Susana, Adela y Virginia son hermanas. Son la segunda generación de ópticos del equipo de Óptica Argos, un establecimiento situado en la calle Conde de Peñalver de Madrid, que abrió sus puertas en 1955 y ha vivido toda la evolución de un sector, en el que hoy la innovación y la tecnología son imprescindibles. Aunque no siempre fue así.
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“Ésta era una tienda de barrio. En Madrid había poquísimas ópticas. Y por supuesto, no estaban tan enfocadas en moda”, asegura Virginia Buraya, hija de Adela Fernández y Luis Buraya, y la última que queda hoy al frente del negocio.
“Éramos tres hasta hace nada, pero mis hermanas ya se han jubilado”, confirma a magasIN. Y continúa: “Mis padres tenían un trato muy cercano con cada cliente, muy personalizado, y nosotras intentamos continuar en el tiempo con ese legado, —han pasado por la óptica hasta cuatro generaciones de familia—, aunque ahora es más difícil porque todo va mucho más rápido”.
“En aquella época”, asegura la especialista en visión, “las ópticas eran comercios. Mis padres fueron unos emprendedores autodidactas, gracias a los que hemos llegado hasta aquí. No existía ninguna titulación específica. Lo más importante en la evolución de este sector ha sido la aparición de una diplomatura primero, y después la especialización”.
“Mi hermana Susana fue estudiante de las primeras promociones que consiguieron una titulación. Yo la hice después, luego llegó la titulación de óptico optometrista y ahora, ya es un grado. Eso ha sido un avance fantástico, no solamente por el conocimiento que adquieres a nivel universitario, sino por toda la tecnología que hay detrás, y que vas a utilizar” afirma.
“Si hay algo por lo que hemos luchado mucho los ópticos, es por ser establecimiento sanitario. No solamente vendemos gafas, sino que asesoramos, realizamos diagnósticos y, si detectamos como expertos que alguien viene con un problema, podemos derivarlo al oftalmólogo”, concluye.
También han cambiado los tiempos para hacer unas gafas, ahora es mucho más rápido...
La tecnología en general ha cambiado de forma drástica. Cuando yo empecé en los años 80, una de nuestras prácticas era hacer unas gafas a mano en acetato. Todavía había montaje de forma manual. Después empezaron a funcionar las máquinas para hacer los montajes de las lentes. Antes se trabajaba más con vidrio, ahora se fabrican con materiales orgánicos y reducciones maravillosas. ¿El objetivo? Pues que no pesen. También las lentes son más finas y seguras.
¿Qué actitudes tiene que tener un buen óptico?
Para cualquier profesión, lo más importante es que te apasione y te guste lo que haces. Además, en este caso, como es trato directo con el público, tienes que ser muy sociable y sobre todo, estar constantemente poniéndote al día. Cada día salen procesos nuevos, operaciones nuevas, y tienes que seguir estudiando. Los ópticos ya están introducidos en hospitales y casi todas las clínicas oftalmológicas disponen de optometristas.
Uno de los mayores males de nuestros días es que nos pasamos la vida frente a una pantalla (ordenadores, móviles, tablets…), ¿cómo afecta a la vista estar todo el tiempo frente a una pantalla?
Lo explico cómo se lo cuento a mis pacientes. El músculo que tiene el ojo, el de la acomodación, viene de serie en el cuerpo para ver de lejos, y su posición muscular en reposo es mirando de lejos. Y ahora, lo hemos cambiado y está todo el rato mirando de cerca. Entonces el músculo está todo el rato en tensión. Es lo mismo que si te vas a un gimnasio y estás haciendo deporte sin descanso durante horas. Eso afecta muchísimo a la visión, no sólo provoca la fatiga visual, sino trastornos en la acomodación del ojo, haciendo que aumente la miopía, y en concreto, la miopía infantil.
¿Cuál es vuestra recomendación como expertos?
Recomendamos los descansos como fundamentales, pero claro las personas que se sientan en el ordenador dicen: ¡Voy a tomarme un descanso! y se ponen a mirar el móvil… Por lo que descansa la mente, pero los ojos no.
Una norma que nosotros recomendamos mucho es que es cada 30 minutos, se debe mirar 30 segundos a la lejanía. Nuestro consejo es que no estés más de una hora frente a la pantalla del ordenador o delante de los libros, y hay que levantarse y mirar lo más lejos que se pueda, y parpadear, porque cuando estamos mirando de cerca, se parpadea poco y esto produce problemas de ojo seco.
Así que recomendamos parpadear, beber líquidos, y hacer ejercicio en exteriores. Todo lo que intentamos es que el ojo esté lo más confortable posible en el mundo que nos ha tocado vivir.
¿Cómo hay que protegerse frente a la luz azul de las pantallas?
Existen filtros especiales para la luz azul, para las propias pantallas e incluso algunos ordenadores ya las llevan de serie, pero también existen unas lentes que llevan un filtro de luz azul, cuyo objetivo es relajar la vista, de los posibles efectos nocivos de la luz azul.
Los filtros para evitar la luz del sol pueden llegar a proteger al 100% (dependiendo de su factor), reteniendo la luz ultravioleta dañina para el ojo.
Los filtros de luz azul tienen en efecto mitigante. Solamente por ponerte las gafas de luz azul no vas a mejorar, si no haces todo lo demás. Es decir, ponerte lágrimas artificiales si es necesario, beber líquidos, mirar a la lejanía, salir al exterior, tomar vitaminas… Recomiendo también una alimentación saludable y variada a base de frutas y verduras.
Hay cosas que hay que tener en cuenta para proteger la vista como la mala costumbre de meterse en la cama con el móvil y con la luz apagada. Mal hecho, porque hay que tener siempre una pequeña lucecita, ya que así funciona toda la retina periférica, no solamente la retina central.
¿Cómo debemos elegir nuestras gafas de ver?
Según la graduación que tengas, los tamaños de las gafas son muy importantes, aunque lo primero que hay que tener en cuenta es que estés cómoda y que estén bien ajustadas, y por supuesto, que te gusten. Es una conjunción entre el confort, el equilibrio y la graduación. También la estética es muy importante.
¿Cada vez pesan menos?
Los materiales han mejorado muchísimo, tanto en acetatos como en materiales metálicos como los titanios y los aluminios. En el peso también ha influido mucho el cambio de las lentes. El vidrio pesaba muchísimo. Ahora tenemos materiales orgánicos más livianos y seguros que el vidrio ante una rotura en un accidente.
¿Cómo debemos cuidar las gafas?
El material orgánico tiene la ventaja de que no pesa, no se rompe, pero se araña fácilmente. Y hay que limpiarlos con materiales que no sean abrasivos como el jabón suave de manos o limpiadores específicos para gafas en spray. Es conveniente limpiar las gafas siempre con tela o con gamuza de microfibra, nunca con papel, ya que araña y se lleva los tratamientos aplicados a las lentes.