo creo que en esta generación sí. En el hombre había más ego y era más el arquitecto estrella que quería destacar su obra. Hoy en día, nosotras intentamos hacer una buena arquitectura, pero pensamos mucho en los que van a vivir en ella.
LM: Pensamos más en la funcionalidad. Por ejemplo, y aunque parezca un poco machista, pero nosotras pensamos en cómo se pueden organizar los armarios para que haya una buena capacidad, la altura del tendedero, los ruidos que hacen las máquinas para determinar dónde vamos a poner la lavadora, etc. Toda nuestra experiencia en el día a día, la ponemos al servicio de nuestras obras.