Hasta ahora no se había conseguido la paridad en lo que se refiere a conseguir una beca deportiva para estudiar en EE UU. Durante este curso, 207 chicos y 183 chicas han hecho las maletas para viajar rumbo a alguna de las 1.200 universidades de EE UU. Lo que supone, que por primera vez, se puede alcanzar ese 50% al menos en número, ya que la beca deportiva media conseguida por los chicos ronda los 22.000 euros por curso, mientras que las chicas llegan a los 29.000 euros por curso de media.

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Diferencia de cuantía

En algunos deportes, como el triatlón, el atletismo o el hockey, las becas para las deportistas superan los 40.000 euros por alumna y curso. También destaca el remo, donde la beca es de más de 80.000 euros por curso y deportista.

Se subraya el hecho de que más del 60% de las deportistas españolas que estudia en Estados Unidos recibe becas completas durante sus cuatro años universitarios. Estas becas cubren todos sus gastos académicos, entrenamientos y competiciones, material deportivo, residencia en la universidad y comidas.

AGM (Athletes Global Management), la empresa española que ayuda a estudiantes y a deportistas españoles a obtener una educación de calidad comenzó su actividad en 2004 cuando el número de estudiantes españoles becados en universidades estadounidenses se contaba con los dedos de la mano.

Hoy, casi 20 años después, se ha conseguido becar a casi 3000 deportistas españoles entre los que se han repartido casi 200 millones de euros entre becas deportivas y académicas.

El sistema educativo estadounidense 

Las mujeres deportistas se ven beneficiadas en EEUU por el Title IX, una ley federal aprobada en 1972 que permite que millones de mujeres utilicen el deporte para su desarrollo deportivo, académico y profesional.

Todas las universidades tienen la obligación de tratar al deporte femenino de la misma forma que al masculino: ofreciendo el mismo presupuesto, instalaciones, medios y número de becas a los deportes masculinos que a los femeninos.

En deportes olímpicos, las mujeres se benefician por una situación especial que viene del fútbol americano, deporte exclusivamente masculino y que otorga 85 becas por equipo, por lo que las universidades tienen que dar el mismo número de becas al deporte femenino para poder cumplir con la ley de igualdad. Esto hace que en deportes donde hay hombres y mujeres, como por ejemplo el tenis, el atletismo, la natación o el fútbol, existan más becas y sean más altas para mujeres que para hombres. Y también hace que la NCAA cree y desarrolle otros deportes solamente para mujeres, como el hockey hierba, el vóley-playa, la hípica, el triatlón o el rugby.

Por tipo de deporte, en las universidades más importantes de EE UU (Division I), España es el país con mayor número de tenistas y golfistas en el cuadro femenino. Mientras, en Division II, España es el segundo país con mayor número de mujeres tenistas.

La experiencia de las jóvenes

Pero, ¿merece la pena dejar todo atrás y lanzarse a la aventura estadounidense? Hemos preguntado a mujeres que han pasado por esta experiencia.

Carlota Garcia, jugadora de golf estudia en la Universidad de South Alabama.

“La decisión de venirme a EEUU fue muy fácil para mí porque siempre había sido mi sueño. Me encanta el sistema educativo y deportivo americano y la cantidad de oportunidades que ofrece este país. Las diferencias son abismales. Por ejemplo, en España, cuando te gradúas, muchas empresas te exigen determinados años de experiencia y es muy complicado conseguirla. En cambio, en EEUU, desde que estás en segundo de carrera hay gente haciendo prácticas y, a veces, remuneradas. Yo ahora mismo estoy haciendo prácticas en la oficina de un campo de golf, ayudando a organizar torneos y realizando marketing”, asegura Carlota García Terrón, nacida en Salamanca y que ahora estudia en la Universidad de South Alabama cuarto curso y con planes de realizar un máster el próximo año. Con 21 años juega al golf en la Federación de Golf de Castilla y León.

Y añade que: “En el deporte femenino contamos con gente tan buena como Serena Williams, Nelly Korda o Simone Biles. Lo que pasa es que, sencillamente no se habla de nosotras tanto".

"Cuando jugamos al golf con chicos ellos tienen mucha ventaja, porque le pegan mucho más largo (y creo que por eso la gente prefiere ver golf masculino), pero nosotras tenemos muchísimo mejor juego corto (que es igual de importante). En el momento de comprobar quién hace menos golpes no se nota diferencia, solo que ellos lo tienen más fácil cuando están mucho más cerca o pegando mucho menos palo”.

María Cervelló estudia en Drake University y juega al fútbol.

La barcelonesa María Cervelló Sanjurjo que estudia en Drake University y juega al fútbol considera que “a diferencia de España, en Estados Unidos, tanto los entrenamientos como los partidos son más físicos. Se trabaja más la fuerza y velocidad. Sin embargo, en España se focaliza más en la técnica".

Y añade que: "En cuanto a diferencias con nuestros compañeros chicos, creo que ya se está observando una mejora en los medios de comunicación: se transmiten más partidos femeninos. De todas maneras, creo que los medios tienen un rol muy importante y hay que seguir creciendo y dar más visibilidad al futbol femenino. Equipararse con el masculino queda bastante lejos”.

Shara Rández juega al fútbol y estudió en University of the Cumberlands.

También Shara Rández Navajas juega al fútbol. “Mi decisión para irme a EEUU se basó en la oportunidad de estudiar y competir en un buen nivel de fútbol. También me motivó la idea de sentirme valorada por el esfuerzo deportivo y académico en conjunto así como la posibilidad de poder ser bilingüe".

"Lo que más me sorprendió comparándolo con España, es el dinero que se mete en el deporte y el valor que las instituciones educativas dan al estudiante-atleta: priorizan su buena formación y su buen rendimiento en conjunto, ante todo”.

Estudió en University of the Cumberlands durante 4 años, y se graduó en doble grado de Business y Exercise Science; después, un año en Southeastern University en Florida en un máster en Kinesiology. Añade que: “Si pienso en las diferencias entre deporte femenino y masculino, me vienen a la cabeza diferencias en inversión, visibilidad e igualdad. Sí que es verdad que estamos en auge, especialmente en el futbol femenino, pero queda mucho por lograr, queda por ver más mujeres en cuerpos técnicos o directivas y más igualdad en cuanto a recursos disponibles para el futbol femenino en comparación con el masculino”.