No son simples historias para no dormir. Todas tienen en común una característica y un procedimiento muy meticuloso, perfeccionado con la experiencia. No por nada, señala el LISA Institute, ocho de cada diez usuarios de redes sociales han experimentado un intento de estafa amorosa.
"Nadie da duros a cuatro pesetas", dice el refrán que reproduce Raúl Padilla Soldado, psicólogo sanitario y terapeuta de pareja y sexual. "Si es demasiado bonito, perfecto y demasiado bueno para ser real, si parece un idilio, es que es mentira", asegura. Viene a señalar que hay una diferencia entre tener una visión romántica de la vida y vivir de fantasías.
Aunque los timos amorosos aparezcan de cuando en cuando en los titulares, no son casos aislados. En Málaga, la Policía Nacional ha desarticulado una red criminal que habría logrado sus objetivos con 90 víctimas y defraudado alrededor de un millón de euros. 18 expertos timadores amorosos han resultado detenidos por crear perfiles falsos con los que enamorar a sus víctimas a través de aplicaciones móviles.
Después, siguen contando mentiras: la falsa relación parecía avanzar cuando el timador del amor de turno le hacía saber a su víctima que le esperaba un regalo suyo retenido en Aduanas o en una empresa de transporte. El truco está en que, para recogerlo y ver de qué se trataba, la mujer tenía que aportar sus datos bancarios efectuando un pago que desbloquease la anhelada entrega.
¡Picó el anzuelo! Ella y al menos otras 89 mujeres: sólo en esta ciberestafa. En agosto del 2022, la Policía Nacional desarticuló también un grupo criminal que operaba a nivel internacional y nacional, de origen nigeriano, especializado en las ciberestafas románticas. Hacían creer a sus víctimas que mantenían una relación sentimental a distancia. Con esa excusa y no pocas historias de ficción, se hacían necesarias varias transacciones económicas. Las excusas pueden ir desde la imposibilidad para abordar un tratamiento médico hasta sufragar un supuesto viaje de reencuentro que nunca llegará.
El Ministerio del Interior constató en 2022 un aumento generalizado de delitos informáticos con respecto a 2021. La palabra scam se utiliza para referir aquellas estafas que usuarios e instituciones sufren a través de internet o de cualquier medio digital, y que implican el robo de datos personales y bancarios. La práctica de los estafadores es conocida como scamming, con técnicas, estrategias y tecnologías cada vez mejores para conseguir sus objetivos.
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Pero las ciberestafas amorosas tienen rasgos específicos. En general, el principal radica en que todo el contacto se reduce a medios digitales y a través de cuentas falsas. En cuanto al procedimiento, el estafador busca una relación de complicidad con su potencial víctima para extraer de ella sus datos bancarios.
Las víctimas suelen ser, en su mayoría, personas de avanzada edad que se encuentran solas, sin ocupación laboral o escasa vida social. Muchas de ellas, además, se niegan a denunciar los hechos porque o bien siguen creyendo en la sinceridad de esa supuesta relación sentimental, o bien sienten vergüenza por lo que les ha ocurrido. Pero no sólo les ocurre a ese tipo de personas. En general, sostiene el psicólogo sanitario Raúl Padilla Soldado, el núcleo de las ciberestafas es "el talento del timador para crear una necesidad y poder después estafar": "Toda historia estará siempre muy edulcorada".
Aquella persona en la que había creído desaparece del mapa digital. De repente ya no está ni en Instagram, ni en Facebook ni en Google Hangouts o en cualquiera de las apps donde entablaron conversación. Con la confianza hecha añicos, puede invadirle la indefensión y la ansiedad, además de un más que probable agujero económico.
La sextorsión como modelo de cibernegocio
El timo amoroso se alimenta de la debilidad humana y por eso no es raro encontrar situaciones de extorsión sexual que, precisamente por el impacto psicológico que conllevan, pueden hacer subir los beneficios de este cibernegocio en auge como la espuma. Hay una impronta muy marcada de violencia machista en este tipo de timo amoroso. "Estos estafadores son delincuentes económicos que van a utilizar a su antojo cualquier información comprometedora de la que dispongan para lograr sus objetivos", advierte el psicólogo Padilla Soldado.
"Si no haces lo que yo quiera...", comienzan las amenazas, "difundo esta foto", continúan. La psicóloga jurídica y forense Nuria Mateos de la Calle ejerce en juzgados de Violencia sobre la Mujer en Madrid y sostiene que detrás de las estafas amorosas se encuentra el mito del amor romántico: "Muchas veces son personas extremadamente atractivas las que empiezan ese contacto sin caer en que son perfiles falsos. Tendemos a creer que hemos encontrado un príncipe azul…". Considera que no sabemos conjugar nuestra cultura emocional con la cultura digital, en permanente cambio. Por eso es crucial "saber hasta dónde tienes que dar" de ti.
La creciente penetración de las tecnologías en la sociedad, el avance de la inteligencia artificial (IA) y el consecuente incremento de las ciberestafas amorosas se regirán por pura "selección natural", sostiene el psicólogo y terapeuta de pareja Raúl Padilla Soldado, sabedor de que la educación digital no podrá alcanzar una velocidad similar: "Es mejor no creerse nada. Ser escéptica o escéptico con las experiencias digitales de este tipo".